La psicopatía tiene un papel decisivo en la génesis del mal

En el libro, “Sin conciencia, el inquietante mundo de los psicópatas que nos rodean”, el psicólogo canadiense Robert D. Hare afirma, que la gente normal ve al psicópata como un monstruo, lo asociamos con asesinos o enfermos mentales. Nada más lejos de la realidad, el trastorno va más allá de actos crueles y despiadados. Los psicópatas suelen tener un aspecto y un comportamiento más corriente.

Por: José Guillermo Mártir Hidalgo

Los psicópatas son depredadores que encandilan, manipulan y se abren camino en la vida sin piedad. Van dejando una estela de corazones rotos, expectativas arruinadas y billeteras vacías. Los psicópatas no están desorientados, ni viven en otro mundo. Son racionales y se dan cuenta de lo que hacen y por qué.

La psicopatía es un síndrome forjado por factores sociales o experiencias infantiles, donde concurren elementos biológicos, psicológicos y genéticos. El primero en estudiar la psicopatía fue Philippe Pinel, quien le llamo enfermedad mental sin delirio y consideraba a los psicópatas como moralmente enfermos.

Son encantadores y amables, pero, se les nota poca sinceridad. Tienen una visión narcisista de la vida, les encanta tener poder y control sobre los demás. Les falta interés por los efectos devastadores de sus acciones en los demás. Son incapaces de “ponerse en la piel de los demás” y ven a la gente como objetos que le pueden dar gratificaciones. Son personas manipuladoras y mentirosas, portadoras de emociones superficiales.

Como síntomas de desviación social, estos, buscan satisfacción, placer o alivio inmediato. Su control inhibitorio es débil. Muestran incapacidad de tolerar la monotonía y la rutina. Las obligaciones y compromisos no les significan nada. Presentan problemas de conducta en la infancia y conducta antisocial de adulto. Y manifiestan una fachada de normalidad.

Muchos psicópatas pasan entrando y saliendo de cárceles y correccionales. Y muchos otros nunca ingresaran en la cárcel ni en ningún otro centro de detención. La mayoría de psicópatas engañan a la gente para conseguir sus diferentes fines. Tienden a ver cualquier interacción social, como oportunidad de alimentarse despiadadamente y sin remordimientos.

Por otro lado, la delincuencia y la violencia en general, están influidas por factores genéticos y biológicos, modulados por fuerzas sociales y ambientales. El entorno puede convertirse en un caldo de cultivo que prepara a la conducta criminal. Los delincuentes llegan al crimen por muchas vías: familias o ambientes donde la conducta delictiva es la norma. Abusos sexuales, físicos o emocionales en la infancia. Por necesidades imperiosas como gente sin recursos o adictos a drogas y por crímenes pasionales.

En el libro “Serpientes en trajes, cuando los psicópatas van a trabajar”, Hare y el psicólogo estadounidense, Paul Babiak, aseveran, que los Hombres y las mujeres han actuado sin escrúpulos al buscar y ejercer el poder. En los altos ejecutivos empresariales, los perfiles psicopáticos son más significativos que en la población en general. Hay psicópatas corporativos, psicópatas políticos y psicópatas religiosos. Mientras más alto en la escala de poder, más psicópatas encontramos. La tomografía demuestra que los psicópatas presentan menos actividad en el área del lóbulo pre frontal y un mal funcionamiento de la amígdala.

Algunos psicópatas no quiebran la ley, pero, provocan abuso emocional y psicológico. Otros causan problemas a través de fraudes económicos y terceros, que adoptan una vida parasitaria. Hay dificultad para distinguir a los psicópatas, ya que gozan de buena impresión, con excelentes destrezas de comunicación y talento para leer a la gente y saber que botones presionar. La estrategia del psicópata es la siguiente: evalúa una víctima potencial-la manipula y explota-luego abandona a la víctima que ha utilizado. En cambio, el sociópata es un antisocial y criminal que se ha desarrollado en una subcultura violenta. Y el desorden antisocial de la personalidad, una categoría diagnóstica similar a la sociopatía.

El psicópata corporativo va donde haya poder. El desafío Inicial es ser contratado por la compañía. Posteriormente, busca algún individuo importante en la compañía que le proveerá protección y cobertura y vuelve al patrón trifásico. Su ficción es convencer a otros de su honestidad. Tiende a la manipulación y abandona a quienes utiliza, ataca a rivales y se mueve en ascenso. Algunos psicópatas se conforman con satisfacer sus instintos básicos y otros, encuentran satisfacción en el poder, en el control y la fama.

Los tipos psicopáticos en corporaciones son el clásico, el macho y el manipulador. El clásico, tiene un puntaje alto en todas las áreas de la psicopatía. El manipulador, un puntaje alto en áreas interpersonal y afectiva. Y el Macho, un puntaje alto en las áreas estilo de vida y antisocial. El manipulador corporativo es un psicópata manipulador, el mandón corporativo es un psicópata macho y el maestro titiritero, es el psicópata clásico. El psicópata manipulador está en negocios, política y otras profesiones. El psicópata acosador está en posiciones de gerencia. Y el maestro titiritero controla empleados, sistemas, procesos y procedimientos.

El psicópata ama el poder. No todos los políticos son psicópatas, pero, los políticos de élite, si lo son. El político psicópata se caracteriza por su protagonismo y afán desmedido por el poder. El psicópata político trabaja para sí mismo, aunque su discurso diga lo contrario y, a través del clientelismo, logra reunir a sumisos y obedientes que le sirven para construir y consolidar su poder. Las grandes estructuras de poder son un campo perfecto para los psicópatas, estas, terminan siendo dirigidas por ellos.

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