Aun, creo en la Navidad

No en esa navidad consumista, no en esa fecha donde, como perros de Pavlov, condicionados por ese capitalismo voraz, damos rienda suelta a nuestros impulsos muy internos y subconscientes y quedando bien con ellos, decidimos que un regalo y una comilona  es el significado de la Navidad, con tan poco nos satisfacemos.

Por: Francisco Parada Walsh*

Básicamente los instintos más primitivos aparecen, y en ese par de horas donde se reparte y comparte quizá, sea el único momento donde somos felices, falsamente felices pero felices al fin. No hay recogimiento familiar y poco se agradece llegar al fin de un año, todo es un desenfreno y poco importa el futuro.

Aun, creo en la Navidad, pero en aquella navidad donde hago un recuento de mi vida, donde agradezco por lo vivido y me trazo metas, algunas no se cumplen pero allá, a lo lejos hay esperanzas de una verdadera conversión en mi vida, es en esa navidad en que creo. No en el comercio, no en la gula, no en misas de media noche sino en que cada persona sea un templo y como tal, lo cuida, lo venera, lo respeta y quizá viva en otro planeta pero creo que podemos dejar un mundo mejor; el año pasado y éste, han sido demasiado duros para una humanidad más dura; no tengo una falsa esperanza que el 2022 viene con premios, no; pero dentro de esa vorágine de vidas que no encuentran la salida, aun, creo en la navidad.

Muchísimos se nos adelantaron y como un tributo a ellos debemos creer en las cosas buenas de la vida, son esos asuntos intangibles como el cariño, el respeto, el amor hacia los nuestros, ser más puntuales en todo lo que hacemos, vivir un presente más sencillo, más personal y que florezcan los valores, los deseos eternos por no creer en Santa Claus sino en mi hermano, por no creer en los festines sino creer en la vida y en la muerte y por ende, siquiera entender que somos frágiles, somos sombras en el tiempo; por no creer en “el  Nacimiento” sino por ser nosotros los que volvemos a nacer; por no creer en los Reyes Magos sino ser nosotros los reyes que amamos a nuestros súbditos, sea la empleada, el vigilante, esa persona que en nuestra escasa mente está por debajo de nosotros, y ser los magos que, sin varita mágica aspiramos y debemos cambiar siquiera una vida, no pido que cambiemos el planeta sino una tan simple vida comenzando por nosotros; por no creer que un presente envuelto en papeles alusivos nos cambiará el futuro, no, eso es algo que en días estará en ese ropero donde acumulamos basura; pensemos en una reflexión qué se hizo mal y qué se hizo bien, y en el día a día luchar con todas las fuerzas del mundo para que todo se haga bien pues en la vida, las mejores cosas no se pueden comprar; nunca se ha vendido el respeto, se gana; nunca se ha vendido el amor, se da; nunca se ha vendido la verdad, se dice y así, creo en la navidad donde en esa comunión familiar busquemos el calor del fogón del hogar, del corazón del que necesita un abrazo, una palabra de consuelo pues esta Navidad habrá cientos de hogares que ya no son hogares, les arrebataron a sus hijos y ese dolor punza como nada y en esas casas donde falleció un hermano se necesita no una Navidad sino la comprensión de ese dolor.

Todos los Diciembres me trane tristes recuerdos y donde esperaba que siquiera alguien me preguntara cómo estás, eso nunca sucedió; todos asumimos que el sol brilla para todos pero la vida no es así, tengo días donde la tormenta, rayos y truenos me sacuden y veo a mi alrededor cómo el sol ilumina a otros, pero no a mí y entiendo que así, la vida no es justa, no es solidaria, no es un cuento de hadas, no, no; le temo a la depresión y he estado a punto de pararme en la cuerda floja y lucho contra los demonios que me atormentan, y mis lágrimas solo las gozo y sufro yo; pero esa es la vida, a nadie le importa si mi corazón está roto, está llorando por los recuerdos ingratos y quizá debo aprender de esta lección; que sea esta navidad una época preguntona donde nos acerquemos a alguien y siquiera podremos decirle: ¿Cómo está? ¿Qué necesita? Esa es mi navidad, por eso creo en la navidad donde no espero un tan solo regalo y ni lo necesito sino que sea una navidad diferente, de silencio, que no exista la pólvora sino bellas luces que iluminen la vida de mi hermano. Esa es mi navidad.

*Médico salvadoreño

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