Gay reclama a cura por impedirle ser padrino de bautizo

Sacerdote afirma que joven no vive la fe católica y ha manifestado abiertamente su oposición a la Iglesia.

El publicista Jefrey Ulate le reclama al cura párroco de San Joaquín de Flores, en Heredia, haberle impedido convertirse en padrino de bautizo por ser homosexual.

El sacerdote en cuestión es Sixto Varela Santamaría quien, ante consulta de este diario, explicó que el impedimento se dio, no por la homosexualidad de Ulate, si no porque el joven «abiertamente ha dicho que no cree ni en Dios ni en la Iglesia».

«Aquí no es porque sea gay o no; es porque no vive la fe», dijo Varela.

Cuando este diario le preguntó si ser homosexual es impedimento para ser padrino o madrina, Varela contestó: «No es impedimiento en el tanto y en el cuanto se viva una sexualidad pasiva, una sexualidad no escandalosa, que no viva una homosexualidad abierta, manifestada, congregándose en marchas».

El altercado entre Ulate y Varela sucedió el fin de semana anterior, cuando estaba planeado que Ulate participara en el bautizo de quien sería su primera ahijada, Valentina.

La pequeña, de 11 meses de edad, es hija de su prima Estafanía Cordero Hidalgo. La ceremonia estaba programada para el sábado 6 de febrero, a las 8 a. m. en el templo parroquial.

Según contó el joven a La Nación, él cumplió todos los requisitos solicitados por la parroquia para ser padrino de la menor; incluido un curso rápido de catequesis.

Sin embargo, según Ulate, el viernes 5 de febrero la mamá de la niña fue citada por Varela a las oficinas parroquiales, porque «había un problema con el padrino».

Ulate acompañó a su prima al encuentro, pero solo ella ingresó a conversar con el sacerdote, contó.

«Cuando mi prima salió, venía con otro semblante. Yo le pregunté qué había pasado. ‘Es que el padre no lo deja ser padrino porque usted es homosexual’, me contestó. Ella me contó que le reclamó al padre, quien le dijo que a mí se me notaba (que era homosexual). Yo me molesté. Me devolví a la oficina parroquial y pedí hablar con el padre, pero ni siquiera me vio a la cara, y me dijo que no tenía nada que hablar conmigo», relató Ulate.

Según el joven, quien es vecino de San Juan de Santa Bárbara, en Heredia, Varela le dijo que él no tenía fe y que vivía una «homosexualidad abierta». «Yo le dije: ‘usted no puede negar mi fe ni ponerla en duda. Me está juzgando y el único que me puede juzgar es Dios. Le dije que me estaba despreciando y denigrando. La mirada que tenía cuando alegaba conmigo era discriminatoria. Era fea. Me hizo sentir muy mal», aseguró Ulate.

«La primera premisa falsa es que se le negara porque es gay», dijo Varela, quien aseguró que, ante este caso, «le doy la cara a todos porque no tengo nada que esconder».

Jefrey Ulate aseguró sentirse humillado y denigrado ante la negativa del cura de bautizar a Valentina (en la foto). (Foto: Adrián Soto)

De acuerdo con el cura, la información sobre Jefrey la recibió de los mismos familiares del joven.

«El argumento es que él abiertamente le ha dicho a su propia familia que no cree ni en Dios ni en la Iglesia, pero sí quiere ser padrino de la chiquita. La mamá (de la menor) lo pide como padrino pero esto no es un asunto decorativo», sostiene el sacerdote.

Esta disputa trascendió ayer luego de que el representante del Movimiento Diversidad, Marco Castillo, la hiciera pública.

Castillo envió una carta al papa Francisco denunciando la discriminación por motivos de orientación sexual.

«Lo más ignominioso es que no es un hecho aislado, es la política de exclusión que la iglesia bajo su dirección ha venido haciendo siempre. A la población sexualmente diversa se nos ha vilipendiado desde los púlpitos, se nos trata como escoria, se nos exhibe como lacra, se nos dice no solo pecadores, sino pervertidos y se nos condena al infierno ya en vida», dice la misiva.

Sobre los resultados de esta gestión, el sacerdote Varela manifestó: «Si el Papa dice algo, obedeceremos lo que él pida. Pero puede ser que vayan por lana y salgan trasquilados».

Ulate, mientras tanto, asegura que se mantendrá firme en su propósito de convertirse en padrino de la pequeña Valentina.

Su queja la elevará también ante la diócesis de Alajuela, a la cual pertenece San Joaquín de Flores.

Fuente: La Nación.

 

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