¿Me afecta la corrupción?

Qué es la corrupción? Es el mal uso de parte de un funcionario, de su autoridad en su beneficio, de alguna entidad externa al aparato estatal o de alguien cercano, para hacerse con riquezas mal habidas o simplemente aprovecharse políticamente, desviando recursos, practicando el chantaje o entre tejiendo ardides que aprovechan la ausencia de una legislación específica que la persiga.

Por: Luis Arnoldo Colato Hernández*

El punto es que su práctica supone el desvío de ingentes recursos financieros, logísticos y materiales en general, en el ánimo de satisfacer intereses particulares, al margen de las obligaciones de los operarios para con el estado y el soberano, a los que sencillamente defraudan.

En el caso de nuestro país, en 2019 la corrupción supuso una factura de $500, 000, 000. 00 de acuerdo al ICEFI [El presupuesto de El Salvador en 2019 fue de $6, 713, 200, 000. 00, lo que supone un desvío del 13,4% del total del presupuesto de ese año en particular, o el 2,7% del PIB en general], que debemos traducir en su equivalente en infraestructura no construida, medicamentos, seguridad, empleo, salud, etcétera, y sin que tampoco el aparato de justicia procesara a ningún responsable.

Otra expresión de corrupción es la evasión y la elusión fiscal, que supone cada caso los $7, 000, 000, 000. 00, sumando un total de $14, 000, 000, 000. 00 anuales, los cuales son de regular resueltos con una amnistía fiscal que favorece a las mismas personas tanto jurídicas como naturales, que aumentan sus haberes materiales de modo exponencial cada año y con el mismo truco, sin que el estado se ajuste a esta realidad favoreciéndola [MINEH/MINEH].

Para una economía como la nuestra que no produce, que solo consume, y que es consuetudinariamente dependiente de las remesas, este fenómeno constituye un desafío que no solo implica la no concreción del desarrollo económico, también supone que la corrupción necesaria para ella, aumenta año con año, agravando el fenómeno y profundizando sus nocivos efectos.

Por otro lado, tampoco favorece la atracción de ninguna inversión, pues se desincentiva al no existir la seguridad jurídica que la garantice, por lo que los montos invertidos serán menores, y sin el efecto social esperado.

Esto ubica a nuestro país en el lugar 116 de 180 del ranking mundial de corrupción gubernamental [IPC/Datosmacro.com], lo que implica una percepción de parte de la ciudadanía, de un incremento de su práctica en el presente ejercicio en relación al anterior.

Es decir; con estos tres ejemplos podemos calcular como la corrupción nos afecta gravemente como sociedad, cuando esta es incentivada e incentiva la impunidad, la injusticia y la exclusión, pues quienes la practican no son reprimidos, y en cambio lo que apreciamos no es más que una vulgar persecución política dirigida en contra de opositores políticos, con la que el régimen pretende aparentar hacer su tarea.

Así las cosas, asumir la corrupción como un hecho que no nos interesa, es también otra expresión de corrupción pues supone su naturalización, por connivencia.

Aunque no nos beneficiemos de ella.

*Educador salvadoreño

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