René Mauricio Mejía
Nuestra Constitución en su Art. 53 nos dice: “El derecho a la educación y a la cultura es inherente a la persona humana; en consecuencia, es obligación y finalidad primordial del Estado su conservación, fomento y difusión”.
Los gobiernos del FMLN están llevando a la práctica esa obligación con diversos programas entre los que están los paquetes escolares, la dotación de uniformes y zapatos en las escuela públicas; el vaso de leche; un niño una niña una computadora; la suspensión de cuotas extraordinarias; la reparación, reconstrucción y construcción de centros escolares; el traslado a plazas de ley salario de cientos de profesores contratados de forma inestable en los gobiernos de ARENA por el programa EDUCO y la puesta en marcha de un amplio programa de formación docente que constantemente eleva la calidad académica del sistema educativo público.
Ahora, el gobierno del Presidente Sánchez Cerén durante la semana del 4 al 9 de diciembre dio a conocer dos importantes acciones que se orientan al cumplimiento de la obligación del Estado de garantizar el derecho a la educación superior de la juventud salvadoreña proveniente de instituciones públicas que aspira a una carrera universitaria.
El 5 de diciembre en el auditorio Herbert Anaya Sanabria de la facultad de Jurisprudencia y Ciencias Sociales de la Universidad de El Salvador, UES, hizo entrega de 1,000 becas universitarias, a través del INJUVE, a igual número de jóvenes que podrán continuar con sus estudios de educación superior en la UES, la inversión anual es de más de un millón de dólares que se suman al programa de becas que tiene en marcha la UES.
Mientras que el jueves 7 de diciembre, el gobierno anunció en un evento realizado en San Miguel, un refuerzo por 6 millones de dólares para la Universidad de El Salvador, destinados a financiar la gratuidad del estudio de los bachilleres provenientes de instituciones públicas que ingresen a dicho centro de estudios, lo cual se espera beneficie a miles de jóvenes cuyas demandas más sentidas son educación y trabajo.
De esta forma el segundo gobierno de izquierda contribuye a la democratización de nuestro sistema educativo, facilitando que la educación superior universitaria pública sea más accesible para la juventud salvadoreña, esforzándose porque la formación académica universitaria deje de ser un privilegio de minorías.
