El mundo sindical salvadoreño

Su trabajo, su oferta, sus acciones, sus decisiones, y el compromiso hacia la sociedad salvadoreña (Parte I)

Por: Roger Hernán Gutiérrez*

Vamos cerrando un ciclo de vida sindical, que parece agotado, sin oficio ni beneficio, pegado al poder de quienes hoy lo ostentan ¿y mañana qué, 2024?

No lo sabemos, pero, así como apunta el panorama se va terminando (jun2019-may2024), la idea de que un nuevo gobernante haría lo propio para reivindicar los intereses de la clase trabajadora, pero la opción que se tomó fue la misma, ligarse a los sectores del capital, con la esperanza de “democratizarlo” (supuestos capitales emergentes), de hacerlo más a la realidad que día a día viven las personas trabajadoras, no fue posible y el mercado del trabajo siguió deteriorándose—no hay trabajo considerado decente, en tanto los procesos productivos siguen siendo de clara explotación y en pro del que tiene claro el modelo de acumulación de la ganancia y la riqueza que todos producimos.

Una mano de obra barata, sin salario mínimo acorde al costo de vida (otra entidad tripartita anulada), medio reactivada en el período del frente, poco o nada calificada, no tiene sentido la apropiación de la empresa privada del instituto de formación profesional, se creen dueños al pagar el 1% de la planilla cuando se trata de empresas de más de 10 trabajadores(as), la representación laboral, sólo ha sido un ente cobrador de dietas, sin la discusión fuerte hacia cambios en pro de la clase trabajadora que representan y los cambios en el mundo del trabajo.

Arena se encargó de maniatar al instituto a conveniencia y la proporcionalidad del poder sigue siendo desigual, hay inequidad en los intereses de las partes, que no propende a una nueva y diferente manera de funcionalidad del tripartismo. La formación profesional, ligada a corrupción, a intereses empresariales y la cooptación por el gobierno de Arena (1989-2009) del sector laboral, fue el resultado para no hacer funcional al instituto público de formación profesional, sin lograr enrumbarse hacia otros horizontes más halagüeños de cambios en el mundo del trabajo.

El Presidente Funes intentó equilibrar el proceso (2010-2014), se confió en el ex dirigente sindical Centeno (q.e.p.d), para hacerlo, e igual la oposición empresarial contra la izquierda parlamentaria y partidaria era fenomenal y no se pudo trascender, acá el juego del sindicalismo venal hizo lo propio y anuló la organización sindical consecuente, la cual además, el frente, había utilizado en pro de intereses político partidarios de una izquierda nada consecuente a los intereses de los sectores laborales—se anuló a la ex magistrada Dra. de Avilés; en la cartera de trabajo y, se puso al sindicalista para mantener “la paz” en las relaciones laborales.

Su mejor trabajo anular el diálogo tripartito por la manera de ver a la clase empresarial, su logro hacer más in funcional al Consejo Superior del Trabajo-CST (1994) que había sido un acuerdo de paz, cooptado por el empresariado pro mercado (financiero y comercio exterior—industria de exportación (maquila), tratados preferenciales y de libre comercio); e imponer a la reducida fuerza laboral del partido comunista—las demás fuerzas consideradas marxistas-leninistas al menos en la teoría, se habían diluido en diferentes esfuerzos vinculados a terceristas, a ex fpl (el trabajo organizativo en la cartera de OOPP fue sintomático, se propuso anular la organización sindical arenera e imponer la avalada por el Ministro G. Martínez), esa experiencia fue similar a otras instituciones donde terminó fraccionándose a la fuerza laboral.

Antes del gane electoral de ARENA en 1994, personajes como Facundo Guardado (ex fpl), habían pretendido crear formación de cuadros, para asumir las riendas del gobierno, no se tenía experiencia alguna, se hicieron acciones en ese sentido, pero la candidatura de Rubén Zamora no fue suficiente para ganar—la división de la izquierda partidaria prevaleció y el juramento con el pueblo, frente al estadio Flor Blanca en ese entonces, acabó partiendo la cuota de 21 diputados y los gobiernos locales que se suponía recogían los intereses del pueblo, fueron cediendo al oportunismo, a la corrupción, al comodismo de ser funcionario público, nadie quería cambiar su estatus quo alcanzado; y esta realidad arrastró al neo sindicalismo incipiente, y se impuso el sindicalismo venal que apoyaba la empresa privada con los procesos de privatización, en primera instancia la anulación de organización sindical en la banca, en el sistema financiero (bancos privados y bcr—SIGEBAN y SITRABIF). Los convenios de libertad sindical 87,98 ya no fueron ratificados por el Foro de Concertación Económico Social, sino hasta el 2006 con los movimientos comerciales de la Atunera Calvo S.A. y el exigido tratado comercial con la Unión Europea.

El trabajo sindical ha estado en un constante desgaste, de unos por otros, la rueda gira, y la sustitución obligada de creer que este o aquel gobierno atenderá los intereses laborales no se cumple, se continúa con la cooptación de dirigentes sindicales venales, que siempre ha existido, no existen hoy relevos pues la praxis sindical es deficitaria y con escaso nivel educativo e ideológico, y los líderes sindicales jóvenes no responden a las exigencias en el plano político-sindical.

En unas épocas por estar ligados al poder corrupto, en otras trabajando casi en la clandestinidad por la liberación del pueblo de la opresión, del militarismo, de la falta de libertades y democracia en favor de la gente.

*Sindicalista salvadoreño

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