Anti filosofía de puertas abiertas en el Ministerio de Trabajo

(Por: Róger Hernán Gutiérrez*)

Nuestro Ministro de Trabajo y Previsión Social, nos sigue dando “sorpresas” hace unas semanas expresaba que la Ministra anterior había vaciado las arcas y que el Sindicato con su contrato colectivo había desfinanciado las actividades ministeriales en el actual gobierno (junio-dic2019), lo que hacía difícil proyectar obras de provecho del mundo del trabajo en el país. No nos queda claro aún el tipo de infraestructura, obras y proyectos que el actual Ministro de Trabajo impulsaría a través de su ego. El caso es que ya había gastado más de un millón en un mes, lo que es cabal si el presupuesto es de 16.4 millones anuales. Y no tenemos idea si va igual o menos para el 2020.

No obstante en una clara anti filosofía de puertas abiertas—el actual Ministro de Trabajo, parece vivir un episodio de agorafobia—miedo a los espacios abiertos—y en menos que canta un gallo se ha encerrado con un portón que uno piensa ¿era necesario ese tipo de gastos en tanto hay prioridades de mucho más valor en el trabajo de dicha cartera, que esa infraestructura? ¿qué mensaje nos envía el Sr. Ministro—protección ante grupos de vándalos laborales o dentro del riesgo institucional requiere prevenirse de grupos terroristas que reclamarán defensa de sus derechos laborales?

“Vaya usted a saber”, recogiendo la frase del locutor deportivo, el caso es que encerrarse en el buen sentido de la palabra significa protegerse, la pregunta es de qué necesita nuestro Ministro de Trabajo defenderse, y modificar el clásico portón, mandándolo a tapizar de metal con torres de vigías y super vigilancia privada en extremo.

Bueno son cosas que uno no entiende, un Ministro de Trabajo del área social que necesita esconderse para hacer su trabajo, y no hacerlo con todas las puertas abiertas evidencia un problema de competencias personales para desarrollar la función del diálogo social la que no puede evadir, por más que asegure que hay 90% de la población que lo respalda.

Eso también está denotando una política laboral a lo interno del Ministerio, no de puertas abiertas y transparencia, que en definitiva va repercutir en negativo en los servicios que brinda esa cartera relacionada con el mundo del trabajo y sus elementos relacionados.

Es acá donde entran las maniobras del atraso en la entrega de credenciales de aquellos organizaciones sindicales que no se ubican en la esfera del actual gobierno; de aquellas conciliaciones amañadas y de poco respeto al marco efectivo de la legislación laboral; o de esas inspecciones dolosas y superficiales que no logran reivindicar los derechos laborales de las personas trabajadoras que no tienen el tráfico de influencias para poder acceder a justicia laboral.

El trabajo del Ministerio de Trabajo y Previsión Social, está trasgrediendo el estatus quo histórico de años, el sometimiento de la fuerza sindical, haciéndolo de manera más descarnada es ahora su efecto hacia las masas explotadas por el sistema de producción vigente.

Aduciendo que es la “medicina amarga” necesaria para corregir las relaciones laborales entre el capital y el trabajo. El Ministro ya platica de violentar la jornada laboral, lo que está íntimamente amarrado con la supuesta mejora de la productividad del modo de producción vigente.

El abordaje aberrante de la técnica jurídica en sede administrativa, aplicada en la desestabilización del Sindicato mayoritario en el ISSS, da visos claros que la legislación laboral no le interesa cumplirla en aras de lo que este país necesita para salir adelante (medicina amarga); lo triste es que muchos de los cuadros “técnicos” del anterior ejercicio gubernamental, lo hacen ahora con el nuevo patrón, sin mayores elementos de ética y de compromiso sobre lo que significa la legislación laboral y las libertades sindicales plenas. La jugada ahora va con la instalación del Consejo Superior del Trabajo, que se ha hecho en esta semana, y que claramente pretende dar un mensaje a la población y, continuar alimentando la expectativa en el imaginario de las personas trabajadoras que se están dando pasos positivos a rescatar las relaciones laborales y la despolarización política y económica del país, deterioradas según el Ministro por el anterior gobierno; que no supo instalar y reconstruir una relación laboral que lleve al país a nuevos derroteros de productividad y bienestar de la población. Esa premisa es la consigna del nuevo CST, ahora si se va poder, en tanto ya no están los sindicatos que no son auténticos, que se ligan al capital y a los partidos políticos.

La instalación de esa instancia es bastante ilegítima, en tanto deja afuera una parte del movimiento sindical, a la que el Sr. Ministro no quiere oir, en tanto le distorsionan el espacio, y de lo que se trata es de que quienes no quieran aceptar la medicina amarga, se aparten voluntaria o impositivamente y, dejen libre el camino para llegar a un estadio diferente de supuesto desarrollo socio-laboral para el país.

*Sindicalista salvadoreño

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