Reflexiones sobre cambios socio-culturales provocados por la pandemia del Covid-19

Morena Guadalupe Magaña*

La vida del ser humano ha sido afectada por la pandemia del Covid 19, tanto individualmente como socialmente. Nadie puede decir que ha estado, o está libre de la pandemia, ya sea porque ha sufrido la enfermedad, por la que muchos han muerto, o porque las decisiones que se han tomado para evitar el contagio han hecho perder hasta la libertad de compartir en familia.

La pandemia nos ha hecho cambiar en muchos aspectos, algunos de los cuales nos han beneficiado, pero muchos nos han traído consecuencias negativas, como el aislamiento, problemas psicológicos, la ansiedad, la violencia y por qué no decirlo, la pérdida del trabajo y de las oportunidades de conseguir empleo de las personas mayores, porque es a quienes se ha dicho que más afecta la enfermedad y por lo tanto deben quedarse en casa gozando de su salario; lo que no favorece a los empleadores porque les limita la cantidad de producción y porque les sale más caro el producto o el servicio que venden.

Personas de diferentes edades se han hecho más adictos al celular y a la televisión y no para ver programas que los edifican, los divierten o entretienen sanamente. La pandemia ha afectado todos los sectores de la vida del ser humano: lo social, lo económico, lo político, lo cultural y lo espiritual; inclusive lo académico.

Por la pandemia, las organizaciones tanto estatales como privadas han dejado de realizar eventos culturales que no sólo daban diversión y entretenimiento a niños, jóvenes y adultos, sino también contribuyen al conocimiento del mundo natural, social, económico, político y cultual, ecológico.

Teatros, cines, parques, estadios, lugares turísticos, centros comerciales, restaurantes, mercados, calles, entre otros, han permanecido cerrados mientras los niveles de contagio del Covid han continuado siendo altos, y cuando han disminuido, todos esos centros de diversión, entretenimiento y paseo han sido abiertos y, de pronto han vuelto a cerrar, porque nuevamente han ha subido los niveles de contagio.

Por la pandemia las iglesias de todas las denominaciones cerraron y cuando bajaron los niveles de contagio abrieron, limitando la asistencia a las personas menores de sesenta años y, para guardar el distanciamiento social, programaron diferentes días y horarios para atender a toda la congregación; aunque se dice que muchos fieles perdieron la costumbre de congregarse.

La pandemia también ha sido utilizada por los políticos, algunos para favorecer el tratamiento de la enfermedad y la reducción del contagio del Covid, otros para obstaculizar el enfrentamiento de la pandemia. Hasta en la propaganda de las campañas políticas previas a las elecciones se ha visto como ha sido utilizado el tema de la pandemia.

Uno de los sectores que recibió un impacto significativo fue el de la educación, pues en todos los niveles educativos predominaba la modalidad presencial de atención a los estudiantes; muy pocas instituciones de educación superior desarrollaban algunos programas en forma virtual, y de la noche a la mañana todas las instituciones tuvieron que ofrecer educación en línea: sin experiencia, sin capacitación de los docentes, sin una orientación adecuada de los estudiantes y con limitados recursos tecnológicos; pero, tanto docentes, estudiantes, padres y madres de familia tuvieron que enfrentar los desafíos de la pandemia para desarrollar educación en línea.

Los docentes han tenido que aprender obligadamente a manejar plataformas, programas y la variedad de recursos para planificar, desarrollar y evaluar el aprendizaje de los estudiantes.

Los estudiantes han enfrentado la necesidad de obtener la computadora o el smartphone para atender las clases y el reto de adaptarse a la educación en línea continúa siendo un desafío.

Muchos docentes consideran que trabajar en línea la recarga de más trabajo, pues les mantienen la misma carga académica de la educación presencial, sin considerar que la preparación, desarrollo y evaluación de las clases en línea es más complejo y requiere más tiempo y dedicación, todo esto con el agravante de que se recarga el trabajo, pero los docentes no reciben más remuneración.

Los estudiantes se quejan de no poder atender las clases en línea por no contar con los recursos tecnológicos, además que las clases no son muy claras, que les dejan muchas tareas y que les hace falta encontrarse con sus compañeros.

Los padres de familia, especialmente de niños y niñas de educación parvularia y de educación básica, no saben cómo ayudar a sus hijos, la televisión les consume tiempo y como ya comenzaron a trabajar fuera de casa, no saben cómo están aprendiendo sus hijos a quienes los dejan solos, porque no pueden pagar persona de servicio para que se los atiendan.

Otra mirada triste y denunciable realidad de los efectos de la pandemia para los niños, los adolescentes y los jóvenes principalmente aquellos que viven en de zonas rurales y que están siendo expulsados de sus escuelas por parte de docentes insensibles quienes les están llamado a las madres de estos niños para decirles:

“Venga a retirar los documentos de matrícula de su hijo y lo envía a la escuela nuevamente solo cuando él sienta la necesidad de estudiar, si usted no puede venir, mande por los documentos”

Ese niño ya no está estudiando y ya empezó a sufrir las consecuencias de esa marginación, expulsión y violación a su derecho humano universal (Una educación de calidad).

Casos como el anterior no aparece en las estadísticas porque nadie la denuncia, no es porque no estén sucediendo, se están dando en El Salvador. Lo cierto es que el Covid-19 no se ha retirado, y en algunos lugares el nivel de contagio sigue siendo alto.

También es cierto que los procesos educativos ya no volverán a ser igual que antes, especialmente en educación media y superior; ya no podrán ser totalmente presenciales, porque las demandas de la sociedad están cambiando muy rápidamente y la oferta educativa tiene que adaptarse a dichas demandas aprovechando los recursos tecnológicos de la educación en línea. Las instituciones tienen que actualizar su oferta educativa tanto de las carreras que ofrecen, la duración de las mismas y la modalidad con la que las ofrecen; tienen que desarrollar adecuadamente la formación por competencias, para que los estudiantes dejen de preocuparse por las notas y se dediquen al desarrollo de competencias generales y específicas, que comprenden la integración de aprendizajes conceptuales, procedimentales y actitudinales, en función de las demandas de la sociedad.

“Y cuando la Pandemia pase, te preguntarás ¿Cómo logré salir sano y salvo de esto? y recordarás, cómo sobreviviste. De pronto pensarás si la tormenta realmente ha terminado. Ni siquiera estarás seguro de que haya terminado. Una cosa sí es seguro que; cuando la tormenta pase, no serás la misma persona que entró en ella. De algo te habrá servido esta pandemia, de eso se trata” Morena Magaña.

Los educadores y las instituciones educativas que no cambien estarán destinadas a desaparecer del mapa educativo.

*Facultad de Ciencias Sociales. Universidad Tecnológica de El Salvador.

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