La cuarta revolución industrial o un renacimiento en beta

Una Cuarta Revolución Industrial, descrita por el Foro Económico Mundial como una «fusión de tecnologías que está borrando las líneas entre lo físico, digital, y lo biológico», alterará el mercado laboral mundial en los próximos años.

Según el Departamento de Trabajo estadounidense, el 65% de los niños de ese país tendrá trabajos que aún están por crear.

Diseñador de avatares, asesor genético, minero de asteroides o controlador de drones civiles son algunas de las propuestas que la Universidad británica de Kent les hace de aquí a los próximos 50 años en sectores como la salud, la robótica, el cuidado de los mayores o el espacio.

«Aproximadamente, un 75% de los oficios y las profesiones futuras aún no existen y estarán relacionadas con los sistemas informáticos, la gestión de datos y la seguridad informática, además de los sistemas robóticos, entre otros», afirma Comisiones Obreras (CC.OO).

Para que todo esto funcione, para que la Industria 4.0 sea viable, hemos de conseguir también que las organizaciones, las empresas industriales, evolucionen y se transformen.

Y eso implica que son las personas que forman parte de la industria las que deben modificar su visión tradicional del negocio e iniciar la transformación digital.

La Industria 4.0 no es sólo un tema de automatización de procesos, de robotización de la producción, de herramientas de análisis de datos masivos, de interacción entre máquinas; es un cambio de paradigma industrial que afecta sobre todo a las personas, y donde las herramientas tecnológicas y la innovación en los procesos son un medio y no un fin.

Cuando hablamos de Industria 4.0 o digitalización del mundo industrial nos referimos a una visión de la fabricación con todos sus procesos interconectados mediante Internet de las Cosas (IoT), con una interfaz de usuario simplificada (UX) y orientada al trabajo de campo (Mobile).

Con información en real-time que agilice la toma de decisiones a cualquier nivel (Analytics) y algoritmos de complejidad neuronal que monitoricen, analicen, asimilen y aprendan de forma automática todo el proceso productivo (AI – machine learning).

En esta digitalización del mundo industrial es imprescindible la presencia del talento digital que permita la hibridación entre el mundo físico y el digital, de tal forma que esta conectividad facilite la colaboración entre dispositivos y sistemas creando una industria inteligente.

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