JURAMENTADO. Inician los juegos del poder

Nayib Bukele, de 37 años, inició este sábado un nuevo ciclo político para El Salvador como Presidente de la República, con enormes retos y desafíos. El primero y fundamental será el juego del poder que tendrá que librar con una Asamblea Legislativa, Fiscalía General de la República, Corte Suprema de Justicia, Corte de Cuentas y un movimiento sindical y social adverso.

Para librar esos juegos del poder que se avecinan, sin diputados en la Asamblea, tendrá que dar muestras de ser un verdadero estadista.

Así como sorprendió al ganar las elecciones en primera vuelta con el 53% de los votos, está obligado a cumplir buena parte de sus promesas electorales. El panorama no parece ser tan sencillo dado el ambiente de inseguridad y desempleo enunciado por los salvadoreños en las encuestas como lo más apremiante.

Con su llegada al poder bajo el partido de derecha Gran Alianza por la Unidad Nacional (GANA), y sus señales de “buen amigo” con el gobierno de los Estados Unidos de Norte América, se prevén cambios en la política exterior y en la forma de conducir el Ejecutivo de la mano de las nuevas tecnologías.

En los juegos del poder que se avecinan privarán sin duda las formas de comunicación que el nuevo Presidente utilizó para diferenciarse del resto. Ahora con toda la estructura y logística gubernamental y de las instituciones del Estado se espera que ésta sea su mejor arma, si tomamos en cuenta que en la campaña electoral priorizó sus intervenciones en Facebook a sus actos públicos y utilizó sus cuentas de redes sociales y demás plataformas para contactarse con la ciudadanía.

Nayib que inició su carrera política en el partido de izquierda FMLN, deberá responder al problema más grave que preocupa a todos los salvadoreños: La inseguridad.

La realidad de inseguridad es grave sumado a la presencia y control de las pandillas del territorio. Las estadísticas de homicidios siguen situando a El Salvador como uno de los países más violentos del mundo a pesar de haber disminuido un poco desde 2015. La realidad económica coloca al país en América Latina como de los que menos crece, existe un 37,8% de la población en situación de pobreza, según las últimas estadísticas. Esta es la realidad de los más de seis millones de habitantes y quienes esperarán respuestas concretas.

En su discurso de toma de posesión el nuevo Presidente dijo: «Juramos trabajar todos para sacar a nuestro país adelante. Juramos defender lo conquistado el 3 de febrero. Juramos que cambiaremos nuestro país contra todo obstáculo, contra todo enemigo, contra toda barrera, contra todo muro. Nadie se interpondrá entre Dios y su pueblo para poder cambiar a El Salvador. Que Dios bendiga a El Salvador».

Está claro, ya comenzaron los juegos del poder.

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