Pronta Caída del Castillo de Naipes…de Mentiras

Por: Francisco Parada Walsh*|

La desilusión llegó, en su tiempo, con los gobiernos  de ARENA. Más rápido con los del FMLN y según estamos viendo, aun mucho más, con el presente gobierno. De manera  que hablando en forma diversa abordaremos hechos que en forma delatora se suceden uno tras otro en nuestro país. Sostuvimos antes, que para que un gobierno de corte fascista se impusiera,  necesario, uno, entre tantos requisitos, el que los gobiernos anteriores fuesen tan corruptos e incapaces. De forma, que nuestro país es el caldo perfecto para el mismo, para el triunfo de la propaganda, de la mentira superficial, del manejo maquiavélico de los medios y el culto a una personalidad narcisista que sabe decir lo que el desesperado salvadoreño urge escuchar.

Iniciemos pues, en cualquier orden el relato. La renuncia del ministro de hacienda nos pareció alarmante. Unos días después la renuncia de la directora del Seguro social. Los “motivos personales” que invocan como las razones de su dimisión no dejan mucho a la imaginación. Llegó a lo que llegó, pasó 25 millones a su jefe como que nada. O tuvieron pánico ante una corrupción difícil de encubrir, o no quisieron seguir siendo marionetas o juguetes. La pandemia vino como anillo al dedo al presente gobierno, para solicitar y manejar en forma dudosa, incluso escandalosa, los fondos archimillonarios que se tramitan para el país.

Entendemos que la pugna con “los mismos de siempre” que ahora se extiende hasta la Corte Suprema de Justicia, es un furibundo ataque ante cualquier oposición, ante el menor intento de fiscalización sobre el manejo de los fondos, y una pataleta infantil cuando no se realizan las cosas que el niño de la casa exige. Parafraseando a Goebbles, ministro de propaganda de Hitler: “Repite una mentira, o una verdad para atacar a tu enemigo, mientras tú haces lo mismo o peor de lo mismo”. El sueño de los salvadoreños desencantados es el final del saqueo, de funcionarios corruptos, que imperase la TRANSPARENCIA; pero, a excepción de la fanaticada formada por muchos jóvenes que desconocen la historia de nuestro país, todo es escandalosamente turbio, nada transparente. Si es real que cierta teoría que se escucha entre algún sector académico, que el presidente pretende ubicar a sus empresas y su grupo familiar entre los oligarcas de este país, y de ahí surja la disputa entre “el gobierno” y la ANEP” (algunos empresarios, no todos).

Resulta algo a tomarse en cuanta, Los casos de corrupción que se encuentran bajo la investigación de la Corte de Cuentas y de la Fiscalía, en obras públicas, en el  Ministerio de salud, etc. No son el resultado de una “oposición” que mire con lupa la gestión del presente gobierno, sino, de lo descarado y aparatoso de lo que resuena como a corrupción. En efecto, es nuestra opinión que la “oposición” con los mismos rostros desgastados y un discurso repetitivo, apenas llega a conformarse como tal. En cambio, es lo notorio lo que devela este castillo de naipes de mentiras que muy pronto se fragmenta. Se suponía que el partido Nuevas Ideas, no habría de tener “dueño” como “los de siempre”. Pero las recién pasadas elecciones internas de ese partido fueron un fantoche o payasada que nos devela lo contrario.

Claro que existe dueño único, que metió como candidatos a amigos para el cargo de diputados, aliados, funcionarios del gobierno, personas con pasados muy conocidos y lesivos y una sarta de bufones, etc. Pobre fanaticada a la que aún le queda un poco de crítica. Sería interminable dentro de este artículo continuar con un recuento detallado, por lo que colocamos una de las dos cerezas en el pastel: “El gobierno negocia con los grupos pandilleriles de nuestro país”. “Malditos, mil veces malditos los que pactaron sobre la sangre del pueblo” espetaba el presidente como escupiendo hacia arriba en un cinismo histórico.

En forma inmediata, y con otra mentira infantil que un niño de diez años no creería, sus funcionarios hacen un recorrido por las cárceles, acompañados de los medios de comunicación a “entrevistar al azar” a los buenos muchachos que se encuentran sometidos a rigurosas restricciones. Mientras uno de los funcionarios, con el pecho en alto decía que “no habían pruebas” o “videos” que comprobaran la acusación. Cuando en efecto, lo que ha sucedido, es que son muchos documentos oficiales los que El Faro obtuvo, ¡Sabrá el Señor cómo! pero de tal validez que la noticia gira alrededor del mundo en los principales noticieros. “La mentira de El Faro”, a quien llaman “panfleto” señala en forma acusadora y abrumadora a una gestión que enarbola un castillo de naipes de mentiras, mentiras y más mentiras que por lo mismo se vuelve frágil.  Claro que hay un capital de fanáticos que podría asegurarle al “presi” y al “partido del pueblo”, “sin dueño ni intromisiones” que ganasen un segundo periodo.

Pero, si las instituciones  en nuestro país funcionan, si impera la vergüenza del gobierno de los Estados Unidos cuyos ciudadanos se ven asesinados por las pandillas transnacionales, lo que deberá suceder es que muchos funcionarios serán  procesados y se devele para nuestro desencanto, que estamos repitiendo “más de lo mismo” o “peor de lo mismo”. La segunda cereza al pastel está lista para el 15 de septiembre, fecha confusa de independencia y charlatanería donde cuentan se anunciará con bombo, platillos, clarinetes y guitarrones la creación y la puesta en circulación de un periódico gubernamental gratis para la fanaticada que al final lo terminará  pagando a un precio altísimo pues saldrá como siempre, de mí y de su dinero.

Recuerdo una canción de cuna o quizá de circo de pueblo que decía: “Un elefante se balanceaba sobre la tela de una araña y como vieron que resistía fueron a llamar a otro elefante” y si la sacamos del baúl de los recuerdos y se la dedicamos al gobierno diría algo más o menos así: “Una mentira se balanceaba sobre la tela de una araña y como vieron que resistía fueron a llamar a otra mentira, dos mentiras se balanceaban…”

*Médico salvadoreño

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