Detrás de cada cifra hay personas, ciudadanos con realidad y espíritu, que sufren y viven el día a día. Por eso las estadísticas hablan. Muchas veces los números se muestran tan impersonales y distantes, pero en su profundidad tienen esa verdad: la realidad de las cosas en toda su amplitud. Pero claro, los números tienen que ser serios, al menos ciertos y creíbles.
En los últimos días he estado leyendo y revisando cifras sobre El Salvador que son de verdadero escándalo, para el presente y para el mañana. Números que deberían ponernos a pensar (en especial al grupo gobernante) y a preguntarnos ¿qué estamos haciendo mal? Y ¿cómo lo podemos hacer mejor para disminuir el colapso que se avecina?
Esta vez hablo de cifras sobre nuestra realidad económica. No hablo de cifras sobre la crisis sanitaria porque no son creíbles, pueden ser más o pueden ser menos, desde el principio se supo que el gobierno manipula las cifras y que son las mesas de publicidad, con asesores extranjeros, quienes deciden qué informar y qué no dar a partir del interés de imagen y electoral; en tal sentido los números oficiales sobre la situación de la salud no resiste el más mínimo análisis serio. Algún día se sabrá la verdad de cómo manosearon algo tan delicado y también serán de escándalo.
Pero sobre la economía de El Salvador sí hay datos reales y creíbles y son de escándalo veamos: 65,731 empleos perdidos de marzo a mayo, esto es oficial pues es el reporte en la base de datos del Sistema de Ahorro para Pensiones (SAP). Una cantidad similar reporto el Instituto Salvadoreño del Seguro Social (ISSS) 61,486 de cotizantes perdidos que son personas que quedaron sin empleos. Son personas de carne y hueso sin ingreso a partir de marzo, fecha en que entró la cuarentena y quedaron sin trabajo formal. El Ministerio de trabajo informó que ha recibido 44,000 denuncias relacionadas a despidos laborales.
La organización del trabajo (OIT) proyecta para El Salvador la pérdida de empleos formales e informales con la alarmante cifra de 644,000. Por su parte la Universidad Francisco Gavidia (UFG) informó que “la baja en empleos en El Salvador en los últimos meses incrementará el número de personas viviendo en situación de pobreza”. El informe de la UFG estima que cerca de 550,000 personas caerán en situación de pobreza y una cuarta de ellas en “pobreza extrema”.
Otra cifra que preocupa es la que reporta el Banco Central de Reserva (BCR) que en sus proyecciones sostiene que la economía caerá un 8.5%. Esto traducido a número reales es prácticamente un colapso de la economía. Las remesas se han derrumbado más de un 11 por ciento. Las exportaciones siguen en picada. El costo de los alimentos y bebidas han subido un 2.3%. El Instituto Centroamericano de Estudios Fiscales (ICEFI) aseguró que El Salvador tendrá un faltante en la recaudación de más de 900 millones de dólares.
El Programa Mundial de Alimentos de las Naciones Unidas (PMA) estima que la pandemia dejará 270 millones de hambrientos en el mundo. En El Salvador las banderas blancas de familias enteras esperando un pedazo de pan o un poco de comida da la alerta que la pobreza se está duplicando. La creciente ola de hambre de la que habla el PMA ya está tocando a nuestras puertas.
En palabras sencillas lo que viene pondrá a todos los salvadoreños de rodillas.
Por: Walter Raudales
