Reelección: crimen contra la República

Las élites en su ceguera han negado su memoria a nuestro pueblo, anulando del modelo educativo vigente, el estudio objetivo y crítico de nuestra historia.

Por: Luis Arnoldo Colato Hernández*

Lo más fácil ha sido siempre aprender de memoria, información insustancial como lo es por ejemplo, el nombre de los ríos del país.

Insustancial porque aprender de memoria, sin comprensión alguna y menos aún sin un sentido crítico, no supone ningún aprendizaje real por sus implicaciones particulares para la biodiversidad que dependen de ellos, así como del valor económico que tienen.

En cambio, si visita junto a su grupo escolar el río de la comunidad desde que ingresa al sistema educativo, siembra un árbol en la vera del mismo, y se lo enseña a cuidarlo y mantenerlo a lo largo de su estancia en básica, habrá no sólo aprendido el valor que el agua tiene para la vida, ¡también será un protector de la vida!, habiendo el sistema cumplido con la ardua labor de hacer del educando, un ciudadano crítico y participativo, uno comprometido.

¿Qué tiene que ver con la historia?

Lo mismo que con las ciencias.

Todos los oligarcas que han procurado mantenerse en el poder mediante ilegalidades, han siempre llevado al país al despeñadero, pues para conservar el poder han corrompido la legalidad, erosionado la institucionalidad y acabado con sendos baños de sangre.

Es el caso del martinato, de los Menéndez Quiñones, de los Guirola, de los regímenes militares.

Es así porque bajo la excusa de traer orden y progreso, han recurrido al caudillismo y al mesianismo, expoliando al país, desnaturalizando la institucionalidad y profundizando las históricas desigualdades de clase, generando así las condiciones que redundan en los escenarios de pre guerra, que asolan a nuestro país desde su fundación, en ciclos que van desde los 15 hasta los 40 años.

Basta una pequeña revisión del tomo 1 de Historia de El Salvador, para descubrir que el primer alzamiento de la población civil contra el gobierno de la República cuando esta fuera fundada, sucedió apenas 3 años luego de instalarse, sin que esta fuera la afamada insurrección de Anastasio Aquino que nos enseñan fue la primera insurrección acaecida en nuestro país.

Anastasio Aquino se alzó en armas 7 años después de que sucediera la primera.

En todos los casos de insurrección armada en nuestro país, las motivaciones han sido las mismas: el despojo originario de la tierra como la exclusión y la marginación de las mayorías en favor de la minoría referida antes.

Así, hace 150 años a los pueblos originarios se les dijo que los ejidos se extinguían por decreto “…porque eran tierras ociosas…”, y los ricos las harían producir; ahora se despoja a sus descendientes de sus tierras, porque “…el turismo y los ricos las harán producir…”.

Y el señor aquel asegura que solo él hará de nuestro país, “…uno con progreso y riqueza para todos…”, al igual que hacen todos los fascistas. Terminó su gestión y los únicos enriquecidos son los de siempre: los ricos y los políticos.

Con esas credenciales espera reelegirse, ¿lo permitiremos?

*Educador salvadoreño

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