EE.UU. El lucrativo negocio de las prisiones privadas

Un negocio que mueve miles de millones de dólares florece en EE. UU.: la industria de las prisiones privadas.

La desestatificación de las cárceles inició en los 80 del pasado siglo, cuando ese Gobierno empezó a subcontratar su manejo a las empresas, un proceso aprobado desde los 70 de esa misma centuria.

Jack Massey creó, en 1983, la primera gran compañía carcelaria, Corrections Corporation of America (CCA), y desde entonces se han creado unas 130 prisiones privadas en 30 estados del país, controladas, en su mayoría, por dos grandes empresas: la mencionada CCA y el grupo geo. Sus beneficios en 2011 fueron de 1 700 y 1 600 millones de dólares, respectivamente.

EE. UU. tiene el 5 % de la población mundial; sin embargo, en sus cárceles está el 25 % de los presos del orbe.

Más de un millón de internos laboran a tiempo completo en las prisiones, empleados como esclavos por multinacionales como IBM, Motorola, Microsoft, Telecom, Target, Pierre Cardin, Macy’s, Victoria’s Secret… Cobran de 16 a 65 centavos por hora, 95 veces menos que el salario mínimo a nivel federal.

Unas 4 000 de estas corporaciones tienen contratos con los sistemas penitenciarios, pero los grandes beneficiados son los bancos como Citibank, JPMorgan, Goldman Sachs., que prestan dinero a los estados para las cárceles públicas.

La principal mano de obra barata proviene de los inmigrantes ilegales internados en verdaderos limbos de la ley.

Según BBC, las leyes que los criminalizan garantizan un flujo constante de presidiarios para los centros privados, mientras cabilderos y políticos llenan sus bolsillos aprobándolas o no, como en subasta.

En este, como en tantos temas en que se autorreferencia, a EE. UU. la moral no le permite dictar palabra ni alzar la frente.

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