Bases para un nuevo sindicalismo (Parte II)

Por: Róger Hernán Gutiérrez*

Es importante resumir que el sistema dominante, lo hace a través de cooptar sectores influyentes que le permitan ejercer el dominio sobre diferentes aspectos de la sociedad, lo más fundamental son la base material—es decir la economía—denominada la estructura. A partir del control de esta variable se monta todo una serie de andamios que van garantizando que nadie se salga de ese “orden establecido”, lo que se denomina superestructura; la ciencia, las artes, la cultura, la educación, medios de comunicación, la iglesia, el gobierno, la clase militar (fuerzas armadas), los grupos sindicales, colegios profesionales, etc.

Cuando se suscitaron en el país los procesos de reprivatización de la banca, el comercio exterior, que fueron estatizados por Duarte, fueron desmontados para imponer el modelo económico de libre mercado con su doctrina neoliberal, sosteniendo que lo privado y el mercado son la base de la economía e imperar la oferta y la demanda, para lo que necesita incorporar una base ideológica donde grupos específicos se manifiestan en pro de esa acción dominante—recordemos como el sindicalismo existente en el sistema financiero fue removido a partir de acciones represivas jurídicas, económicas y políticas, que implicaron la desmovilización de la estructura sindical, terminando con el sindicato SIGEBAN, SITRABIF (BCR), para limpiar la mesa y llevarse el botín—ahora se mantiene una costra rígida que impide jurídicamente y políticamente la existencia de organización sindical en ese sector económico.

El tema de pensiones estuvo igualmente sensible en esos intereses obscuros, donde el sindicalismo acomodado al capital (ASAFONDOS) formó el Comité de Trabajadores en defensa de los fondos de pensión (CONTRADEFOP) liderado por el finado Soriano, que fue usado para llevar una supuesta lucha reivindicativa en clara defensa de los intereses privados que cooptaron los fondos de pensión. Este sujeto sindical, figuraba en tiempos anteriores bajo el sindicato FESINCONSTRANS, ligado a sectores de la construcción y el transporte, que hoy mantienen cuotas de poder difíciles de revertir. Históricamente las clases militares y partidos políticos que representaron intereses como clase gobernante (militares y partidos políticos) han ido absorbiendo la lucha sindical para dejar en plena acción desarrollados los intereses de estos grupos dominantes económicos y políticos.

Cuando se dio una etapa desarrollista en el país, donde se pretendió implantar cierta industrialización por el Coronel Oscar Osorio (1950-1956), se constituyó la Cn.1950, que recogió bases de demanda social, se creó el Instituto Salvadoreño del Seguro Social y se consolida la existencia del Ministerio de Trabajo (1946). Demandas sociales que pretendieron mermar aspectos de lucha social a partir de mucha convulsión como fue la caída de Martínez (1944). Empezó a cotizarse para cobertura de salud y en 1969, se crea el régimen de pensiones e igualmente empieza a cotizarse para servicios de pensiones. Surge el Sindicato del ISSS (STISSS), que recoge la lucha reivindicativa y se promueve en defensa de la institución y contra los intereses mercantilistas de la directriz. En 2002, con la acción sindical y social, que se denominó contra la privatización de la salud—marchas blancas—fueron los últimos conatos de un movimiento sindical en unidad, con capacidades de hacer un trabajo autónomo, sin embargo sirvió para que paralelamente un grupo de profesionales de la medicina se constituía en el primer sindicato de esa calidad; comenzaron contradicciones estructurales, que trajo desavenencias con el Colegio Médico; y el propio STISSS. Se fueron dividiendo en más grupos sindicales a lo interno.

Con el nuevo gobierno, la situación de realidad fue calculando ese debilitamiento—y su ligazón al fmln—y con esos pretextos se cooptó al Sindicato, bajo maniobras institucionales se removió a una directiva para elegir una nueva al servicio de los intereses bukelistas. La que ha estado movilizando a grupos de trabajadores, bajo consignas de apoyar temas políticos que son del interés de la figura del actual Presidente. Los cambios en la dirección del ISSS, y la pandemia, denotan una lucha intestina por dominar el ISSS, y para ello es necesario un sindicato ad-hoc, que no se oponga, sino que trabaje en pro de esos procesos nada transparentes, que favorecen intereses mercantilistas de grupos dominantes vinculados con la salud, la provisión de medicamentos, el manejo financiero de los fondos, la infraestructura hospitalaria y gestión administrativa institucional, entre otros.

La figura del actual Ministro Castro, como Presidente nato del Consejo Directivo del ISSS, es vital para que en el período se vayan consolidando grupos empresariales emergentes que tienden a ocupar el puesto, para obtener prebendas con respecto a aquel botín, que ha sido parte de los intereses de la ANEP y sus grupos empresariales, quienes están hoy, rescatando espacios tripartitos donde en el anterior período (2009-2019) se pudieron haber debilitado.

*Sindicalista salvadoreño

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