Una gran familia. Religión y sindicalismo: el caso PEMEX

El lunes 31 de enero hubo elecciones en el Sindicato (antes Revolucionario) de Trabajadores Petroleros de la República Mexicana. Es importante recordar que el PRM (luego PRI) se integró con los Sectores Obrero, Campesino y Popular, configurándose así un sistema sindical relacionado con el Partido de Estado.

Por: Elio Masferrer Kan*

Los líderes charros se caracterizaron por evitarle problemas al Gobierno, a la vez que conseguían una serie de prestaciones y privilegios a los trabajadores del Estado, que los diferenciaban así del resto de la población. Simultáneamente se creaban, en las empresas privadas, sindicatos “blancos” que eran manejados por las mismas.

Este sindicato se fundó en 1935 y respaldó la expropiación petrolera que decretara el entonces presidente de México, el general revolucionario Lázaro Cárdenas del Río. En 1942 firmó su primer contrato colectivo de trabajo con PEMEX y en 1976 amplió sus bases para incluir las plazas de profesionistas, técnicos e ingenieros, quienes tenían posiciones como superintendentes y gerentes en los pozos y plantas industriales, que hasta ese momento eran plazas de confianza.

El sindicato tiene más de 113,000 afiliados y la mayoría de sus afiliados trabajan en Campeche, Chiapas, Ciudad de México, Oaxaca, Tabasco, Tamaulipas, Veracruz. Tiene además trabajadores eventuales y una red de empresas contratistas especializadas que brindan servicios a PEMEX. Por sus condiciones estratégicas fue durante muchos años la principal fuente de recursos para el presupuesto nacional; la suerte de esta empresa marcó en muchos casos el rumbo del país.

Una peculiaridad de este sindicato y otros que agrupan a trabajadores del estado es que el sindicato es quién designa el personal y que las plazas se heredan habitualmente a un familiar y pueden incluso venderse el derecho a la misma. Los candidatos reivindicaban ser hijos y nietos de petroleros.

La campaña electoral para renovar al secretario general tuvo varias peculiaridades. En términos formales, las autoridades se renovaron mediante una votación electrónica utilizando el teléfono móvil de los afiliados, asimismo la votación fue personal y secreta, cambiando la modalidad anterior de votación pública, a mano alzada en asambleas, una novedad adicional fue que el Presidente de la República facilito un tiempo de sus conferencias matutinas, durante cinco días, donde los 25 candidatos pudieron exponer sus respectivos programas de trabajo.

A estas novedades podemos agregarle que tres candidatos se encomendaron a Dios, reivindicaron su formación religiosa, e incluso uno de ellos, asistió con una Biblia sobre la cual juró cumplir con sus compromisos de campaña. Esto nos llevó a investigar el papel de los evangélicos en PEMEX.

En sus exposiciones, los y las candidatas denunciaron las carencias de servicios, el abandono de las instalaciones hospitalarias, la corrupción de la actual dirección sindical y el deterioro de los servicios sindicales También acusaron a la Secretaria de Trabajo de “no hacer nada” contra las direcciones corruptas del sindicato.

Los resultados electorales marcaron un sorprendente resultado: La actual dirección del sindicato, encarnada en su tesorero nacional, obtuvo el 75% de la totalidad de los sufragios emitidos. Existen 191 impugnaciones al proceso electoral.

Para quienes estudiamos el papel de los sistemas religiosos, el proceso electoral trae datos interesantes. La primera pregunta sería por qué al menos tres candidatos emplearon figuras religiosas en sus campañas. Según colegas de nuestra Red de investigadores en regiones petroleras, los niveles de población evangélica en el gremio petrolero son altos pues están en regiones con fuerte presencia evangélica y la conformación del gremio petrolero se hizo en oposición al catolicismo de los años treinta del siglo pasado. Conociendo esto, los líderes charros históricamente “cultivaron” la relación con los pastores, muchos de ellos también trabajadores sindicalizados.

Los trabajadores de PEMEX se opusieron abiertamente a los planes de privatización petrolera y desde 1988 respaldaron en su momento a Cuauhtémoc Cárdenas y luego a AMLO pues tenían claro que les convenía mantener el papel rector de la empresa en la economía nacional, a la vez que no están dispuestos a cambiar la dirección charra del sindicato pues fue muy eficiente en mantener un conjunto de derechos, prestaciones y salarios muy por encima de las remuneraciones de otros trabajadores.

En una gran familia, la ropa sucia se lava en casa.

*Doctor en antropología, profesor investigador emérito ENAH-INAH.

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