“Ahora somos colaboradores, pero antes éramos casi esclavos”

Róger Hernán Gutiérrez*

Interesante como ANEP, grupo empresarial dominante del país, militante y sostenedor del partido ARENA, llama hoy a la clase trabajadora “nuestros colaboradores”; ante reciente resolución de la sala de lo constitucional referida a determinadas inconstitucionalidades del art.311 del Código de Trabajo y del art.42 Constitucional.

Parte de los argumentos válidos en la resolución es que “excluye su goce a un porcentaje de trabajadoras embarazadas, por lo que les deja en indefensión al no cumplir las condiciones que la disposición señala. Esto es desproporcionado porque crea un requisito perjudicial que únicamente beneficia al patrono”.

Sin embargo es curioso la diplomacia usada en el lenguaje de la ANEP al tildar a la clase trabajadora como colaboradores; para dimensionar la disposición de la Sala de lo Constitucional que no les favorece, y cómo ante otras diferentes resoluciones de la misma sala, pretenden hacer que los afectados la cumplan a cabalidad, sin embargo no observamos esa misma energía para dar por sentada y comenzar a cumplir la normativa laboral referida al derecho a la maternidad y a la protección social en cuanto a contar con salas de cuidado infantil en las empresas, cuestión que ha estado en contra de la clase trabajadora y en favor de los intereses empresariales.

El modo de producción capitalista tiene a su base relaciones sociales de explotación, y con la doctrina neoliberal imperante en la economía salvadoreña como eje de acumulación de la ganancia, viene la resolución de la Sala a poner las barbas en remojo, sobre cuál ha sido el comportamiento del sector empresarial que se queja continuamente ante los organismos competentes jurisdiccionales y administrativos, cuando se trata de ataques a sus intereses que le afectan sus costos de producción (su ganancia).

Esta vez los diputados afines al capital (Portillo Cuadra, etc) están buscando el recurso jurídico para hacer que tal resolución sea inaplicable por razones de afectar la ganancia de los sectores empresariales, y están buscando ganar tiempo para que su aplicación tenga determinadas regulaciones y limitaciones dependiendo de la situación económica imperante, la naturaleza de la empresa, su capital y número de personas trabajadoras entre otros aspectos, y con ello desfasar o evadir en el tiempo su aplicación como hicieron con la ley de prevención de riesgos en los lugares de trabajo, que fueron en base a diferentes decretos legislativos dilatando su inmediata aplicación.

El juego democrático al que los sectores empresariales en la ANEP le apuestan y se rasgan las vestiduras que se debería cumplir a cabalidad, hoy con una resolución de la Sala de lo Constitucional que afecta sus intereses, no tienen la misma coherencia y dinámica que les caracteriza cuando se trata de algo que les conviene, ahora no mencionan con mucha energía el asunto de la democracia, que tiene históricamente un sesgo en favor de los intereses empresariales.

Llamarnos “colaboradores” a quienes sacan la producción en condiciones de explotación laboral y le hacen la ganancia, parece hoy ser oportuno que haya un claro reconocimiento de la situación laboral que se vive en los diferentes lugares de trabajo, donde hay un grupo de personas arbitrarias y abusivas del derecho laboral, que mantienen en condiciones infrahumanas y de total desprotección social a tantos de los que hoy son denominados por el mero Presidente de la ANEP como “sus colaboradores”.

Al parecer con ese lenguaje empresarial se busca una “relación equitativa” entre el capital y el trabajo, al llamarnos colaboradores, creando una falsa imagen de que los empresarios de la ANEP, son excelentes personas jurídicas que reconocen plenamente los derechos laborales, y reconocen el estatus de una persona trabajadora en el proceso productivo, cuestión que con el incremento del salario mínimo no se vio tan claro como hoy lo expresan al llamarnos de esa manera.

Ahora que somos colaboradores, significa que ha quedado atrás las formas de esclavitud que se manifiestan en el comercio—más cuando se trata de un “black” (día, semana o mes)—donde de una manera indiscriminada se manifiestan condiciones laborales deprimentes para quienes en el comercio y servicios se ven en la vorágine del consumismo, pareciera que al denominarnos hoy “colaboradores” la ANEP, podría dar a entender que luego habrá una distribución de la ganancia acumulada en el período del black, para entender que ayer éramos esclavos, pero hoy a partir de la resolución de la Sala, somos sus colaboradores.

*Sindicalista salvadoreño

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