Alto mando de la Fuerza Armada Salvadoreña ordenó asesinar jesuitas de la UCA

El teniente Yusshy René Mendoza, uno de los nueve militares que participaron de la masacre de los padres jesuitas ocurrida en noviembre de 1989, afirmó esta semana que la orden de cometer el crimen salió del Alto Mando del ejército salvadoreño.

Al retomar el juicio por el caso jesuitas en la Audiencia Nacional, en Madrid, España, donde se juzga al coronel Inocente Orlando Montano como uno de los jefes militares que tomaron la decisión de ejecutar a Ellacuría, así como a los otros cinco sacerdotes de la Compañía de Jesús que residían en la Universidad Centroamericana «José Simeón Cañas» (UCA): Ignacio Martín Baró, Segundo Montes, Joaquín López y López, y Amando López. El ejército también asesinó a Elba Ramos, colaboradora de los padres jesuitas, y a su hija Celina.

Mendoza amplió su declaración en contra de sus ex jefes castrenses a cambio de recibir un beneficio de testigo en el caso. Una de las revelaciones fue que la orden directa para él y otros miembros del Batallón de Reacción Inmediata “Atlacatl” vino del coronel Guillermo Benavides, director de la Escuela Militar, a quien el Alto Mando le asignó la misión porque la residencia de los jesuitas estaba en su sector.

En su comparecencia dijo que la orden fue asesinar a Ignacio Ellacuría y que no quedaran testigos. “Cuando el coronel (Guillermo) Benavides le da la orden al teniente (José Ricardo) Espinoza de ir a la UCA y eliminar a Ellacuría. Le dice que no quiere testigos. No menciona a ningún otro jesuita u otro nombre, simplemente le dice que no deje testigos”, indicó.

«Dijeron que habían decidido eliminar a todos los cabecillas guerrilleros y sindicalistas que estaban en la zona de responsabilidad de los comandantes, que están presentes en esa reunión (en el Estado Mayor)», añadió.

También aseguró que las ordenes incluían no usar armamento de la Batallón Atlacatl. «Benavides encarga al coronel (Carlos) Hernández Barahona y le dice que no utilicen armas del Batallón Atlacatl. Entonces Barahona proporcionó un fusil AK-47 a cada uno. Le proporcionó al teniente Espinoza para utilizarlo en la misión», dijo.

La masacre de los jesuitas ocurrió hace 31 años, la noche del 16 de noviembre de 1989, en el contexto de la principal ofensiva militar de la guerrilla en casi 10 años de guerra. Por el hecho fueron enjuiciados los autores materiales – uno de ellos el teniente Yusshy Mendoza -, pero nunca se dedujeron responsabilidades para los autores intelectuales. Este nuevo juicio en España intenta llegar a estos últimos.

En la audiencia de este miércoles también dieron su testimonio como testigos los exfiscales, y posteriormente acusadores particulares en el juicio realizado en el país, Henry Campos y Sidney Blanco. También

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