Recientemente escuchamos al pastor Edgard López Bertrand, hijo, líder de una de las iglesias evangélicas más numerosas en El Salvador, pidiéndole paciencia a los inocentes que injustamente han sido encarcelados en el marco del régimen de excepción, decretado por Nayib Bukele.
Por: Jorge Vinueza
Más allá de la incómoda escena de un pastor defendiendo una flagrante violación de los derechos humanos, en primer lugar llama la atención el lugar y en segundo lugar el momento en que se producen dichas declaraciones. Las cárceles se han convertido en el punto más débil del régimen, ya que varios organismos internacionales y, más recientemente, un señalamiento directo de la ONU, indica que el gobierno de Nayib Bukele se comete graves violaciones a los derechos humanos dentro de las cárceles. Es decir, ahí donde las voces más sensatas están advirtiendo una degeneración del sistema democrático es precisamente donde Toby Jr decide convertirse oficialmente en el pastor del régimen.
El papá de Toby Jr, el pastor Edgard López Bertrand, nunca negó su simpatía por los círculos del poder, principalmente de derecha. Aunque después del ascenso de la izquierda en 2009, su actitud fue más bien de retirada táctica a los asuntos netamente espirituales, es más, sus mensajes en esta última etapa de su vida, que llegó hasta su fallecimiento en 2017, se podrían enmarcar dentro de la tónica histórica que han tenido las iglesias evangélicas: fuertemente enfocadas en el arrebatamiento de la iglesia y asuntos “estrictamente evangélicos” (del alma, moralidad individualista, etc).
Después de la muerte de su padre, Toby Jr, mantuvo a distancia de los asuntos políticos: Antes de esta declaración pública a favor del régimen de Bukele intentaba justificar el régimen supuestamente desde el sentido común. Es decir, desde esquemas ahistóricos (sin ponderar el impacto institucional de las decisiones de gobernantes electoreros) y sin tomar en consideración el documentado pacto entre el gobierno de Bukele con las pandillas.
En El Salvador, actualmente, el sentido común es toda opinión que se ajuste a la parcializada narrativa gubernamental. Dicotomías como ¿Derechos humanos o abuso de pandilleros? ¿Bukele o caos? Y Toby Jr siempre fue orgánico, una caja de resonancia del régimen, como muchos pseudoperiodistas.
Sin embargo, el salto cualitativo que ha dado es importante: de un ciudadano común opinando desde su probable fragmentada visión de la realidad ha pasado a asumir el rol de justificar al régimen desde la subjetividad de una nación fuertemente cristiana, y fuertemente evangélica.
La desatinada metáfora de comparar a Cristo con los inocentes no considera aspectos importantes: el primero es clave, ya que el calvario de Cristo fue elegido por él, en libertad, no fue impuesto contra su voluntad: Situación contraria a los inocentes encarcelados.
En segundo lugar, aún si aceptamos la interpretación analógica de Cristo y los inocentes, ¿Por qué si esta es una situación que reproduce esa lucha entre el bien y el mal, él ha elegido estar del lado del opresor? ¿Si los inocentes son los nuevos tipos de Cristo, a quién debería apoyar y defender el pastor Toby Jr? ¿En lugar de justificar abusos no debería estar anunciándoles a las autoridades las consecuencias de sus actos? ¿O no cree el pastor que ellos mismos le reclamarán que no pudo darles el mensaje adecuado en el momento adecuado?
Sabemos que el presidente solamente se rodea de personas notablemente flexibles a cumplirle sus deseos, pero, ¿es la tarea de un pastor distenderse acríticamente en la propagando o ser una voz a contracorriente, sobre todo en contextos de crisis moral?
No sabemos el nivel de conciencia que pueda tener el pastor respecto de la actuación pastoral en esta coyuntura histórica, pero no es un mal momento para recordarle uno de los mensajes más famosos de su padre: “tus pecados te alcanzarán”. El único mensaje que, por extensión, deberían recibir los funcionarios también.
