NUESTRAS ADELITAS Y ADELITOS

Por Igor Iván Villalta Sorto*

Una de las melodías que identificaron a la Revolución mexicana fue la dedicada a Adelita. Los que no somos mejicanos, la conocemos como una melodía más, lo mismo que sucede con La cucaracha. Ambas son parte de la historia de México:

La cucaracha, la cucaracha
Ya no puede caminar
Porque no tiene, porque le falta
Marihuana que fumar

“El escritor e historiador Paco Ignacio Taibo II en su libro Pancho Villa una biografía narrativa contó que el Centauro del Norte se burlaba continuamente de Victoriano Huerta y decía que en las fotos oficiales cuando no traía uniforme militar parecía una cucaracha”.

“Además era conocido en la época por sus hábitos de que le gustaba el alcohol a tal punto de estar borracho y también era consumidor de mariguana. Huerta solía consumir cantidades grandes de coñac por lo que se entorpecía su caminar, pero además era cojo y tenía cataratas lo que lo impedía moverse fácilmente a pesar de estar sobrio”[1].

Por otro lado, adelita era una revolucionaria mejicana que se unió a las fuerzas revolucionarias, a ella se le atribuye el honor de inspirar el corrido más famoso de la Revolución mejicana: «Popular entre la tropa era Adelita, /la mujer que el sargento idolatraba, /porque a más de ser valiente era bonita /que hasta el mismo coronel la respetaba.

Y si Adelita se fuera con otro/ la seguiría por tierra y por mar; /si por mar, en un buque de guerra /si por tierra, en un tren militar.

Si Adelita quisiera ser mi esposa, /si Adelita fuera mi mujer, /le compraría su vestido de seda /para llevarla a bailar al cuartel«[2].

 

Parece chocante referirse a otros procesos para hablar de los nuestros, cuando los separa la línea del tiempo, sin embargo, aunque se dieron en épocas diferentes, el proceso revolucionario salvadoreño y mejicano tienen mucho en común, como las causas que lo originaron y los enemigos internos y externos. Del pueblo y gobierno mejicano se consolidó mucha de la solidaridad que se materializó en acción diplomática y de tantos mejicanos que nos acompañaron en el proceso.

Haremos un recorrido por aquellos personajes prácticamente desconocidos, que en muchos de los casos nunca empuñaron un fusil, ni fueron comandantes. Cuando se trataba de burlarse de algún compa, que alardeaba en otras zonas y más que todo cuando al conversaba con compañeras de ser comandante. Se decía: “ese es comandante; pero de la cocina”. Y es precisamente de ellos de quienes vamos a hablar. La labor desarrollada por estos compañeros y compañeras fue muy sacrificada y en muchos casos poco valorada.

Cuando los compas se portaban mal uno de los castigos era trabajar en la cocina, los veías acarreando grandes peroles para cocer maíz. Todos negros por atizar el fuego, acarreando grandes trozos de leña  para alimentar el fuego. José Luis Quan en su libro El día menos pensado, se refiere a algunos de ellos: “Posteriormente fui a platicar con el equipo de cocina, con Vilma, la Vilmona le decían, por ser muy corpulenta, de unos 23 años y con una mirada que da confianza y además de tener un carácter jodión, también estaba Elena de unos 16 años de edad, hija de Chespirito, un compa campesino de unos 45 años de edad, curtido por el trabajo de sol a sol y ahora por la guerra y uno de los mejores cuentistas de Varilla Negra, el también, trabajaba con nosotros, llevándonos los granos, baterías y materiales”

Otro de los personajes de la cocina era Victorino, que le decíamos “El Compó” ya que, en nuestras largas y extenuantes marchas, la gente de logística caminaba junto a las bestias, generalmente mulas, que llevaban todo lo necesario para cocer maíz, hacer fuego, que era una cosa realmente admirable como al tener un atisbo de braza se ponían a todo pulmón a soplar y soplar hasta que lograban “encandilar el fuego”. Ellos caminaban junto a nosotros. La diferencia era que mientras nosotros descansábamos, ellos estaban “quebrando maíz”      -moliendo maíz- luego se escuchaba el sonido agradable del palmeado de las ricas y deliciosas tortillas.

El Compó, caminaba con el molino al hombro, su inseparable machete, si llegabas al campamento después de cumplir alguna misión, te recibía con una sonrisa y el cuestionamiento obligado: “compó, ¿ya comió?” lamentablemente al concluir la guerra y quizá, el ya no tener misiones, como que ya no encontró sentido a la vida y se suicidó.

En las guerras existen tantos y tantos héroes anónimos que los que sobrevivimos, estamos en la obligación de rescatar su memoria, recopilar sus experiencias, describir su personalidad, sus afanes y frustraciones. Considero que como sociedad en la cual nos vimos embarcados en la enorme tarea de cambiarla, un proceso interminable porque las sociedades nunca son perfectas, pero se pueden mejorar y si nuestro aporte sirve de algo, hagámoslo con entusiasmo e hidalguía.

La Revolución no es algo fijo de una ideología, ni algo de una década en particular. Es un proceso incrustado en el espíritu humano

Abbie Hoffman

[1] Cuál es el origen de la canción “La cucaracha” y qué relación tiene con Pancho Villa [Internet] fecha de consulta 25-11-2022. Disponible en: https://www.infobae.com/america/entretenimiento/2022/05/24/cual-es-el-origen-de-la-cancion-la-cucaracha-y-que-relacion-tiene-con-pancho-villa/

2 Adela Valverde, la Adelita de la Revolución [Internet] fecha de consulta 25-11-2022. Disponible en: https://massinformacion.com.mx/2022/11/21/adela-valverde-la-adelita-de-la-revolucion/

 

*Biólogo investigador salvadoreño.

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