Alicia Bárcena, la mujer detrás del desarrollo económico regional

Forbes.

La crisis medioambiental, el manejo de la pandemia y la diversificación económica son factores vitales para el futuro de América Latina. Al respecto, la mexicana Alicia Bárcena, líder de la Cepal desde hace más de 10 años, sostiene que se necesitan acciones concretas para evitar que muchos países queden rezagados para 2022.

Por Sebastián Montes.

Podría decirse que 2021 ha sido el año más retador de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal), y no solo por el aún persistente impacto de la pandemia, sino también debido a la crisis climática y medioambiental que ya se vive en todo el mundo. Conscientes de los compromisos de cara al futuro, los gobiernos latinoamericanos ya preparan sus planes de contingencia bajo la guía de una mujer que ha liderado la institución por más de una década.

Creo que el desarrollo económico no es sinónimo de crecimiento. El desarrollo económico tiene que incorporar el tema social y el tema ambiental para ser un desarrollo sostenible, pleno, que sea incluyente y que también permita que no acabemos con el planeta”, sostiene la secretaria ejecutiva de la Cepal, Alicia Bárcena, que charló con Forbes Colombia desde sus oficinas en Santiago de Chile.

Lo cierto es que, más que una diplomática, Bárcena es una mujer de ciencia. Formada como Biología en la Facultad de Ciencias de la Universidad Nacional Autónoma de México (Unam), dedicó sus primeros años de carrera a la investigación en materia ecológica, asumiendo posteriormente la dirección del Instituto Nacional de Investigaciones sobre Recursos Bióticos, ubicado en la Península de Yucatán.

Fue hasta finales de los 80 cuando entró a ocupar puestos gubernamentales en su natal México, asumiendo como directora del Instituto Nacional de Pesca hasta 1991. Posteriormente, trabajó como subsecretaria de Medio Ambiente en la Secretaría de Medio Ambiente, Recursos Naturales y Pesca.

Su inmersión en la economía llegó con un posgrado en la Universidad de Harvard, donde cursó una maestría en Administración. Para ese entonces, se dio cuenta de que “si no se conecta la problemática ambiental con la materia económica, si no la hacemos compatible y si no la hacemos dialogar, no podemos avanzar en materia ambiental y ecológica”.

Llegada a la Cepal

Su primer acercamiento con la institución fue en 1998, cuando se encargó de dirigir la división de desarrollo sostenible y asentamientos humanos. Cinco años después, en 2003, ganó la postulación como secretaria ejecutiva adjunta de la Cepal, cargo que desempeñó hasta 2005. Para entonces, el secretario general de la ONU, el ghanés Kofi Annan, la invitó a formar parte de su equipo como vicejefe de gabinete, para luego ascender a jefa de gabinete.

Casi dos años después, cuando Annan fue sucedido por el surcoreano Ban Ki-Moon, este último la nombró subsecretaria general de administración en la ONU. Pese a su nuevo cargo, Bárcena le comunicó su deseo de volver a su antiguo cargo en la Cepal, solicitud que le fue concedida en 2008, aunque en esta oportunidad como secretaria ejecutiva. Tras 13 años en el cargo, su continuidad fue ratificada por el actual líder de Naciones Unidas, el portugués Antonio Guterres.

Fotos cortesía Cepal.

Precisamente, es en el tema ambiental donde, a su criterio, ha podido hacer su mayor contribución a la institución, dándole una mirada económica y poniendo como base material del desarrollo económico a los recursos naturales y la biodiversidad de América Latina.

“Somos una región muy rica en recursos naturales, entonces debemos aprender a no irnos solo con actividades extractivas, sino a realmente hacer una conciliación entre la actividad económica y la protección de la integridad de los ecosistemas y del medio ambiente, sobre todo ahora ante esta gran problemática del cambio climático, donde estamos ante una gran vulnerabilidad planetaria”, sentenció.

Ante dicha coyuntura, y de cara a la COP26 que se celebra actualmente en Glasgow, hizo un llamado a la región para trabajar en pro de un escenario en el que se pueda hacer frente a factores como temperaturas elevadas, el alza del nivel del mar y una creciente sequía en varias partes del continente.

“Creo que la vida me ha llevado a una coyuntura muy importante en donde no soy yo solamente, sino que realmente hay una conciencia mucho mayor de la importancia de proteger el medio ambiente, y hacerlo de la mano con el desarrollo económico y social”, apuntó.

Protección de los ODS

Para cumplir esa meta, Bárcena recalcó la importancia de los objetivos de desarrollo sostenible (ODS), pero también llamó la atención sobre la implicación de la región alrededor de los mismos, considerando que Latinoamérica debe hacer un esfuerzo mayor a la hora de generar una estrategia muy clara de mitigación de gases de efecto invernadero.

“La adaptación ocupa menos del 20% del financiamiento global y debemos incrementarlo para que llegue al 50%. Si no nos adaptamos al cambio climático en las zonas costeras y en los bosques para preservar el agua, vamos a sufrir consecuencias muy graves que ya hemos empezado a sentir”. ALICIA BÁRCENA, SECRETARIA EJECUTIVA DE LA CEPAL.

Si bien América Latina solamente emite 8,3% de los gases de todo el mundo, es una región altamente vulnerable al cambio climático, especialmente en el Caribe y las zonas costeras, donde queda en evidencia el calentamiento de los océanos por la mayor velocidad, frecuencia y ferocidad de los desastres naturales como huracanes y tornados.

Asimismo, la directiva lanzó un mensaje de urgencia para trabajar en la mitigación de los gases de efecto invernadero, que se generan fundamentalmente desde el sector agropecuario y la deforestación.

Junto a dicha labor, subrayó que la gran prioridad de América Latina y el Caribe debe estar en la adaptación, aunque reconoce que el Acuerdo de París y la COP26 deben abogar por un incremento del presupuesto destinado para tal fin.

“Hoy por hoy, la adaptación ocupa menos del 20% del financiamiento global, y debemos incrementarlo para que llegue al 50%. Si no nos adaptamos al cambio climático en las zonas costeras y en los bosques para preservar el agua, vamos a sufrir consecuencias muy graves que ya hemos empezado a sentir”, añadió.

Bárcena es consciente de que la misión principal de América Latina en la COP26 tiene que pasar por el financiamiento, sobre todo por la situación que enfrenta la región debido a la pandemia, factor que ha demandado recursos para la parte social y económica, dejando en detrimento el apartado ambiental, que ha sufrido una reducción lo suficientemente significativa para que los gobiernos se orienten más hacia la inversión económica, aunque sea a costa del medio ambiente.

Pese a lo anterior, destacó una heterogeneidad importante en la región, así como varios países que han logrado “políticas ambientales muy serias con datos muy bien estructurados”. Uno de ellos es Colombia, pues a su juicio, ha sido una nación muy interesante en materia ambiental gracias a una estrategia consistente, al igual que Costa Rica.

“Hay ejemplos muy positivos, en donde inclusive las actividades económicas como el ecoturismo han podido compatibilizarse con la protección del medio ambiente. No es fácil la disyuntiva hoy, sobre todo después de la pandemia. Se trata de cómo crecemos, cómo generamos empleo, pero también tenemos que pensar cómo lo hacemos disminuyendo la huella ambiental”, detalló.

Avance de la vacunación

Hasta este punto de la conversación, Bárcena apenas había esbozado el impacto del Covid-19, aunque adquirió mayor relevancia ante su incidencia en el futuro inmediato de la estrategia medioambiental de la región. Por lo mismo, comentó que Latinoamérica debe abordar el tema de la prolongación de la crisis sanitaria y su impacto en la salud, la economía y el desarrollo social, preocupaciones que comparte con la Organización Panamericana de la Salud (OPS).

A su vez, citó la “enorme asimetría” que persiste respecto al avance de la vacunación, con países que han alcanzado hasta el 80% de población totalmente inmunizada, mientras que en casos como Haití no se ha llegado ni al 1%. Con este ritmo, la Secretaria advirtió que 2021 no será el año en el que América Latina alcance la inmunidad de rebaño, pero alertó sobre la necesidad de acelerar la inoculación de la población para alcanzar el 70% necesario en el menor tiempo posible.

Hoy en día, la región cuenta con un promedio de 40% del total de su población con esquema completo de vacunación. Más allá de la cifra, Bárcena urgió a atacar las asimetrías actuales, pues el ritmo que se está manejando en países con bajos índices de vacunación solo les permitirá lograr la inmunidad hasta 2023.

Mientras tanto, las estrategias a largo plazo implican acelerar y ampliar la compra de vacunas en la región y urgir a qué países con excedentes de vacunas entreguen donaciones, como han hecho Estados Unidos y la Unión Europea en los últimos meses.

Ante la persistencia de esas islas de inmunidad, Bárcena comentó que la Cepal y la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (Celac) preparan un plan de autosuficiencia sanitaria que no solamente irá dirigido a la compra de vacunas, sino también para analizar cuál es la situación de la región para fabricar fármacos, ya sea con acuerdos de coproducción con las grandes empresas o los países, pero con mecanismos propios de las naciones latinoamericanas.

“Nosotros como región participamos casi en 614 ensayos clínicos, muy separados y lamentablemente fragmentarios, pero creo que ahora, si pudiéramos establecer una plataforma regional de ensayos clínicos, podríamos avanzar mucho más rápido. Luego, por supuesto, crear consorcios público-privados para que podamos avanzar en la producción de vacunas con base en lo que ya se está haciendo en la región”, resaltó.

Panorama regional

Antes de entrar en los puntos específicos de la situación latinoamericana, Bárcena se detuvo brevemente en analizar la crisis global de suministros que enfrenta el mundo, derivada de los problemas logísticos que afectan al comercio mundial y que también están golpeando a la región. Al respecto, manifestó que se debe tener en cuenta la caída del comercio exterior el año pasado, pues sufrió un desplome de 10% en exportaciones.

Si bien este año hay un repunte de 22% en exportaciones y 18% en importaciones, no se puede ignorar que hubo caídas pronunciadas sobre todo en el sector aéreo, factor que también esto está muy relacionado con el sector turístico, uno de los más golpeados por la pandemia, no solamente en términos de transporte de pasajeros, sino también de transporte de carga.

Estos puntos son importantes ahora que se termina el efecto de rebote experimentado a lo largo de 2021, lo que lleva a preguntarse cómo será el crecimiento de la región de cara al futuro. Bárcena asume una postura realista y algo dura, pues reconoce que al menos 19 países no podrían recuperarse en el próximo año, teniendo en cuenta que la trayectoria de crecimiento para 2022, que apunta a 2,9%, no sería suficiente para que toda la región prospere.

A modo de reflexión, detalló que “no podemos seguir haciendo lo mismo y esperar resultados diferentes. Necesitamos un cambio en relación a nuestro perfil exportador, y ahí creo que el sector más reciente que ha resultado de la pandemia es el agropecuario, donde hay que poner un poco más de ojo en la producción de alimentos”.

Hacia el final de la entrevista, Bárcena llamó la atención sobre la reintegración de las mujeres en el entorno laboral, aspecto que a su juicio se debe solucionar mediante el tránsito hacia sectores más dinámicos de la economía, contribuyendo así a su diversificación. En dicho panorama, destacó a los sectores de hidrocarburos y minería, además del agropecuario, como los que tendrán mayor desempeño en 2022.

En el caso concreto de Colombia, Bárcena comentó que las estimaciones de la Cepal apuntan a que el país puede tener un crecimiento económico de 5,4% en 2021, cifra que consideró importante al estar por encima del promedio de la región. A su vez, reveló que las estimaciones del próximo año sitúan al país con un crecimiento de 3,8%.

Las cifras son destacables si se tiene en cuenta que América Latina cerró el año pasado con un crecimiento económico muy bajo: una caída promedio de 6,8%. Para 2021, las estimaciones de la Cepal apuntan a un aumento de 5,2% para final de año y el ya mencionado 2,9% para 2022.

No obstante, la ejecutiva consideró que hay otros temas a tener en cuenta en el país, como las cifras de informalidad laboral, que según datos del Departamento Administrativo Nacional de Estadística (Dane) al cierre de esta edición, llegaba a 47,4% de los trabajadores.

Creo que han hecho esfuerzos muy importantes en relación a cómo se ha manejado la pandemia en el país, sobre todo en el ingreso básico de emergencia, pero hay un gran desafío en la informalidad, y por lo tanto es un tema que habrá que abordar con cierta prioridad”, concluyó.

Bárcena reconoce que la región tiene un futuro importante, pero su materialización requiere de esfuerzos conjuntos en todos los apartados que tienen en jaque al mundo.
Sus 13 años al frente de la institución le han dado el instinto necesario para identificar el momento de tomar decisiones clave, y es ahora.

Fuente: Forbes Centroamérica.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada.

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.

A %d blogueros les gusta esto: