El boom de las motos eléctricas en Cuba

En los últimos años, los cubanos han empezado a desplazarse con motocicletas eléctricas. Una tendencia que está cambiando el panorama automovilístico en la isla, donde los viejos coches estadounidenses ahora circulan junto con estos modernos vehículos.

En los últimos meses, debido a la escasez de combustible causada por las sanciones estadounidenses contra los barcos que transportan petróleo venezolano a Cuba, largas colas se formaron en las gasolineras.

Pero en las calles de La Habana, el ruido característico de los motores de las viejas motos es sustituido por otro más discreto, el de los motores eléctricos. Las motocicletas eléctricas aparecieron en la isla en 2013 y fueron adoptadas rápidamente por los cubanos.

“La moto realmente me facilita la vida en lo que respecta al transporte. No somos responsables de esta situación pero es cierto que es muy difícil moverse por aquí, así que esta moto realmente ayuda, ¡saber que puedes ir a donde quieras! El precio, comparado con una moto de gasolina, es mucho más bajo. ¡Y es un alivio saber que no tengo que tomar el autobús!”, cuenta el joven Ricardo Rodríguez, subiéndose a una flamante motocicleta negra que tiene toda la apariencia de una tradicional, hasta una falsa tapa de gasolina.

Dos motocicletas exportadas por año

Desde la revolución de 1959, las motocicletas y los escúteres eléctricos son los primeros vehículos en poder ser importados a Cuba. Muchos cubanos, conocidos como “las mulas”, van de compras a Panamá, México o Miami, desde donde envían dos escúteres al año libres de impuestos.

Luis Ángel, en su escúter que no supera los 50 km/h, se detiene unos minutos para charlar: “Mi madre me envió esta moto como un regalo del extranjero. Comprar una moto eléctrica aquí cuesta entre 1.800 y 2.000 dólares”, dice.

Desde hace un tiempo, el Estado también comercializa estos vehículos eléctricos de dos ruedas, sólo en moneda extranjera. Una estrategia económica por parte del gobierno para absorber las divisas que salían de la isla y reponer sus arcas.

Para las jóvenes cubanas, este nuevo medio de transporte les permite ser más independientes: “Para una mujer no es fácil llevar peso, pero puedo cargar cosas en la moto cuando necesito ir de compras o lo que sea”, explica Yusleidys Cardoso, con su hija de seis años en la parte trasera. “Ya no dependo de un hombre con un coche. Dependo de mí misma, y como madre soltera, voy a donde quiera con mi hija, la llevo a sus clases de inglés, voy de compras, ¡llego tan lejos como la batería puede llevarme!”, añade. Las baterías se recargan gracias a una electricidad de bajo costo, 100% producida en Cuba por las plantas de energía.

Clubes de motos eléctricas

Se estima que actualmente hay más de 200.000 motos eléctricas en Cuba. Con esta llegada masiva a las carreteras cubanas, la policía exige ahora el uso de cascos, una licencia de conducir y pronto que se registre el vehículo.

Aunque las motocicletas y los escúteres eléctricos resuelven principalmente un problema de transporte, también prevalece el argumento ecológico. El taxista Osdanys Fleites creó el club Moto Eléctrica Cuba, que ya cuenta con más de 80 miembros: “Antes, la mayoría de nosotros tenía motos de gasolina, motos rusas, estadounidenses, checas, pero con el cambio de generación, las energías renovables, las nuevas motos y las nuevas tecnologías, quisimos cambiar nuestras motos. Es bueno para la capa de ozono y el medio ambiente”, comenta.

Los fines de semana, los miembros de los clubes de motos eléctricas de La Habana se reúnen para desfilar y organizar acciones ciudadanas a favor del medio ambiente.

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