Y el proyecto sindical propio, autónomo e independiente a las fuerzas del poder hegemónico

Al parecer seguimos esperando que los líderes sindicales de distintas corrientes de pensamiento filosóficas históricas: socialistas, social-demócratas, social cristianas y mezclas oportunistas vinculadas con empresarios y gobierno, aún estén pensando si hay necesidad de unificarse con la bandera de amplia cobertura; un proyecto político propio de la clase trabajadora.

Por: Róger Hernán Gutiérrez*

En el país ha sido de poca influencia la corriente socialista, y ni siquiera los que se asociaron con las ideas del conflicto armado y participaron de la acción del FMLN guerrillero, pensaban en ganar el poder de las masas para la instauración de un régimen socialista. Y las organizaciones que se han afiliado y están vinculadas con la Federación Sindical Mundial, no han tenido una actividad que condujera el desarrollo de las ideas socialistas, y con pocas excepciones trabajaron poco la lucha de clases—es decir luchar contra la explotación del trabajo por quienes ostentan los medios de producción, acumulan, obtienen plusvalía de la fuerza laboral—y generan un alto empobrecimiento de la población laboral.

Los grupos sindicales vinculados con la socialdemocracia—han tenido el valladar de hacer que el capitalismo se humanice y pueda ser de beneficio para las masas—una contradicción es que no están de acuerdo en el socialismo y adoptan la filosofía que puedan a través de procesos electorales, convertir al capitalismo en un modelo económico que trabaja por el bienestar socio económico, al estilo de los países nórdicos. Pero nunca se han conquistado reformas sociales para la clase trabajadora que lograsen opacar la voracidad del capital.

Con la introducción en 1950 la constitución recogió aspectos sociales importantes que crearon un desarrollismo social, tampoco fue de mejor época para el mundo sindical, se creó el seguro social, se formó la Confederación General de Trabajadores Salvadoreños (1957) y un año después se constituyó la CGS, gobiernista, para opacar un repunte en las masas trabajadoras. Esa época fue vital para un proceso de mayor acumulación capitalista al integrarse el mercado común centroamericano, abortado por la supuesta guerra del futbol (1967). Esta corriente ha estado representada por la Confederación Internacional de Organizaciones Sindicales Libres-CIOSL.

La apreciación es que a muchos de los grupos sindicales, les parece bien navegar en las aguas del capitalismo sub desarrollado, atrasado y violento, y la necesidad de trabajar, convertido en fácil presa de ideas ajenas y alejadas de los intereses de la clase trabajadora, históricamente ha sido cooptada por los partidos políticos tradicionales—PDC (1960-1989), por el PCN (1960-1979), por ARENA (1989-2009) y por el FMLN (2009-2019). Partidos electoreros que impulsaron programas económicos lesivos a los intereses socio-laborales. Y finalmente es muy poco el trabajo desarrollado por esta corriente de pensamiento.

Luego con el trabajo de la democracia cristiana internacional en el país, y el exilio de su máximo líder Napoleón Duarte (1972); su regreso para ser el primer presidente civil constitucionalmente electo (1984-1989). También determinó grupos sindicales en conflicto con los grupos sindicales clasistas, y luego de fundarse la Unidad Nacional de los Trabajadores Salvadores UNTS (1984); se funda el paralelo denominado Unión Nacional Obrero Campesina-UNOC, bajo esta corriente social cristiana.

Finalmente, en el proceso histórico ya con la doctrina neoliberal imperando (1989-2009) y la imposición de un modelo de libre mercado, apertura abrupta y amplia del país a los intereses internacionales y en detrimento del pueblo, en busca de inversión extranjera, se producen consecuencias nefastas para un sistemático debilitamiento del papel constitucional del Estado salvadoreño. Se renacionalizan la banca, el comercio exterior y se va perdiendo la política monetaria—se introduce la dolarización—encareciendo el costo de vida y creando un masivo desempleo que lleva a una alta estructura de informalidad laboral.

Se privatizan las ganancias y se socializan las pérdidas, logrando que el grupo hegemónico oligárquico se favorezca de políticas públicas ad hoc, la venta del país, la desinstitucionalización, la corrupción de los sectores de administración de justicia—señalado históricamente por el Departamento de Estado de los USA. Y que la reforma constitucional de 1994, únicamente refuerza el nuevo orden establecido y la corrupción se institucionaliza con la complicidad del FMLN.

Un proyecto propio sindical, requiere identificar ideas fuerza asociadas con un nuevo proyecto político de sociedad, con autonomía de las fuerzas del poder hegemónico y oligarca, con independencia de quienes pretenden someter a los trabajadores (as) a la explotación laboral, perpetuando condiciones de vida y de trabajo de miseria y en detrimento de salarios, empleo, derechos humanos vitales para un presente y futuro de bienestar colectivo, familiar y comunal.

*Sindicalista salvadoreño

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