Triunfalismo electorero

Siempre que se asume una empresa de cualquier tipo, debes ir con mente positiva y optimista de que vas a lograr alcanzar las metas propuestas y culminaras con éxito el desafió.

Igor Iván Villalta Sorto*

Los partidos políticos son expertos en eso y a pesar que desde elecciones años atrás se viene notando un descenso de los salvadoreños que acuden a las urnas y no se observa un ferviente entusiasmo de la población, más preocupada por saber qué es lo que va a comer mañana que por las competencias electorales.

En el libro del coronel Adolfo Arnoldo Majano, Una oportunidad perdida, describe como el triunfalismo campeaba entre los años 1979 y 1980. Los militares de línea dura lo único que pedían es que les dejaran manos libres para exterminar a los grupos subversivos terroristas. Por nuestra parte lo mismo. En pocas semanas la población se insurreccionaría y tomaríamos el poder.

Lo peligroso del triunfalismo, hermano del fanatismo, no permite visualizar un panorama cercano a la realidad, no permite plantear premisas que lleven a conclusiones válidas, ni tomar en cuenta las variables que intervendrán en el proceso. Esto puede conducir a tomar malas decisiones y a cometer errores que luego tendrán consecuencias graves.

En el libro La dialéctica del subdesarrollo, escrita por dos académicos hondureños, que lamentablemente no lo he podido encontrar en Internet y era parte de la biblioteca personal de mi padre. Describe las contradicciones que se van dando entre los grupos de poder. Tomando en cuenta las ideas expuestas en el libro, podemos ilustrar la situación actual:

Por un lado tenemos al oficialismo, y las contradicciones de los grupos que controlan el poder actualmente y por la otra a la oposición partidaria. En un análisis primario podríamos pensar que estas contradicciones favorecen al oficialismo en el corto plazo y podemos estar en lo correcto, pero en la sociedad no sólo se trata de ganar una elección y creo que en ese sentido han perdido mucho los políticos actuales, debido a que, en muchos de los casos, su accionar se reduce a la próxima elección.

Como que muchos de los políticos crean un mundo propio y no hacen el esfuerzo de practicarse un baño de realidad. El oficialismo pronostica un desalojo de cualquier relicto que pueda oler a oposición, adjudicándose tres millones de votos a su favor, mientras que la oposición considera que van a capitalizar el voto de castigo del electorado disconforme con la conducción del gobierno actual.

Para el oficialismo sus retos se basan en conservar el poder y para la oposición en sobrevivir, debido a que nunca presentaron ante la población una imagen de verdadera transformación, si notamos los candidatos opositores todos son de vieja data. No reflejan, hasta el momento, cuál va a ser la propuesta para resolver los grandes y graves problemas del país.

Darío Cardona, en entrevista televisiva, conversaba sobre la necesidad de que los políticos se nutran del análisis y los estudios académicos. Pero, actualmente tenemos universidades que no producen pensamiento que contribuya a comprender la realidad que nos envuelve, y peor aún que permita proyectarnos hacia el futuro, con disculpas a quienes si lo hacen; que por cierto son muy pocos que se dediquen a la lectura e interpretación de la realidad nacional, los demás que dicen llamarse académicos, no vierten opinión debido a que es complicado y puede tener consecuencias laborales.

Entonces nos encontramos con universidades que no cumplen con el deber de crear y recrear el conocimiento, debido a que eso únicamente se logra con la investigación y para muchas de las llamadas universidades, lo único que les interesa es incrementar el número de estudiantes que cancelen cuotas y luego aplican metodologías educativas que tiene que ver más con un pensamiento pragmático-utilitarista que con un pensamiento científico progresista.

Considero que la crisis que muestran los partidos políticos en la actualidad, y que es de larga data, es producto de una estructura económica y política que ya no da más, y que los poderes fácticos se empecinan en mantener, porque es un esquema que les ha servido, para acumular riqueza.

Volviendo al libro del Coronel Majano, en donde un militar propugnaba por la fuerza del garrote, y lo compara con el cuento en donde Winnie-the-Pooh, que imprudentemente cae en un tarro de miel -la cual le gustaba mucho- pero al querer desprenderse se pegaba más. Esa es la gran contradicción en que han caído las fuerzas que detentan el poder actualmente, en donde han privilegiado la represión y la fuerza en la conducción del país, sin tomar en cuenta que entre más les guste utilizarla; más se van a ir embarrando y más difícil será salir del tarro.

Tanto las contradicciones en la esfera del poder y en la de la oposición, pueden llegar a rompimientos y a situaciones verdaderamente explosivas, porque esta es la dinámica del conflicto. Situaciones explosivas que afectarán por muchos años el tejido social y los ámbitos políticos y económicos en el país.

*Biólogo investigador

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