ASSANGE: ¿Quién es Julián Assange?

Por: Luis Arnolodo Colato Hernández*

Es un personaje singular; australiano de nacimiento, paso su infancia y adolescencia aprendiendo un oficio que lo distinguiría de sus pares en las calles del viejo Townsville, donde aquel pasatiempo pronto se transformo en algo más importante que un entretenimiento: su vida.

El oficio, la informática.

Su infancia es común a la de muchos padeciendo dificultades familiares, que lo orillaron a refugiarse en aquel mundillo en el que era especial, por las habilidades que desarrollo y que le otorgaron destrezas derivadas de una distracción particular: el hackeo.

Entonces era “Entrar y mirar, sin tocar”, solo explorar. Apenas un juego sin consecuencias.

Sin embargo, ya en su temprana adolescencia ello lo coloco contra el sistema, teniendo más de una ocasión que dar cuentas de su diversión de fin de semana ante las autoridades.

Aprendió así que no toda la información que avistaba era inocente, por el contrario, sensible, y surgió en él algo más que mera curiosidad lúdica, apareció así el activismo que derivo al descubrir en sus incursiones que mucha de aquella información era además peligrosa, pues afectaba a las personas.

Fundo así WikiLeaks en 2006, y con ella, cuatro años más tarde, la memorable publicación, aun en curso, de miles de documentos que pusieron en evidencia a la administración Obama, con pruebas crudas de las torturas, asesinatos, desapariciones, que de civiles las tropas estadounidenses realizaban en Irak, donde el concepto “falso positivo” ostenta una verdadera interpretación paralela por lo tenebroso que resultan las implicaciones de tales documentos para los E.U.

Desde entonces a la fecha, la administración estadounidense ha hecho de la captura de Assange un punto de honor, para lo cual transcurridos los años su empeño en tal despropósito no ha reducido, sino en cambio se ha agravado.

Las imputaciones en contra de Assange van desde alta traición hasta espionaje, argumentando no solo el que la información hecha pública es de alta sensibilidad para los intereses estadounidenses, pero además “…para el mundo libre…”, procurando así aparecer la víctima de un ultraje consecuente con la sustracción ilegal de tal información.

Empero, en el mundo real la defensa de este individuo simplemente se reduciría a demostrar, primero que Assange no es ciudadano estadounidense, por lo que no esta obligado para con lo que la administración política de aquel país considere sensible; además y en su condición de informador detenta la obligación de difundir información de interés público, lo que claramente son la suma de los documentos difundidos por diferentes medios además de WikiLeaks.

En el universo paralelo dominado por los intereses corporativos y políticos occidentales, un personaje como éste, simplemente es indeseable, por la costumbre de evidenciar lo podrido del sistema, lo que explica como el proceso que se le lleva en el Old Bailey londinense, es todo menos justo, y nos permite calcular el desenlace.

Lo cierto es que cualquier vicio de éste ozzie se anula al considerar ese mal hábito: el de tener el valor de gritar la verdad, aunque el mundo se oponga.

*Educador.

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