Ausencias libros y destinos…

La Dictadura cívico-militar-eclesiástica que asoló Argentina desde 1976 a 1983 produjo 30.000 desaparecidos, millares de exiliados, contrajo una deuda externa ilegitima que aún seguimos pagado y descalabró el aparato productivo del país, entre tantas otros desquicios.

Por: Marcelo Valko*

Entre esos miles de desaparecidos se encuentra la pareja de Nora Larrubia y Carlos Karis que vemos en la imagen que acompaña la nota.

Al cumplirse la fatídica fecha del secuestro y desaparición de Nora y Carlos a mediados de septiembre, una pariente que los tiene muy presente dona cada año un libro a la Biblioteca Osvaldo Bayer de la Comisión de DDHH de la ciudad de Trenque Lauquen “un libro con historias significativas”. En esta oportunidad, eligió mi investigación “Cazadores de Poder. Apropiadores de indios y de tierras” que, por esas paradojas de la vida cuenta con prólogo del mismo Bayer que fuera un incansable luchador por los derechos del pueblos y soñador de una Patria Grande.

Cuando mencionan que un libro es una botella al mar que se aleja de la costa y toma su propio rumbo es una gran verdad. Algunos sin duda se pierden, terminan en estantes donde jamás serán abiertos. Otros tienen mejor suerte y terminan en manos de ojos ávidos que devoran las páginas con pasión una tras otra, como esa gente que vemos salir del subte con el libro abierto, caminando en automático, no pudiendo evadir la lectura.

Este ejemplar donado en memoria de dos ciudadanos que fueron secuestrados y desaparecidos en la flor de la edad y de los sueños, de alguna manera representa a Nora y Carlos a quienes observo en esa foto con toda la vida por delante. De alguna manera el libro los presentifica, los regresa de esa ausencia impuesta por la brutalidad de las bestias de la dictadura cívico-militar-eclesiástica. Saber que a partir de ahora, ese libro que escribí denunciando tantos abusos y crueldades estará allí, en representación de ellos me emociona e incluso me perturba ya que cada ejemplar tiene un destino diferente y los lectores le dan un uso que el autor como en este caso, no imaginó.

El diarionep.com.ar levanta el comunicado enviado por la Comisión de DDHH de Trenque Lauquen finaliza con una cita de Cazadores de poder que me resulta pertinente reproducir: “Dicen que dicen. Ellos dicen que nosotros estamos muertos. Ellos dicen que nos mataron y que ya no estamos […] Dicen que somos polvo, gusanos, lágrimas secas, que estamos enterrados, languideciendo en los rincones donde fuimos sepultados. Dicen que somos ausencias, que somos invisibles, que somos espectros. Dicen que dicen. […] Ellos dicen que estamos muertos. Nos explican las mil maneras de no ser. […] Creen que nos mataron porque nos exiliaron de lo cotidiano, que somos niebla, ausencia, silencio, nada. Para matarnos bien muertos nos desmembraron y rompieron nuestras carnes y perforaron nuestros ojos y violaron nuestras pieles. Sin embargo, nuestras muertes no están muertas.

Sus sangres no descansan aunque están secas, los ojos miran aun rotos, los cuerpos se levantan aun desarticulados y las pieles tumefactas se aterciopelan y nos convidan a la vida y al erotismo. Aquí estamos mirando desde las miradas de los que son ausencias. Son tantos los que no están y están presentes, son caminos, faros, mojones”. Es lento, pero viene…

* Autor de numerosos textos como Desmonumentar a Roca, Descubri-MIENTO, Cazadores de Poder, Pedestales y Prontuarios, El Malón que no fue y Pedagogía de la Desmemoria

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada.

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.

A %d blogueros les gusta esto: