“Es muy desafiante estar desnuda a los 62”. Emma Thompson.

Por: Valeria Martínez. 

Con 40 años ganándose la vida como actriz, Emma Thompson conoce de sobra los hilos que tejen su industria. Desde el dulce sabor del éxito al amargor del fracaso, pasando por la alegría de los premios y aplausos, a las presiones por la imposición de la perfección superficial femenina. Como mujer y actriz, lo sabe de sobra. Por eso, que a sus 62 años se despoje por completo de presiones y prejuicios en su nueva película para mostrarse tal y como Dios la trajo al mundo, demuestra tanta valentía como ganas de seguir arriesgando.

Emma Thompson asiste al Earthshot Prize 2021 en Alexandra Palace el 17 de octubre de 2021 en Londres, Inglaterra. (Photo by Neil Mockford/FilmMagic)
Emma Thompson asiste al Earthshot Prize 2021 en Alexandra Palace el 17 de octubre de 2021 en Londres, Inglaterra. (Photo by Neil Mockford/FilmMagic)

Emma Thompson fue noticia en los pasillos del mundo del cine a lo largo del fin de semana al estrenar su primer desnudo frontal en el Festival de Sundance. Y no por el desnudo en sí mismo, sino porque es la primera vez que se atreve en tantos años de carrera.

En su nueva comedia Good Luck to You, Leo Grande, la actriz interpreta a una maestra viuda llamada Nancy Stokes que contrata a un acompañante masculino profesional -en la piel de Daryl McCormack- con la esperanza de experimentar el primer orgasmo de su vida. Se trata de una película íntima centrada en dos personajes pero, sobre todo, en la liberación de la protagonista con sus propias restricciones sociales y su vida. No es una comedia romántica, sino una historia de amor consigo misma.

Y para completar la narrativa de la historia, Emma realiza un desnudo frontal. Y si bien ha realizado varias secuencias sexuales a lo largo de su carrera enseñando algunas partes de su físico -o casi todo su físico como en Un tipo de altura- aquí se atreve al completo por primera vez.

Al tratarse de un salto de gigante para ella, tanto por ser la primera vez como por las exigencias físicas de su industria, necesitó prepararse a conciencia. Por un lado, lo hizo con su compañero de reparto y la directora Sophie Hyde, ensayando los tres desnudos el primer día, hablando en conjunto sobre sus cuerpos, la relación que tiene cada uno con el suyo, los dibujaron y discutieron los temas tabúes para ellos en cuanto al físico al igual que aquello de lo que les gusta hablar.

Sin embargo, Emma sabía que internamente había más en juego para ella. “No ha cambiado nada en las demandas odiosas que se hacen sobre las mujer en el mundo real pero también en la actuación” dijo a Cinema Cafe durante la presentación del filme en el festival. Esto de tener que ser delgada es igual que siempre y, en realidad, en cierto modo creo que es peor ahora”.

Es muy desafiante estar desnuda a los 62” dijo Emma. “Ella [su personaje] se para delante del espejo sola y arroja la bata al suelo”Y así, reconoce que la documentación de cuerpos reales y al natural es importante en la narrativa creíble de las historias, aunque reconoce que no fue capaz de hacer desnudos de este tipo en otras etapas de su vida. “No creo que hubiera podido hacerlo antes de la edad que tengo ahora. Y aún así, por supuesto que la edad que tengo hace que sea extremadamente desafiante porque no estamos acostumbrados a ver cuerpos sin retoques en la pantalla” confesó.

Con sus palabras, Emma deja en evidencia lo mucho que las “demandas odiosas” de la industria sobre la perfección física femenina perduraron en el tiempo, lo que hace aún más llamativo que a los 62 años haya optado por apostar por la historia y entregarse en cuerpo y alma, dejando a un lado esa imposición que le rodea.

Con más de cuatro décadas en cine, televisión y teatro y con más de cincuenta películas en su haber, Emma sabe de lo que habla cuando menciona «demandas odiosas» y la exigencia de la delgadez fisica en relación a su industria. Por eso, teniendo en cuenta cómo Kate Winslet tuvo que frenar el retoque estético de su figura en la promoción de Mare of Easttown, o cómo muchas actrices hablan del miedo a superar la barrera de los 40 ante la amenaza del olvido profesional, así como la fobia de Hollywood por el envejecimiento femenino, que Emma plante su cuerpo a la orden de un proyecto a los 62 años cuando no lo había hecho de la misma forma en su juventud, es para quitarse el sombrero. No por la superficialidad de la noticia, sino por sus ganas de arriesgar y plantarse contra esas miradas prejuiciosas.

Un paso más desafiante si cabe a esta altura de su vida, que requiere de mucho desparpajo y valentía cuando tenemos en cuenta cómo Hollywood lleva toda su existencia imponiendo cánones de belleza inalcanzables para las mujeres de su industria, exigiendo juventud eterna para derivar en el destierro del universo de papeles protagonistas.

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