ARENA, o el abandono de las ratas del barco

Días atrás se hizo público que el señor Norman Quijano ha sido condenado por fraude electoral y agrupaciones ilícitas, declarado rebelde y ordenado su captura.


Por: Luis Arnoldo Colato Hernández


Sabemos que ciertamente el señor Quijano pactó con pandilleros, mediando favores político electorales para sus elementos, así como beneficios en efectivo, además que por extensión todos los elementos partidarios de su entorno sabían de tales arreglos.

De hecho, algunos de sus correligionarios fueron los responsables de sondear el terreno con aquellos, para una vez concertado el arreglo, celebrarlo.

También supieron de los manejos turbios y corruptos que Francisco Flores hiciera durante su gestión, que de hecho sabemos beneficiara a través de los denominados saquitos, a sus cercanos, saliendo, digámoslo sin ambages, todos untados de aquella suerte.

¿Supone esto que solo el círculo inmediato se benefició pecuniariamente de aquellas transas?

No. De hecho, es público el manejo truculento que las cuatro gestiones de arena hicieran de la cosa pública, donde Alfredo Cristiani se agenció con cuando menos $700 millones de dólares producto de la privatización de la banca, Calderón Sol al menos $1,500 millones, Francisco Flores una suma aún no determinada, pero por sobre los $15 millones, y Antonio Saca algo más de $301 millones, todos del erario público.

Tal es el descaro de estos, que todos recordamos episodios como el de “…medio melón…” demandado por aquel que luego apareciera suicidado; el de los fertilizantes achacados a una secretaria, los lotes de computadoras donadas por Taiwán, ¡2 veces!, dirigidos al sistema educativo, que se perdieran en el camino en ambas ocasiones, o los créditos sobre créditos que aprobados, y hechos efectivos, más de una vez debieron haber sido para la construcción de infraestructura hospitalaria, y nunca se ejecutaron.

Por supuesto que la untadita no fue solo para aquellos 4 ejecutivos y su entorno inmediato, sino para todo aquel que accedió a cualquier cargo, sin importar su rango.

Pero ahora el partido en pleno nos quiere hacer creer que nadie además de Norman Quijano estaba enterado de los arreglos con las pandillas, que solo él estuvo implicado, que es el único arenero malvado y corrupto de todo el universo arenero.

Y lo expulsan. Y lo desconocen. Y se rasgan las vestiduras. Y hasta ahí llega el circo que nos regalan.

Porque de ser sinceros en el gesto que adelantan ahora, asumirían además lo que supone haber sido el partido fundado por quién también dirigió los infames escuadrones de la muerte, además del coste que supone abrigar a todos los matarifes de nuestro pueblo, como a todos los saqueadores de la nación.

Esos mismos saqueadores que ahora reptan en el oficialismo, continuando los robos a la República.

Porque podemos hacer recuento de la contratación sin precedentes de una deuda por encima de los $10,000 millones, de los cuales nadie sabe cuál es su destino.

Preguntémonos entonces; ¿Qué hará el actual oficialismo cuando como con arena, se procese a su dirigencia por negociar con pandillas, corrupción, enriquecimiento ilícito y asesinato?

*Educador salvadoreño

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