Dinero, envidia y división. Las plagas de la iglesia cristiana evangélica

Angélica Eliú Patiño Reséndiz / (Universidad Autónoma Metropolitana unidad Iztapalapa – México)

La comunidad evangélica, grupo que se compone de diversas congregaciones y que en México asciende según el Dr. Elio Masferrer a 23 millones en total, representa una comunidad en crecimiento e influencia en el país. Sin embargo, hay algunas plagas que afectan notablemente el crecimiento saludable de la iglesia. En México y Latinoamérica, la forma de liderazgo y gobierno se ha diferenciado de las iglesias europeas por su raíz histórica, su énfasis en la territorialidad y en el celo en las actividades de sus congregantes, y tristemente se ha distinguido por sus casos de división. Uno de los casos representativos de esto es Zongozotla, en la Sierra Norte de Puebla, uno de los municipios en el país con mayor índice de creyentes evangélicos, en la realización de un catálogo de la diversidad religiosa en ese lugar la pregunta era: “¿Porqué hay tantas iglesias evangélicas en un territorio de 19 km²?” La respuesta la descubrí al asistir a la misa en la iglesia católica, la gente no cabía en la catedral y ocupaba la mitad del patio, les pregunté: “¿Por qué no construyen otra catedral?, así aquí no estaría tan lleno”, ellos de inmediato me respondieron: “¡Jamás! Nosotros no somos como los evangélicos, ellos se pelean, se dividen y abren otra iglesia. Nosotros permanecemos juntos”. La razón por la que en ese municipio tan pequeño existen 9 iglesias evangélicas, algunas, con dos calles de diferencia, es por causa de la división. 

En esta temporada de contingencia donde es el tiempo de la iglesia de sostener a la población en: amor, fe, paz y fortaleza, se pueden observar los mismos problemas de raíz: la envidia, el dinero, los celos y la división.

El caso del llamado Apóstol Alex González, de Guatemala quien fue víctima de una nota falsa, donde aparecía él junto uno de sus amigos con el siguiente mensaje: “Hermano si deseas que oremos por ti para que no te dé el virus mándanos el comprobante de tu ofrenda (…) y con gusto lo haremos”, si bien existen grupos de personas no creyentes que se encargan de publicar cosas en contra de los sistemas religiosos en general, lo más probable es que haya venido de aquellos cristianos que lo descalifican ya sea por autodenominarse “apóstol” o por otras razones, y es que la Teología de la Prosperidad siempre generará sospecha, por todos los casos que sí son reales, como el caso del pastor argentino Héctor Gímenez, que vendió gel antibacterial ungido con nardo puro por $1000 pesos, utilizando la técnica de marketing de las pocas unidades, durante el servicio de culto dijo: “Solo tengo 12, tu puedes pensar en tu familia y si venís acá vas a dar 1000 pesos”, https://www.facebook.com/watch/?v=570829150186297 el caso terminó cuando una pastora lo denunció ante las autoridades y la Dra. Verónica Rodríguez también lo denunció por venta ilegal de alcohol en gel.

Otra de las plagas notables en esta temporada, es que las iglesias se han esforzado en llevar el culto a las redes sociales, la iglesia digital hoy en día en México y Latinoamérica es la manera en la que millones de congregantes se reúnen, sin embargo, sigue habiendo un desequilibrio entre las actividades al interior y al exterior, esto no cambió con la contingencia. Antes del coronavirus en un panorama general y mayoritario, las iglesias se enfocaban en sus propias necesidades: sus templos, instalaciones, campus o eventos; con la contingencia, se pensaría que esto podría cambiar enfocando la energía en los necesitados. Aunque hay iglesias que están haciendo grandes esfuerzos por ayudar a la gente en estado de vulnerabilidad en esta temporada, la mayoría sigue ensimismada en sus propias necesidades internas. Y es que Jesucristo llamó a alimentar al hambriento, vestir al desnudo y más, pero lo más relevante en esta temporada es conectarse a la reunión del servicio de culto y recibir para uno y sus seres queridos un mensaje que traiga paz. Lo más triste de todo no es eso, sino que un gran porcentaje de creyentes escuchan las transmisiones de otra iglesia como una práctica común, pero jamás lo comparten públicamente ni en sus redes sociales ¿Por qué? Por el liderazgo territorial, la idea de identidad y celo que reciben en sus iglesias. Recibí este comentario de una joven: “¿Cómo podría compartir eso si es de otra iglesia?, mis pastores se pondrían tristes o enojarían conmigo, le puedo poner me encanta a esa publicación, pero solo debo de compartir lo de mi iglesia”.

El dinero, los celos y la envidia son algunas de las plagas que afectan radicalmente el crecimiento saludable de la iglesia evangélica en México y Latinoamérica, aunque hoy en día existen numerosas iglesias que transforman a comunidades con cambios positivos. Las iglesias deben ser jardines que brindan oxígeno a su alrededor, belleza y frutos; se debe luchar por la integridad y transparencia. Esas excepciones de iglesias que aún mantienen su integridad y buena semilla deben exigirse más para seguir avanzando en este mundo fragmentado.

 

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