Danza a Tláloc para Sortear la Crisis del Cutzamala

Elevar una plegaria a los antiguos dioses ante la desesperación por la falta de agua es un acto que resurge en pleno siglo XXI. La modernidad, con su avance científico y tecnológico, parecía haber relegado estas prácticas a la historia, pero la crisis del sistema hídrico Cutzamala ha llevado a organizaciones mexicanistas a invitar a una danza masiva en honor al dios Tláloc en el Zócalo de la Ciudad de México en julio de este año.

Por: Fabian Acosta Rico

La pérdida de antiguas creencias amerindias se dio tras una larga historia de conquista, evangelización y colonización. Incluso la modernidad marginó al Dios de la Biblia. Sin embargo, ante la escasez de agua, la respuesta no solo se busca en la ciencia y la tecnología, sino también en rituales ancestrales.

La Virgen del Tepeyac, patrona de la megalópolis mexicana, y la Virgen de Zapopan han sido invocadas en el pasado ante sequías. La pluralidad religiosa de la postsecularización permite que, hoy en día, grupos mexicanistas realicen rituales al dios de la lluvia, Tláloc, sin censura, respaldados por la Constitución de México.

En más de una ocasión la Virgen de Zapopan ha salido de su Basílica en Jalisco para pedir un buen temporal de lluvias. Frente a sequías agobiantes, los creyentes recurren a estas figuras divinas. ¿Será igual de efectiva la divinidad prehispánica, Tláloc, en una danza que busca invocar la lluvia para el Cutzamala, proveedor del 25% del agua de la Ciudad de México?

En redes sociales, la convocatoria para la danza a Tláloc ha sido exitosa. Casi 6 mil personas planean asistir el 27 de julio a las 13:00, y 1,100 han confirmado su participación. Estos números reflejan la persistencia de la fe y la búsqueda de soluciones divinas en tiempos difíciles. La situación lo amerita, ya que el Cutzamala está lleno al 38.7%, menos de la mitad de su capacidad, según la Comisión Nacional del Agua (Conagua).

En el evento de Facebook se informa que la danza durará alrededor de 40 minutos, una petición a Tláloc para enviar agua a todo el país y especialmente al Cutzamala. Este acto no es inédito; en 2015, danzantes latinoamericanos tributaron a Tláloc en Long Beach, California, solicitando parar la sequía.

Los organizadores, aunque describen la danza como una ceremonia sin carácter religioso, la programan en un mes del temporal de lluvias, sugiriendo un ritual que evoca prácticas de los antiguos mexicas. Tláloc, dios de la lluvia y el relámpago, era adorado en el Templo Mayor de Tenochtitlan, junto a Huitzilopochtli, dios de la guerra. Su culto estaba ligado a la agricultura y se asociaba con fenómenos atmosféricos.

La etimología de Tláloc, derivada de «tlalli» (tierra) y «octli» (néctar), revela que para los mexicas, el agua era el sagrado alimento de la tierra. En abril, durante el huey tozoztli, se hacían tributaciones de maíz y sacrificios en honor a Tláloc.

Para los devotos cristianos, la danza prehispánica no implica un retorno al politeísmo precolombino, sino que refleja la apertura y pluralidad religiosa actual. La diversidad de creencias en nuestra sociedad se evidencia en la fusión de lo antiguo y lo contemporáneo en eventos como la danza a Tláloc.

Estas tradiciones nos recuerdan la riqueza cultural y la diversidad de creencias presentes en nuestra sociedad. La danza a Tláloc, con su fusión de lo antiguo y lo contemporáneo, se erige como un recordatorio de la necesidad de cuidar y respetar el medio ambiente. Si bien cada uno puede interpretar estos eventos a su manera, lo cierto es que reflejan la búsqueda constante de conexión con lo divino y la naturaleza, ya sea a través de deidades prehispánicas o figuras cristianas.

En última instancia, la danza a Tláloc nos invita a reflexionar sobre nuestra relación con el entorno y la importancia de adoptar prácticas más sostenibles. Mientras los participantes se preparan para este evento, ya sea como un acto simbólico o como una expresión de fe, la sociedad observa con interés, recordando que, en un mundo diverso, la pluralidad de creencias y rituales es un reflejo de la complejidad humana.

La danza a Tláloc no solo busca invocar la lluvia, sino también llamar la atención sobre la necesidad de preservar nuestros recursos naturales. A medida que las distintas voces se unen en este evento, queda claro que, en la búsqueda de soluciones a desafíos contemporáneos, la diversidad de enfoques y perspectivas puede ser un activo valioso.

*Universidad de Guadalajara – México

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