La Oligarquía y la Plebe

Por: Francisco Parada Walsh*

“Entre 2015 y 2018, la alcaldía de Santo Tomás recibió $ 393,862 en concepto de permisos ambientales. De ese total, $ 242, 560 fueron pagos de Grupo Roble. Esta empresa demandó a Sonia Sánchez por defender  zonas de recarga hídrica”. El Salvador es un paciente grave, fue balaceado y macheteado en el nombre de la paz, de la guerra, del hambre, del todo y de la nada y de tantas mentiras; tiene tantas heridas que el médico no sabe cuál debe empezar a suturar y  el enfermo gravemente herido aun en tan deplorable estado, las pocas palabras que balbucea es ¡Debo odiar, quiero venganza! no le importa quién le causó tan severo daño sino que ese odio es ya el ADN del salvadoreño, todos contra todos, todos contra unos, unos contra todos, unos contra unos y  esa sed insaciable de venganza no la calma nada.

El Salvador parece un perro cansado que aun después de haber recorrido las avenidas Dolores y Pobreza busca a quién morder, a quién culpar, a quién tirar al circo romano para que lo devoren los leones, las hienas vacías y los tigres del norte; y será el sueño de la plebe ver en esa arena que sea la oligarquía la que es festinada, la muchedumbre grita ¡Muerte a La oligarquía! aplaude con un frenesí propio de un insano mental, ese pueblo herido de gravedad quiere ver antes de morir más sangre, más vísceras, más muerte.

Tristemente ese espectáculo jamás lo verán, no, la oligarquía no se toca, no se jode, no se le incomoda; tienen el sartén, el beicon, los huevos y el mango también y debemos saber que eso no es nuevo, desde que El Pinochini de América existe, hay una  oligarquía que hace que gobiernos vienen y gobiernos vayan pero nadie los toca, ese es lo que llamo el supra poder. Recientemente leía que Leo Messi tiene una fortuna que supera los mil millones de dólares, nada le ha sido regalado, pelotea desde que estaba en el útero materno, suda, entrena, se cuida, le aplauden, a veces lo putean y ese sudor solo demuestra como él se ha ganado el pan de cada día y el pan de decenas de sus generaciones pero ¿Quién no tiene mil millones de dólares en El Salvador?: Nuestra oligarquía aparece en la revista Forbes, se lucen, no lo esconden y en ese capeado de pasiones y bodas donde todo debe quedar entre los mismos el dinero crece como espuma a diferencia que el sudor de ellos es el sudor de un pueblo, es la sangre de tantos levantamientos que este país soñó hacer.

El Salvador de Qué apenas levantaba una pata y le arrancaban la otra, le amputaban una mano para vivir siempre pobre y le arrancaban la lengua para que no pudiera gritar el dolor del hambre, de la explotación, de la miseria. Nada ha cambiado, ¡Nada! Es un estamento tan poderoso que esa plebe que desea ver que alguien acorrala al gran capital nunca lo verá ¡Jamás! Prueba de ello es que mientras la pandemia nos encerraba a los pobres, a la oligarquía se le permitió hacerse más ricos, inmensamente ricos y  ese  pueblo perdido así quedará.

Será siempre el pobre al que se lo hartarán los leones, es a ese pobre, a ratos invisible, a ratos atarantado por el futbol, la cerveza y los víveres que sufrirá y pagará tan caro sus errores; no son ríos de leche y miel lo que nos espera a los pobres sino una cloaca apestosa donde cual almas en el purgatorio nos devanaremos por osar, tan solo osar querer ver a la oligarquía siendo devorada por la justicia divina que a ratos dudo de esa justicia tan rara, tan rogada para mí, siempre aceptando “que se haga tu voluntad” cuando por un momento quisiera que se hiciera mi voluntad, esa voluntad traducida en comida, en un sencillo ahorro, en ropa, en un futuro no tan incierto, no tan ciego. El herido se recupera de sus lesiones, se le da el alta a El Salvador, solo que hay una mala noticia ¡Perdió la vista! Y sale del hospital dando palos de ciego, golpeándose a sí mismo, dándole garrote al pobre, al hermano, al hambriento.

En un mismo país hay dos países, uno es El Salvador de los ricos y yo vivo en El Salvador de los pobres pero nadie me salva, a nadie le importo y el sueño de algunos de ver devorada a nuestra oligarquía nunca se verá. Particularmente no envidio nada de lo que tienen, en la repartición de la vida a cada uno le toca un pedazo grande de torta o las migajas, y hacer que esos corazones cambien no se logra ni con ablandador de carne, triste realidad, muy triste pues en esa potencia económica no hay cabida para la justicia y deben entender todos aquellos que dieran la vida por ver a un rico salvadoreño pasando un mal rato que los malos ratos son para nosotros; nadie puede amasar una fortuna en tres o cuatro décadas a puro trabajo, sino todos fuéramos millonarios pues en esa facilitación de las riquezas del estado es donde ellos son los leones de la arena que clavan colmillos y garras y el presidente de un país como el nuestro es solamente un empleado bien remunerado de ese supra poder.

Debe saber la plebe que nuestra oligarquía vive mejor que cualquier monarquía europea, y sin tantos miramientos. Pudiera contar historias cómo se maneja ese poder, pero no tengo ganas, tengo más hambre que ganas. “Organizaciones denuncian a familia Dueñas por destruir manto acuífero del Valle El Angel, el cual pretende construir cera de 8,000 viviendas en esta zona”. De pies a cabeza este chompipe llamado El Salvador de Qué le pertenece a una oligarquía voraz, la familia que encabeza este artículo no aparece en la élite económica del siglo pasado a diferencia de la familia Dueñas que ya desde hace más de un siglo forma parte de la oligarquía de este confundido país.

Para aquellos que creen que el gobierno en turno es un ejecutivo de corte izquierdista están perdidos, aquí poco importa la sed y el hambre que espera al pobre si mientras aire, agua y sueños se puedan vender poco importa la vida humana; los perdidos que creyeron en esa justicia social donde serían actores de un país un poco justo viven en las nubes, en otro mundo y deben saber que los asesores más determinantes del gobierno son venezolanos, enviados de Guaidó para solucionar la crisis del “agua chuca”, “la pandemia” y “las elecciones”. La extrema derecha de Venezuela, un país podrido en riquezas que asume servir a nuestro país en los temas más relevantes.

*Médico salvadoreño

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