Palabras de Carlos Godoy en el contexto del Bicentenario.
Quinientos o doscientos años, la cantidad de tiempo que nos precede no es poca cosa, bajo la premisa que todo cambia que todo es constante y evoluciona no podemos negar esta aseveración a la palabra, a la poesía misma, en ese sentido lo atemporal del verso queda, permuta en los constantes procesos sociales en los cuales los autores se vuelven uno solo con los personajes que sufren que son heridos que son testigos y que en muchas ocasiones mueren.
Honduras y El Salvador tienen una enorme brecha de desigualdad, pero también poseen una honda historia de dolencia que sin duda los une.
En estos días de fervor patrio radial, cibernético y televisivo, porque a nada escapamos, nunca está demás el plantearse quiénes son los verdaderos héroes y mártires, los verdaderos próceres si han de existir, aquellos que no aparecen en la historia oficial infundida como un cuento para dormir.
Luis Melgar Brizuela, nos habla en este libro de los verdaderos próceres y sin tapujos ubica los nombres de Anastasio Aquino, Prudencia Ayala, Farabundo Martí, Roque Dalton y Monseñor Romero. Nos reta y advierte que no podemos vernos sin pensar en el ayer sin aclarar quienes somos increpándonos, somos una unidad geopolítica, que debe de estudiarse y debatir, si se quiere desde un punto macro histórico. Pues nuestras dependencias en las diversas ramas en Mesoamérica cada vez lo reafirman.
Nahua-pipiles, maya-chorty que nos une también con Honduras, otra vertiente de fuerza y memoria que nos acoge desde las raíces. la vertiente lencas-kakawiras, entre otras
Traer a la luz 100 arriba 100 abajo es denunciar: La historia en nuestro territorio marcada desde 1524 por la masacre el despojo, las violaciones y una larga lista de vejámenes y sometimiento que aún no acaba y que se diversifica y oculta.
Por ello es necesario Reescribir la historia, replantear que hacer ante el neocolonialismo, la opresión a las minorías populares, este libro cargado con un profundo sentido de pertenecía a la tierra de Cuscatan, lejano de los mitos creados, lejos del liberalismo y lo que desencadenó con la instauración de dinastías y dictadores. Todos plantean el tema de la Independencia, desde la otra orilla, desde la piel de jaguar desde los pies que se arrastran y se rehúsan no continuar las huellas el canto del cenzontle en contraste al que pregona libertad, pero nacida desde los curas criollos, no desde los indígenas o del mestizo que procura convivir.
100 arriba 100 abajo es pues un libro que, desde la historicidad y el debate, de años, desde la academia o las comunidades ancestrales, no puede ser más que una flecha en las botas, en la dermis de los que siguen ensayando la sumisión de los desposeídos, el entierro total de la memoria de nuestros ancestros lejanos al clero y al poder. La poesía propiamente es un grito, un grito de independencia como podemos adjudicar lejano a un 5 de noviembre, más bien al Tayte Aquino libertador.
100 arriba 100 abajo es el grito nacido desde lo más profundo del pueblo, aquella primera guerrilla en1833 que nos heredó esa consigna que perdura hasta estos días, de una nueva oscuridad acechante, desde otros espejitos cambiados por cualquier cosa menos que el oro.
En fin, creo como muchos desde hace tiempo que lo cultural será el empuje y motor para la independencia y libertad buscada, este libro bien puede enfilar lo ideológico que tanto nos hace falta. Recibo con alegría todas las voces reunidas por lo espiritual, por el tajo enorme de resistencia que profesan y nos entregan.
