Alcaldías aún sin recibir el FODES

El Fondo de Desarrollo Económico y Social, FODES, se creó en 1988 y entró en vigor en 1989, uno de sus objetivos era dar autonomía económica a los municipios.

Antes del FODES, los municipios dependían de las dádivas del Ejecutivo, sin embargo con este instrumento se quitaba la discrecionalidad de otorgar desde el Gobierno central los fondos para el desarrollo económico y social de los municipios.

El FODES lo distribuía el Ministerio de Hacienda siguiendo los criterios de Población (50 %), Equidad (25%), Pobreza (20 %), Extensión territorial (5%).

Desde el año 2020 estos fondos fueron retenidos por el Ejecutivo con la promesa que luego de las elecciones para alcaldes y diputados, en febrero pasado, sería entregado el dinero, algo que no fue así.

Para José Luis Magaña, consultor en políticas económicas y sociales de Panorama Económico, todas las alcaldías de una u otra forma han sufrido por falta de fondos, sin embargo las comunas son las que tienen que enfrentar grandes aprietos económicos.

El discurso desde el presidente de la República y los diputados de Nuevas Ideas y de la Gran Alianza por la Unidad Nacional, GANA, señala que hay corrupción y mal manejo de esos fondos.

Sin embargo, los Concejos Municipales Plurales y la exigencia de transparencia han hecho que los fondos sean utilizados con mayor eficiencia, dicen los alcaldes.

Otros plantean que se les debe asignar más responsabilidades y recursos a las municipalidades, en este sentido, la actual administración de gobierno dijo que iba a centralizar estos fondos, sin embargo Magaña de Panorama Económico señala que la dependencia de un gobierno dañaría seriamente a los municipios, ya que no tendrían autonomía financiera.

La consecuencia de estas acciones y el retroceso evidente en la descentralización es el retraso en proyectos que afectan a la población de cada municipalidad, el poco control de la ejecución y una clara amenaza a la transparencia, la información en las manos de unos pocos y de un solo bando dificulta la contraloría, concluye el economista José Luis Magaña.

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