Parodias en la Asamblea

El viernes 21, el ministro de defensa realizó una larga defensa ante los diputados, en la que básicamente negó que la FF.AA. cometiera falta alguna el pasado 9 de febrero, mientras acompañara al ejecutivo en la toma del recinto legislativo, incluyendo militares ajenos al batallón presidencial.

Explico que el despliegue fue para “…asegurar la seguridad presidencial…”, mientras en aquel contexto, el ejecutivo llamara a la insurrección en contra del órgano legislativo para así disolverlo {“…tengo el apoyo completo e incondicional de la fuerza armada, por lo que tomar el poder disolviendo la asamblea legislativa, me es posible…”, Bukele, periódico El País, 9 de febrero/2020}.

Cabe señalar que el interpelado subrayo que todo se hizo en cumplimiento de la ley, y que la FF.AA. no realizó ningún operativo militar en el recinto legislativo.

Esto a pesar de reconocer que la FF.AA. aseguro primero el terreno, para luego acompañar al ejecutivo en la toma del hemiciclo legislativo, no pudiendo explicar cómo sucedió tal contradicción.

Tampoco a lo largo de un cansino divague en el que nunca contesto a alguna de las preguntas de los legisladores, aclaro quien ordeno el despliegue en cuestión.

Vale destacar que el señor Merino asistió a su interpelación luego de mantenerse una campaña a través de los medios y saldada con recursos públicos, orientada a “lavar” la imagen de la institución armada, como la del propio Merino.

Los hechos en cambio difieren de lo dicho por el ministro, pues consta en los medios de comunicación, que las acciones de la milicia iniciaron con la reunión de los asistentes en sus lugares de origen, desde donde fueron transportados para la tal demostración coordinándolos, con hora de llegada al recinto legislativo, desde donde fueron conducidos por el propio ejecutivo hacia el interior, luego de que este fuera abierto y asegurado por los militares, quienes se apostaran en anillos de seguridad, respondiendo no a la improvisación, sino a un plan, evidenciando un operativo, contradiciendo a lo afirmado por el ministro.

Dicho de otro modo; aunque los resultados de la interpelación son nulos, pues a la nula transparencia característica de nuestros militares se suma la pobre altura moral del cuerpo legislativo, caben los suficientes indicios para iniciar el antejuicio y consecuente separación del cargo del señor Merino, con deshonra por las faltas incurridas en las acciones emprendidas por su cartera el 9 de febrero, en la que entre otros el orden constitucional fue amenazado, además de amenazada la paz social y en consecuencia con el hecho de que el señor Merino desconoce que el gobierno es la suma de tres poderes y no solo el que ostenta el ejecutivo, por lo que claramente su lealtad no se encuentra con el Soberano o la República, sino con aquel, lo que lo descalifica.

Debiera entonces procederse de acuerdo con la falta cometida, lo que no sucederá, pues como siempre y en ves de ello este proceso no dejará de ser una parodia legislativa más, que inevitablemente invitará a otros turbios personajillos a acciones similares.

Por: Luis Arnoldo Colato Hernández, educador salvadoreño

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