El mandatario envió a analizar muestras de una cabra, una papaya y una codorniz, además de otras cosas y la mayoría dieron positivo en COVID-19.
Un escándalo se ha hecho público en redes sociales y en medios internacionales, y el protagonista del mismo es el presidente Tanzania, John Magufuli, quien ha puesto en duda le eficacia de la Organización Mundial de la Salud (OMS). El mandatario se ha mostrado desconfiado sobre el papel de la OMS, y decidió tenderles una presunta trampa. John Magufuli, envió muestras de una papaya, una cabra y una codorniz para pruebas de C OV I D 1 9 . Al recibir los resultados todas dieron positivo en coronavirus, ante esta situación; el mandatario echó al representante de la OMS en el país y denunció el hecho.
Magufuli, aseveró que “tanto el equipamiento, como personas podrían estar involucrados, también es probable que se hubiera generado un sabotaje”. Dijo además que ante esta situación tan compleja se conformó un comité de 10 personas que investigarán el trabajo realizado en el laboratorio.
Según el medio Punto de Corte, la Organización Mundial de la Salud, ripostó ante las acusaciones del jefe de gobierno de Tanzania. La OMS negó las quejas planteadas por Magufuli, sobre un supuesto fallo en las pruebas que habría dado como casos positivos de coronavirus muestras recogidas de una cabra y de una papaya. “Estamos convencidos de que las pruebas no están contaminadas por el virus”, así lo dejó claro el director del organismo internacional para África, Matshidiso Moeti, en una declaración ante los medios. “No estamos de acuerdo con la opinión”sentenció.
Los datos registrados por las autoridades de salud de Tanzania, hasta el momento, registra 480 casos de coronavirus y 16 muertes, según la Universidad de Johns Hopkins. En tanto, el gobierno tomó la determinación de cerrar los colegios y universidades, mientras que las tiendas, iglesias y el transporte público siguen funcionando de manera habitual. Además con anticipación el presidente, John Magufuli rechazó introducir más restricciones, como lo hicieron otros países africanos, para enfrentar la propagación del COVID-19.
