Categoría: Sindicalismo

  • Empleados de Google forman sindicato para exigir que la empresa fomente la justicia social y económica

    Empleados de Google forman sindicato para exigir que la empresa fomente la justicia social y económica

    En materia laboral, más de 200 empleados de Google anunciaron esta semana que están formando un sindicato, ya que acusan al gigante tecnológico de hacer caso omiso a sus exigencias de que la empresa promueva la solidaridad, la democracia y la justicia social y económica. (más…)

  • Cerrando un año por demás desesperanzador, lleno de incertidumbres y mucha desprotección social para la clase trabajadora

    Cerrando un año por demás desesperanzador, lleno de incertidumbres y mucha desprotección social para la clase trabajadora

    Por: Róger Hernán Gutiérrez*

    La esperanza de un gobierno de la pequeña burguesía, se suponía afianzaba su calidad para gobernar, desde la consigna de ser diferente “a los mismos de siempre, y de un voto de castigo a las empresas electorales de arena y del FMLN”. Para el 2020, ya con un presupuesto propio y con funcionarios supuestamente “competentes y probos” en el gabinete, la suerte estaba echada y, no era más que mover las piezas del ajedrez con la suficiente inteligencia para hacer de la economía, la seguridad ciudadana y el ataque frontal a la corrupción como sus más preciadas piezas en el juego político.

    ¿Qué pasó entonces, qué fue sucediendo de tal manera que 2020 no representara los cambios sustanciales en época de mucha desesperanza, preocupación por un problema de acelerado empobrecimiento de los sectores populares y población históricamente marginada y excluida socialmente?

    La apuesta comenzó con el asunto no del tema de la corrupción, en tanto el debate por una CICIES, era confuso, no existiendo condiciones para un Ministerio Público, competente, probo y valiente para enfrentar el tema del poder de los grupos oligárquicos, dominantes de la economía en manos de 160 personas que se llevan el 80% del producto interior bruto, de una débil institucionalidad pública sometida a las reglas del mercado, entre otros aspectos como el deterioro acelerado de los derechos humanos—evidenciados por la desprotección social en la que viven más de tres millones de salvadoreños—

    Ya se iba imponiendo el tema del sars (coronavirus) y se comenzaba a impregnar el ambiente nacional e internacional de declararlo una pandemia por parte de la OMS, esto empezó a determinar que el gobierno modificara sus prioridades y se centrara en esta cuestión y de acuerdo a la inexperiencia sobre cómo enfrentarlo, trajo e impuso en el escenario salvadoreño muchísimas medidas, acciones legales y otras no muy legales que la obsolescencia y el anacronismo jurídico-legal existente daba para atacar la enfermedad y el contagio.

    El miedo se fue apoderando de las élites políticas que al igual que la Presidencia, no encontraban mayores decisiones para una población en su mayoría que subsiste con ingresos diarios mínimos obtenidos de la venta informal de comercio y servicios, que son los que proveen a los sectores empobrecidos, que empezaron a sentir con más rigor el asunto de la pandemia al cerrarse todas las posibilidades de subsistencia diaria, impedida con el rigor de las fuerzas policiales y armadas, que daban ya señales de un adherimiento a la figura del Presidente como un líder mesiánico que iba conducir la cruzada y necesitaba de la fuerza coercitiva y represiva donde habían focos de “rebeldía y subversión” a las medidas diseñadas por el ejecutivo.

    Acá empieza a agravarse la vida y existencia de mucha población salvadoreña que no tienen los ingresos necesarios, ni pueden salir; encontrando vedado el camino de su cotidianidad obstruida por la militarización—que aleja al comprador diario que le provee su comida, la lógica dialéctica de comerciar empieza a trastocar las vidas rutinarias en los grupos poblacionales que han venido a asentarse históricamente en lugares donde el movimiento económico y la oportunidad de hacerse de ingresos es más propicia, la capital y sus alrededores—la clase trabajadora de la economía informal de nuevo es la más perdidosa y va acentuándose una mayor gravedad a su vida individual y familiar.

    La lógica de proveerse de ingresos es anulada de tajo. Y va el asunto atacando la formalidad en los bolsillos en las diferentes actividades económicas de subsistencia, pero a la vez favoreciendo las empresas en aquellas corporaciones mediáticas, comunicacionales, alimenticias, bancarias, farmacéuticas, de provisión de equipos y accesorios de salud. La institucionalidad pública se detiene, en tanto son personas las que la mueven, que se ven impedidas de llegar a sus trabajos, por razones de no existir funcionando el transporte público.

    En las zonas hospitalarias y de salud en general, trasciende la obligatoriedad de estar atendiendo la enfermedad y el contagio, hay abusos y arbitrariedades que lesionan los derechos humanos—las empresas se protegen y dejan de pagar los salarios y prestaciones, vienen despidos que la institucionalidad administrativa y jurisdiccional es incapaz de detener, sólo queda la denuncia, la justicia se para, aunque hoy parece más lenta y dilatoria.

    La reivindicación se estanca, no hay salario mínimo revisado, subsidios de salud y el problema de bioseguridad y sanitario excede las limitaciones y debilidades—el caos se impone, los oportunistas y vividores del mal ajeno afloran en exceso, la violencia intra doméstica es el pan de cada día—hay desesperanza mayor, los paliativos no llenan y satisfacen—el poder adquisitivo se deteriora y la clase trabajadora se ve inmersa en el desasosiego, la desesperanza y la preocupación—el año termina, pero el panorama no cambia, hay lucha, poca organización, se imponen las lógicas neoliberales—la navidad se acerca, todo es confuso, complejo y lleno de estrés, cansancio, las fuerzas lasas van esparciendo el clima, la desventura, los caprichos se imponen; y la obscuridad abruma, las almas de los que piensan y luchan con entusiasmo son cada vez menos.

    Un 2021, por demás incierto, cabizbajo y meditabundo, entregado a promesas y con la mirada perdida. Abur mis personas sindicalistas que la pasen lo mejor que puedan.

    *Sindicalista salvadoreño

  • Afectación negativa para la clase trabajadora, en el ejercicio del Ejecutivo con el Legislativo

    Afectación negativa para la clase trabajadora, en el ejercicio del Ejecutivo con el Legislativo

    Por: Róger Hernán Gutiérrez*

    Algunos sectores sociales piensan que hay una guerra entre Ejecutivo y el Legislativo— por intereses totalmente irreconciliables y opinan que es difícil que pudieran en algún momento ponerse de acuerdo.

    Además, se dice que la contradicción radica en la falta de acuerdos entre capitales—el capital oligárquico tradicionalmente dominante en todos los campos de la sociedad salvadoreña y un grupo de la pequeña burguesía, representada por Bukele y aliados.

    El asunto que trataremos hoy tiene que ver con esa aparente disputa entre órganos, cuando se trata de no beneficiar a la clase trabajadora o al pueblo, los acuerdos surgen por arte de magia y facilitan toda tramitación en tiempo y discusión ahorrándoles a los contribuyentes, horas, semanas y años de total esterilidad en el funcionamiento de ambos órganos.

    Recientemente una petición del Ejecutivo—expresamente del flamante Ministro de Trabajo, el Sr. Castro, enviando una cuestión vital en lo laboral, referido a aplazar la vigencia y aplicabilidad del art. 42 Constitucional, referido a la obligación de instalar salar cunas y centros de cuidado infantil—guarderías—en el caló más elemental, en las empresas para beneficio de la clase trabajadora.
    Como siempre el acuerdo fue expedito y casi espontáneo de dar prórroga a su efectivo cumplimiento y aplicación, tomando una decisión exprés de enviarlo para ene/2022 y, lo más triste del caso sin ofrecer opciones alternativas para suplir el vacío enorme que viene desde 1983, tiempo suficiente, donde los flamantes diputados se han pasado a la constitución por todo el infierno de sus entrañas, haciendo atropello del derecho constitucional que pretende dar una buena protección social para los hijos e hijas de muchas personas trabajadoras, hombres y mujeres que necesitan que sus hijos(as) estén seguros en su desarrollo bio-psico-social; y que el Estado a partir de la imposición del modelo económico imperante y su doctrina neoliberal, ha dejado de ser útil para cumplirlo a cabalidad.

    La evidencia es abrumadora—con excepción de la fracción del FMLN, que razonó mejor la situación y en silencio poco perturbador no acompañó tal decisión de prorrogar más tal asunto laboral. Las demás fracciones partidarias simplemente volvieron a ponerse en contra de los intereses más sagrados para la ciudadanía, a quien se le exige por el capital explotador laborar en condiciones precarias, y jornadas extenuantes que impliquen la producción deseable para obtener ganancias excesivas, sin responder a las necesidades básicas y vitales de cuido, seguridad y tranquilidad para el desarrollo de niños y niñas en los hogares de las clases populares.

    Como siempre el aparato del Estado funciona a la “perfección” cuando de no mejorar condiciones de protección social se trata, cuando el capital ruge preocupado porque ya no tiene la normalidad económica que le ha permitido históricamente acumular enormes ganancias—160 grupos corporativos se llevan el 85% del producto interno bruto—y a la hora de darle cumplimiento al artículo 42 constitucional, el cual han venido omitiéndose aplicar, en tanto sus representantes en el seno legislativo jamás intentaron aprobar la regulación que la Cn. mandataba es decir la Ley Especial para la regulación e instalación de salas cunas para los hijos(as) de las personas trabajadoras; y han tenido que pasar 37 años, para que a todo ese cuerpo legislativo le observaran la omisión de ese derecho.

    Lo grave insistimos no sólo es un aplazamiento más del derecho constitucional que ha venido siendo incumplido y violentado en tanto la omisión es declarada por la Sala de lo Constitucional, sino por cuanto no se da ninguna opción alternativa que vaya paliando el costo-beneficio de no otorgar dicho derecho por larga data.

    Fueron 48 votos—es decir 57% del plenario legislativo votó—porque se pospusiera la regulación e instalación, debido principalmente al costo que implicará su cumplimiento—ello de acuerdo a los diputados(as) “conscientes” a que muchas empresas se encuentran afectadas por el problema de la pandemia, y suman que una cuestión de tal naturaleza afectaría en términos de la falta de bioseguridad para los infantes. Sin embargo si se hace una inspección laboral objetiva o se hacen las diferentes entrevistas y encuestas sobre esta necesidad—pensamos que los aplazamientos sólo sirven para darle largas a un asunto de incumplimiento constitucional por parte de las empresas. Hay ya guarderías funcionando—municipales, institucionales y privadas—hoy infuncionales por la pandemia.

    En consecuencia el famoso estado de derecho con el que se rasgan las vestiduras muchos tinterillos que defienden los intereses del capital o asociaciones de abogados que están comprometidos con ese estado de derecho favorecedor de los intereses empresariales no dicen nada. Lástima que ayer como hoy la posposición dolosa de una toma de decisiones ética y responsable de parte de diputados(as) ha tenido de nuevo éxito, y esta vez con el contubernio declarado con el ejecutivo.

    *Sindicalista salvadoreño

  • ¿Qué ha representado para la clase trabajadora  un año con crisis de salud, económica y social?

    ¿Qué ha representado para la clase trabajadora un año con crisis de salud, económica y social?

    Por: Róger Hernán Gutiérrez*

    Para muchos sectores dentro de la clase trabajadora una clara pérdida de ingresos, un empobrecimiento para poder accesar a condiciones de vida dignas, que permitieran una supervivencia y mínimum vital correspondiente.

    Son 110,000 en el sector de la informalidad, y más de 70,000 en la formalidad, en tanto una cuarentena implicó no salir a la rebusca, ni a darle continuidad al negocio de subsistencia—estacionario y /o ambulante—con el cual todos los días le permitían alcanzar el tiempo de comida y endeudarse para disponer de la venta al día siguiente.

    Este desempleo ha aumentado en la población y ahora se debate en recuperar una condición que jamás volverá, y su situación genera mayores incertidumbres y desasosiego para continuar existiendo, y más cuando se vienen borrascas mayores para hacer aguas a su ya endeble existencia. Serán los elementos electorales una condición sine qua non capaz de revertir su situación de empobrecimiento constante, en definitiva NO. Y entonces cuál es ahora su horizonte de lucha cotidiana, para llegar a satisfacer sus necesidades vitales—ninguno—. Las condiciones del país son paupérrimas, y altamente desconcertantes, se hace importante la movilización para evitar mayores catástrofes—el virus seguirá existiendo y las dinámicas en pro y en contra, aún no disponen de un control efectivo, y por ende al más débil se le pegarán los efectos y condiciones adversas. Si hay oportunidad, esta no depende de un gobierno, de unos políticos, de empresarios, de factores mágicos que conviertan el porvenir en algo más favorable, sino de cada uno en asocio con aquéllos con quienes tenemos algo en común.

    Y empujar los factores de la producción, hacia acciones producciones que traigan ingresos para todos, no sólo para la élite que siguió acumulando y haciéndose más fuerte después que aquél negocio no lo lograra. Son los asocios de las comunidades, con los recursos que se han dispuesto hacia las actividades productivas de mayor sostenibilidad y sustentabilidad, con prioridades claras sobre alimentación—lo que significa desarrollo del agro, apoyos locales y nacionales con todos aquellos grupos del campo en asocios cooperativos capaces de organizar y producir la tierra—evitando la fragilidad de los diferentes cultivos—con tecnología apropiada, abonos orgánicos y canales de comercialización que coopten el mercado con calidad y precios adecuados.

    Una lógica económica capaz de organizar en asocio a diferentes grupos de trabajo en la actividad económica, agrícola, industrial, comercial y de servicios con los apoyos estatales necesarios para el desarrollo de la producción de bienes y servicios necesarios para el bienestar colectivo e individual de la población.

    Es importante tener presente la mala fe y el fuerte componente ideológico que recorre buena parte de lo que afecta nuestro día a día para no dejarnos arrastrar por falsos razonamientos que se disfrazan de economía, para imponer sistemas y lógicas de mercado que son medioambientalmente insostenibles, que generan desigualdades y que se apropian de la herencia de la humanidad en la medida en la que quienes controlan el capital, consideran de su propiedad y en su beneficio el resultado y las posibilidades que ofrecen los avances logrados por la acumulación.

    En el futuro que se imagina para 2021 o más años, es la propuesta de repartir los trabajos lo máximo posible con turnos de 12 horas y jornadas laborales de 4 días, y generar al menos dos turnos diarios y grupos laborales entre lunes a jueves y viernes a domingo; esta propuesta no la hace el sector empresarial para dar respuesta a las necesidades económicas de la clase trabajadora, la plantea como mecanismo para que la humanidad supere siglos de organización de las vidas en torno a los propósitos económicos, es decir, para desengancharnos y sufrir mayor precariedad.

    Para el caso lesiona el principio de 8 horas de trabajo, 8 para la recreación y 8 para el descanso—además que la Cn. establece que nadie puede laborar por más horas, si no es con el pago extraordinario, además de la cuestión que el trabajo extraordinario también tiene límites, y se desarrolla hoy en condiciones poco adecuadas a las labores que se realizan, y con ello el sector del capital, lo que pretende es hacer una rendición máxima de los recursos, tomando al trabajo como una mercancía—prohibición que también señala la Cn.

    Las condiciones de existencia en la que la familia y hogares salvadoreños viven, es de hacinamientos, viviendas vulnerables, con escasos ingresos—con un desempleo creciente—de una mano de obra sin educación, poca formación profesional, una sociedad con discriminación y marginación social, servicios de transporte público deficientes, violencia criminal, infraestructuras deficitarias para una producción continua. La clase trabajadora necesita superar esas condiciones y sólo es procedente la organización y movilización social.

    *Sindicalista salvadoreño

  • Aportes para el debate sindical

    Aportes para el debate sindical

    Por: Róger Hernán Gutiérrez*

    Las verdaderas razones eran más sencillas: seguir las “recomendaciones” de los círculos empresariales y aprovechar las crisis y el shock causado por el derrumbe del empleo para presentar reformas que van siempre en la misma dirección: reducir el poder de negociación de las personas trabajadores y alterar en detrimento de aquéllos, el reparto de los excedentes empresariales.

    El modelo económico, siempre está dando pautas a mayores quejas y demandas acerca de la crisis de empleo, donde la población que busca un empleo sobrepasa con creces la oferta de absorción de la mano de obra, que según aportes de la ANEP casi nunca sobre pasa los 50,000 empleos al año—lo que va provocando un acumulado de gente desempleada, sin ninguna opción de un empleo decente—

    En toda esta situación de crisis del empleo, afectada gravemente por la pandemia que según algunas cifras ha implicado 110,000 en el sector de la informalidad, y los números registrados por el ISSS a agosto/2020 son unos 66,000 empleos en la formalidad, que se suman a la continuidad de sostener un modelo económico fallido que continúa sin dar cabida a la demanda anual cada vez más creciente de empleo.

    La presión es tal que se habla de cómo volver a la normalidad antes de la pandemia o que como resultado del retraso en abrir la economía, el país no tendrá un crecimiento importante del producto interno bruto (PIB) y bajará a menos de 26,000 millones, lo que ofrece un panorama bastante mal para 2021, con problemas serios en accionar el presupuesto, dado el alto déficit fiscal y endeudamiento que se ha acumulado (90% del PIB)

    Hay que trabajar por un marco de relaciones laborales que tiene una patología al ser caro, disfuncional, ineficiente, antiguo y desincentivador del cambio tecnológico y otros factores de la producción.

    Cualquier análisis económico comparado deja patente que sus resultados no han mejorado la productividad y competitividad de la estructura empresarial que continúa siendo oligárquica y obtusa en pensamiento político; con elevados márgenes de beneficios que han servido de dopaje para una gestión rutinaria, sin estímulo alguno para realizar esfuerzos de modernización tecnológica, comercial, organizativa que otros entornos empresariales externos han debido realizar para sobrevivir. Un modelo de crecimiento insistentemente basado en niveles de productividad y de salarios bajos ha dejado un país devastado por la precariedad y la desigualdad.

    Hay mucha debilidad del movimiento sindical por participar con propuesta y conocimiento suficiente con los sectores empresariales y el gobierno, y exacerbar un diálogo social que requiere impulsar un tripartismo visionario y con capacidad para pactos de mutuo desarrollo de las partes, sobre manera en el tema económico-social. No querer incrementar el salario mínimo, por una situación económica que ha venido siendo históricamente un fracaso, es algo que deriva en mayores niveles de desigualdad y empobrecimiento acelerado. Las zonas francas y/o proyectos de zonas económicas especiales, traen desincentivación para la recaudación fiscal, y que hasta la fecha desde la década del 90, no hemos visto que ese incentivo para las empresas haya significado mayores y mejores empleos para el país, más apertura de empresas y sostenibilidad de empleos. Lo que hace es externalizar al Estado y a la sociedad costos brutales de ajuste social que tienen tal dimensión que acentúan los efectos públicos y privados de las crisis.

    La lógica económica es ineficiente porque dificulta la distribución adecuada de los recursos y desincentiva la adaptación del cambio tecnológico en un momento en que es la variable fundamental que determina la competitividad futura. Perseguir un sistema que ha dispuesto convertir la inestabilidad y la precariedad laboral; y los bajos salarios, en los únicos incentivos para atraer inversiones y bajar la rentabilidad, la carrera hacia el fondo entre marcas, sub contratistas y sub sub contratistas.

    Ese camino ha acabado reasignando más y más recursos hacia actividades empresariales cada vez más ineficientes, que solo surgen al amparo de los bajos costes laborales, despreciando cambios que favorezcan una organización eficiente de los negocios y una mayor productividad.

    Todo esto nos ha llevado a la creación de un número de empleos en sectores de baja productividad, lo que hace es insistirse en el mismo círculo vicioso de “bajos salarios / baja productividad” que alimenta un tipo de empleos que volverán a ser fácilmente prescindibles al primer signo de debilitamiento económico. Lo que de nuevo se ha comprobado con la pandemia, y no se ve por donde llevar y debatir los tres sectores en un modelo que saque a flote la crisis y nos enrumbe a mejores condiciones de vida.

    *Sindicalista salvadoreño

  • Una economía en perjuicio de la clase trabajadora

    Una economía en perjuicio de la clase trabajadora

    Por: Róger Hernán Gutiérrez*

    El sistema económico en la manera que se diseña y se impone a las mayorías oprimidas, marginadas y desprotegidas, tiene que ver mucho con el grado de nulo o escaso bienestar socio-económico para la clase trabajadora, y esto dentro de una crisis de salud, acumula demasiados elementos negativos para disponer de una fuerza productiva, que genere la riqueza que todas las capas sociales requieren para subsistir de manera decente.

    Tomando el análisis de Comisiones Obreras “Esta realidad antisocial no es casual, está ideada, estudiada y planificada bajo un prisma ideológico que tiene como principal objetivo mantener los desequilibrios y la distancia entre quienes más tienen y quienes con su trabajo generan la riqueza y el bienestar que disfrutan las élites”.

    Eso es claramente un factor que desde las huestes sindicales debe ser combatido en todo momento, no se vale que mientras las personas trabajadoras se fajan haciendo la riqueza para otros—el caso de élites económicas y/o las oligarquías y pequeña burguesía—no queda para aquéllas mayores ingresos para una subsistencia decente.

    No hay un trabajo que sólo se requiera para producir y producir sin tener algo a cambio—algunos dirán los salarios, y prestaciones socio económicas, pero si estos apenas alcanzan para suplir un costo de vida demasiado alto y con ausencias claras para tomar decisiones acerca de mejoras sustanciales al salario mínimo, que sigue siendo obstaculizado por ese régimen económico, que pide apoyo del Estado, mientras la clase trabajadora no recibió ingresos que son vitales para su subsistencia durante la pandemia.

    Hay una campaña para superar este problema económico—sobre pagar todo aquello que implica el salario y prestaciones; y la respuesta empresarial es cínica y cajonera, es que no hubo producción por tanto no habían ingresos para las empresas y entonces ¿de dónde para cumplir con el salario?

    Y lo peor es que no hay diálogo, las empresas se encierran para evadir la discusión, y siguen exigiendo niveles altos de productividad sin cumplir con otra normalidad que poco a poco va dando paso a otras condiciones laborales, pero la clase empresarial quiere tener “la normalidad anterior” y continuar con los altos niveles de ganancia en claras formas de explotación en la manera de hacer el trabajo.

    La deuda para los trabajadores(as) sigue estando allí, y ni la institucionalidad responsable, en el caso de la administración del trabajo y jueces de lo laboral, además de colegios de profesionales de la economía y abogacía, académicos, son capaces para diagnosticar la realidad en defecto de aquéllos, y continúan en el discurso de pretender querer rescatar la normalidad prevalente antes de la pandemia.

    Mucha de la discusión en el ámbito de la empresa, de las élites y medios de comunicación encargados de sostener la ideología dominante, no se acepta que los debates públicos son de mala fe, que desorientan al conglomerado social, debiendo decir la verdad en tanto esa argumentación no es correcta, ni ética y que sobre todo muestran una realidad en una clara postura dolosa; avalada por todo el régimen político que protege el estatus quo de las élites económicas, que no responden de manera coherente con la gravedad que implica la economía deficiente de las personas trabajadoras.

    Esa mala fe y componente ideológico, pretende seguir sosteniendo día a día una lógica económica perversa, que sigue incluyendo falsos razonamientos económicos que se imponen para el funcionamiento de un sistema y prevalencia de una lógica de mercado insostenibles—y si incorporamos desde el marco medioambiental todavía más catastróficas para una sociedad., dado que acumulan enormes desigualdades, en tanto ese capital voraz y deshumanizante considera todo de su propiedad y beneficio; apropiándose de los mínimos avances acumulados que puede ofrecer el conocimiento.

    Hay en el mercado fuerzas para imponer un “desempleo tecnológico”, y los encuentros empresariales de la élite empresarial y de industriales, comerciantes denotan la avidez por desplazar mano de obra e imponer medios para economizar el uso de aquélla, y las tesis teóricas hablan que es algo transicional que el desarrollo tecnológico irá resolviendo hasta generar una calidad de vida (Keynes, 1930).

    Es importante unificar y centralizar la lucha sindical para que se cumpla con la deuda laboral, no es de justicia que esta simplemente se olvide y entremos a fases iguales de desigualdad y atropello al desarrollo humano, que caracterizan una lucha por la supervivencia.

    *Sindicalista salvadoreño

  • El sindicalismo preso de una vorágine de falta  de transformación a lo interno y externo

    El sindicalismo preso de una vorágine de falta de transformación a lo interno y externo

    Por: Róger Hernán Gutiérrez*

    La situación de la gente trabajadora se ve cada día en una vorágine de empobrecimiento constante, permanente en unos sectores poblacionales como discapacitados, pueblos originarios, mujeres en hogares, campesinos, obreros eventuales, sub contratados, mano de obra independiente dentro de la estructura de la informalidad económica, son todavía más golpeados; y los sindicatos siguen sin contribuir a hacer las transformaciones socio económicas y de organización político-sindical que le permitan ser un protagonista social que lidere junto a otros sectores organizados de la sociedad, que tienen un horizonte con objetivos y metas comunes.

    Es claro la necesidad de tomar la realidad y analizarla a la luz de la clase trabajadora; dejar de hacer contacto de forma plena, vía redes sociales y otras presentaciones en diferentes medios comunicacionales consecuentes, propios o inconsecuentes—es importante, pero la tarea sindical no es esa, comienza con llegar a la gente trabajadora, persuadirle, convencerle que acompañe la lucha social, que defienda sus derechos laborales por la vía colectiva con el instrumento llamado sindicato. El Sindicato debe transformarse para ser: un instrumento de credibilidad, de confianza, de entrega y compromiso para con la gente—con una acción solidaria plena—y eso sólo implica la comunicación directa con la gente—no a través del celular, de la red social que debe ser un complemento o hasta un suplemento—es siempre el trato directo con la gente trabajadora para informarle directamente, de frente, plantearle la situación que vivimos desde un análisis parcial, en tanto no todos tenemos la verdad, sino a partir del aporte de cada persona individual o en colectivo; acá debe tenerse el cuidado de disponer de un discurso fresco, sin tapujos, transparente, pero no aquel que implica ser una “correa de transmisión” de un poder político establecido en el orden que nos afecta a todo; y para ello el Sindicato siempre debe tener ojos y oídos para acercarse a tomar esa realidad; que siembre el compromiso de hacer los cambios y las transformaciones como sectores populares.

    La comunicación desde abajo, horizontal y de doble vía son característica vital para romper con las argollas sindicales que ni hacen ni dejan hacer, hemos caído en un diálogo de sordos, en un mutismo a pesar que con las redes sociales todos se expresan, pero que en conjunto es un canto de grillos, ranas, y otros aullidos, expresiones que no cohesionan, sino que se manifiestan como desahogo, como una catarsis sin ton ni son. Estamos inmovilizados justificando siempre no disponer de tiempo y espacio para hacerlo—el asunto es que eso siempre es una evasión de atacar el problema como se debe.

    Todos buscamos que nuestros derechos sean una realidad concreta, sin embargo unos se abalanzan en una lucha social sin tregua y otros lo hacen con menos arrojo e ímpetu, haciendo que el objetivo se alargue o se acorte según se vayan dando condiciones favorables y/o desfavorables. Nos abruma la precariedad social, el gobierno y el propio estado se desatiende y las condiciones de precariedad llevan a las personas a no tener acceso a trabajo, salud, educación, vivienda, recreación, y si el sindicalismo no comprende las causas que nos han llevado a esa precariedad que nos abruma y nos hace impotentes para accesar a un bienestar posible individual y colectivamente.

    Ligarse los sindicatos al gobierno, a los partidos políticos al capital, a los empresarios, nos hace a cada paso perder credibilidad y sobre todo representación de los intereses laborales para que una persona trabajadora disponga de condiciones de existencia bio- psico-social, material y, es un efecto del orden social y de las relaciones sociales dominantes, que podemos atribuir a diferentes dimensiones: unas relaciones de producción de la existencia social estructuralmente determinadas por el capitalismo; un entramado legislativo y demás aparatos del Estado, que no favorecen la igualdad y no discriminación de derechos; y los trabajadores(as) se ven despojados de salario, del trabajo, de prestaciones socio-económicas, de derechos que le permitan un bienestar común.

    El Sindicalismo pierde cuando camina sin rumbo, sin evolucionar hacia campos de desarrollo social de mayor sustentabilidad, y ello más cuando se aleja de la gente trabajadora, en tanto no recoge de buena fuente el pensamiento y la acción de las personas afiliadas—eso igualmente no responde al cuestionamiento de en qué me beneficia participar como afiliado activamente, no sólo hay que verlo por cuestiones económicas, sino dentro del orden moral, el sindicalismo debe trabajar éticamente por y para la gente, no hacerlo haría desviar y trastornar la razón de ser y ello estaría minando disponer de un proceso evolutivo hacia estadios de mayor empoderamiento en la defensa y representación de los intereses más amplios de la clase trabajadora y sectores populares.

    *Sindicalista salvadoreño

  • Bases para un nuevo sindicalismo (Parte V)

    Bases para un nuevo sindicalismo (Parte V)

    Por: Róger Hernán Gutiérrez*

    Concluyendo con el análisis de la situación laboral y sindical, estamos en una realidad de atrasos y estancamientos en el desarrollo del trabajo y los derechos laborales y sindicales, que sumado la pandemia nos implica un deterioro grave en la materia de los derechos humanos—los salarios y el empleo siguen en constante contracción, y no hay un impulso claro en cuanto accionar la revisión del salario mínimo, y se sigue pensando que el momento para la economía es crear más desempleo, despedir a personas trabajadoras, continuar violentando las jornadas laborales, la seguridad social, los salarios, la seguridad en el trabajo e incrementar el campo de la informalidad y el sub desarrollo constante que nos lleva indefectiblemente al empobrecimiento de las mayorías.

    La estrategia de la cooptación sindical, ha sido una acción constante y permanente del poder económico y político, para hacer prevalecer sus intereses a otros grupos—en el caso del gobierno actual, la figura del Ministro Castro deja claro sus acciones con esa finalidad y hacerse de grupos de presión que pueda movilizar para su conveniencia, tanto personal como siguiendo directrices gubernamentales. Esto tiene más trasfondo, en tanto que acumular poder político de grupos sociales como son los sindicatos, podría alcanzar importantes ventajas hacia el derrotero de lo electoral que se avecina, y disponer de una correlación más a favor—el Ministro, supuestamente en su discurso ha pretendido enviar proyectos de ley, que luego acusa de que en la Asamblea no tienen la voluntad para aprobarlos—el caso de las pensiones, de las salas cunas, etc—y luego propagandizó comunicando el convocar a mesas amplias de representación laboral y empresarial, que trabajaran más finamente y de lado de los intereses laborales, sesgados por los gobiernos anteriores (1989-2019).

    En el seno sindical, la pugna por intereses políticos, económicos y laborales, ha sido de un constante desgaste donde la rueda del poder se ha siempre movido y en donde unos grupos perdidosos abajo, de repente el giro los lleva a ser gananciosos; en todo caso muchos grupos cooptados por el sector empresarial han venido siendo favorecidos con privilegios y prebendas que se han acumulado en lo personal de algunos líderes sindicales desde la época de los discursos contra el comunismo y la injerencia del instituto americano para el desarrollo del sindicalismo libre, la persecución de líderes sindicales con opciones en pro de la lucha de clases, de origen social cristiano y social demócrata, si lo queremos ver a partir de las influencias de las organizaciones internacionales de sindicatos reconocidas mundialmente.

    La cooptación tiene como finalidad tratar de sumar correlación en condiciones que no son favorables, o que nos permita mayor dominación y, hay que buscar atraer a los grupos “requeridos” que puedan significar alguna diferencia en uno u otro sentido. Esto no deja de lado la situación de caracterizar a grupos que disponen de ciertas características que pueden volver a la cooptación de mayor atractivo como es en el caso de los sindicatos con una alta membresía—caso del SUTC, SITRACOCS y otros—que se insertan en una actividad económica de mayor cantidad de personas (albañiles y ayudantes, maestros de obra y ayudantes, etc) e importancia en otros aspectos de la industria de la construcción.

    Luego tenemos la salud (STISSS y otros), la institución donde se captan ingresos (cotizaciones), que a la vez de disponer de alta membresía, disponer de recursos económicos o donde se acumulan buenos ingresos ––similar a las entidades bancarias, financieras, comunicacionales, y otras industrias (comercio, servicios) etc—la cooptación ha servido para apoderarse plenamente de la empresa, liquidando al sindicato o cooptándolo para su provecho propio; esto se hizo obvio durante la imposición neoliberal que implicó la privatización de instituciones del Estado con alta rentabilidad (ANTEL, CEL, INPEP; BFA, BCR, etc). El análisis sindical es la figura del corporativismo, que no es más que un sindicato fuerte que es cooptado por el partido, el gobierno y/o el empresario.

    Por último la Asociación de Empleados Públicos y Municipales-AGEPYM-que por larga data fue cooptada por el régimen militarista desde su nacimiento y se fue corporativizando hasta alcanzar activos importantes en capital, infraestructura, y servicios diversos recreativos, de salud, préstamos personales e hipotecarios. Hay millones de dólares acumulados a lo largo de toda una existencia que necesitan ser cooptados; y para ello importante cooptar al líder (Presidente y la Junta Directiva, comisiones), establecer acciones en los períodos eleccionarios y otros espacios, y así debilitar al grupo que se quiere quitar e imponer al otro.

    Es hacer llegar la fuerza sindical y que trabaje por los intereses dominantes— en la actualidad se sigue movilizando política y territorialmente a grupos de interés, que sirven y/o se prestan a la defensa de esos intereses; así como a estrategias que vayan consolidando cuotas de poder mayores, y debilitar la opción por otros intereses propios o ajenos.

    *Sindicalista salvadoreño

  • Bases para un nuevo sindicalismo (IV parte)

    Bases para un nuevo sindicalismo (IV parte)

    Por: Róger Hernán Gutiérrez*

    En este apartado trataremos de analizar que la acción de cooptación es sobre la base de que el actual ejecutivo lleva directrices claras desde su toma de posesión en áreas que le son claves para la consolidación de su poder a saber: la economía, las relaciones exteriores, la administración del trabajo, la salud, la obra pública.

    El punto que la oposición pretende construir es que la persona de Bukele intenta continuarse y mediatizar la alternabilidad en el poder, y aduce que la reforma constitucional va por esa vía, y también en tanto por hoy no existe una correlación en el espacio legislativo que le favorezca y con GANA, CD y algunos disidentes no es suficiente en número para empujar legislación a favor de los intereses bukelistas.

    Lo que requiere además de hacer un ejecutivo predominante sobre los otros dos órganos, de esa manera imponerse en sus decisiones sin cuestionamiento legal alguno—en el marco de la pandemia, esto ha sido una pugna constante, que Bukele asegura es por un marco jurídico en el limbo que no le permite una toma de decisiones plena y autocrática.

    En ese contexto se trasladan líneas claras como es primero la negación casi completa de todo lo hecho para bien y para mal, de parte del fmln en el ejercicio anterior, y en la parte laboral era rescatar los espacios tripartitos y dar un aparente apoyo a la ANEP, que había estado reclamando que el fmln lo había excluido y atropellado sus derechos de no injerencia gubernamental en la gremial empresarial (C144).

    Este análisis mínimo tiene su razón por qué se ponga al frente a un Ministro de Trabajo, ligado al movimiento sindical, con el que ya había trabajado en su anterior gestión en la Alcaldía de San Salvador, primero por cuanto ello haría pensar que el gobierno de Bukele venía con la intención de realizar una gestión en pro de la clase trabajadora—en ese momento el Ministro Castro actúa en una línea de desacreditación de todo lo sindical pro fmln, y ello ha significado una oposición férrea en anular ideológicamente la existencia jurídica de lo constituido por el fmln en la gestión de la ex Ministra Sandra Guevara, que hizo lo propio en cuanto anular al sindicalismo ligado al sector empresarial y a la ANEP—CGS; fesincontrans; fsr; fenastras; musyges y otros—
    Su estrategia implicó dejar identificados a los sectores sindicales pro fmln y pretender aliarse con la derecha sindical, la ANEP en sus representantes de nuevo cooptó los espacios tripartitos en el salario mínimo, el isss, el fsv, formación profesional, consejo superior del trabajo y, lanzó una estrategia “dialogante” de hacer ver que en este gobierno se iban a poner las cosas de nuevo en su punto, y a cambio la agresividad (quejas) en el seno de la OIT, podría mermar.

    Se nombraron diferentes representantes sindicales en el salario mínimo, lo que implicó amarrar que se diera una discusión sobre un nuevo incremento; el sector sindical venal se plegó a la ANEP, y el gobierno se ha quedado solo, lo que de nuevo atrasa y manipula una revisión tal como lo señala el art. 159 CT. Esto trae como consecuencia un ámbito económico en desmedro de las personas trabajadoras, y donde el gobierno Bukele no ha acumulado una acción positiva en su favor, que deja a su Ministro en una débil posición al respecto. La pandemia ha ayudado al Ministro Castro a remozar su fuerza política y de su gestión, y ha atacado a toda empresa que se caracterizara por violar derechos laborales, y las inspecciones laborales se han dispuesto en esa estrategia, los cierres en las empresas de Salume en un principio y aquellos capitales vinculados con Simán durante la pandemia, trajo de nuevo la tirantez en las relaciones del Gobierno con la empresa privada. El apoyo a la situación de no enterar las cuotas previsionales de parte del Alcalde de Santa Tecla y de San Salvador—moviliza sus grupos sindicales para desacreditar la gestión y este tipo de empresarios, apoyados por el régimen político anterior y de funcionarios del partido arena.

    Por ahora la cooptación de los espacios tripartitos como el Consejo Superior del Trabajo, no ha significado mucho y, todo lo prometido en materia laboral como las pensiones y mayores libertades sindicales se han ahogado en un diálogo estéril e intransigente por momentos. Y lo relativo con la omisión constitucional de las salas cunas y derechos de cuido de la niñez como guarderías y similares, ha implicado mayores violaciones en cuanto alargar la puesta en marcha de dicho derecho art.42 Cn y lo mismo con la revisión al salario mínimo y a re enrumbar la economía en lo social.

    *Sindicalista salvadoreño

  • Bases para un nuevo sindicalismo (Parte III)

    Bases para un nuevo sindicalismo (Parte III)

    Por: Róger Hernán Gutiérrez*

    Siguiendo con el proceso de cooptación política de sindicatos para la formación de grupos de choque, defensa territorial y política, ante la disputa por determinar una hegemonía de los intereses dominantes necesarios para construir poder por sobre la economía, la política, lo social y las relaciones laborales predominantes para sostener un modelo de producción útil al régimen de turno (Gobierno de Bukele).

    El actual Ministro Castro viene arrastrando una historia de cooptación y puesta al servicio de intereses patronales—durante su ejercicio como trabajador y dirigente laboral a lo interno de la municipalidad, determinó la constitución de una organización laboral que le fuera útil a sus intereses personales en la búsqueda de concesiones, prebendas y/o venalidades que permitieran cubrir espacios de mutua necesidad en términos económicos y de poder político-social.

    La estrategia de la cooptación, se basa en la utilización de dirigentes sindicales creíbles y con liderazgo, la han utilizado desde tiempos inmemoriales, con el objeto de fundamentar su dominio por sobre intereses propios, que lleven en el caso del sector público a fortalecer al partido político de turno, y la acumulación política en diputaciones, alcaldías y presidencia de la República. Y en el sector privado es la acumulación de mayores niveles de ganancia, con el menos de resistencia posible de parte de los grupos sindicales en la defensa de derechos, pero sobre todo en el sostenimiento imperecedero del modo de producción capitalista, caracterizado por la explotación y la formación de plusvalía.

    Es así que los sectores gremiales empresariales juegan el papel de cooptación de las dirigencias sindicales para sostener una forma de producir que le sostenga su ganancia, y por ello se garantizan de cooptar los espacios tripartitos apoyados por lo representativo gubernamental—en lo concerniente a la contracción de los salarios mínimos, la vivienda, la salud, la formación profesional, la educación y las pensiones, entre otros.

    Hay claras acciones como la flexibilidad y desregulación laboral, para mantener a un nivel muy bajo los derechos socio-laborales y la protección social, la precarización como consecuencia hace que mucho de las condiciones laborales, vayan en caída constante, pero en cambio se genera una fuerte acumulación y concentración de la riqueza en los grupos empresariales dominantes, que cada vez son más reducidos, pero que van en procesos de mayores niveles de ganancia—sectores que son claves para sostener el régimen político; y garantizar la concentración y no distribución democrática de la riqueza producida.

    Los sindicatos en el sector privado son escasos, y los que aún se sostienen manifiestan un arraigo de venalidad y poco compromiso con la clase trabajadora. Hay un ambiente laboral totalmente inequitativo y desigual, producto de un claro sometimiento a la patronal y un ejercicio autoritario, jerarquizado e impuesto, que dificulta sostener de manera progresista relaciones laborales que den un desarrollo productivo y humano para el empresario y para la persona trabajadora respectivamente.

    El sector de la construcción ha sido identificado para impedir organización sindical, no obstante es el de mayores avances en la contratación colectiva, aun cuando esto depende de convenciones colectivas aparentes, en tanto “no existe” organización sindical del empresario. Sin embargo hay relaciones laborales que llevan a acordar condiciones laborales aceptables para ambas partes.

    CASALCO, la gremial empresarial, el SUTC y los otros sindicatos en el sector de la industria de la construcción, afines en el ramo, llevan a que gobiernos también se interesen en controlar los factores que rigen la obra pública, la vivienda, la infraestructura en general, el control institucional del Fondo Social para la Vivienda en las políticas habitacionales—lo que representa una fuerte cooptación por los grupos empresariales asociados o no a la gremial de la ANEP.

    En el sector público, en lo que es hoy, se manifiestan cooptaciones sindicales en el órgano judicial, a partir de que los magistrados provienen de elecciones secundarias en una Asamblea Legislativa hoy cooptada por la oposición; y se piensa que no es neutral en la aplicación de la justicia al respecto del gobierno de Bukele, quienes han dispuesto de resoluciones que supuestamente llevan a perjudicar la gestión del ejecutivo, eso no es nuevo y lo vimos igual en el período del fmln, período donde las disputas que se presentaron también implicaron la imposición del Presidente de la Corte Suprema de Justicia y supuestas prerrogativas de contratación colectiva a cambio del apoyo sindical. Al parecer el objetivo hoy es conformar frentes o coordinaciones ciudadanas, supuestamente amplias, para implicar intereses como en el caso una reforma constitucional.

    *Sindicalista salvadoreño

  • Bases para un nuevo sindicalismo (Parte II)

    Bases para un nuevo sindicalismo (Parte II)

    Por: Róger Hernán Gutiérrez*

    Es importante resumir que el sistema dominante, lo hace a través de cooptar sectores influyentes que le permitan ejercer el dominio sobre diferentes aspectos de la sociedad, lo más fundamental son la base material—es decir la economía—denominada la estructura. A partir del control de esta variable se monta todo una serie de andamios que van garantizando que nadie se salga de ese “orden establecido”, lo que se denomina superestructura; la ciencia, las artes, la cultura, la educación, medios de comunicación, la iglesia, el gobierno, la clase militar (fuerzas armadas), los grupos sindicales, colegios profesionales, etc.

    Cuando se suscitaron en el país los procesos de reprivatización de la banca, el comercio exterior, que fueron estatizados por Duarte, fueron desmontados para imponer el modelo económico de libre mercado con su doctrina neoliberal, sosteniendo que lo privado y el mercado son la base de la economía e imperar la oferta y la demanda, para lo que necesita incorporar una base ideológica donde grupos específicos se manifiestan en pro de esa acción dominante—recordemos como el sindicalismo existente en el sistema financiero fue removido a partir de acciones represivas jurídicas, económicas y políticas, que implicaron la desmovilización de la estructura sindical, terminando con el sindicato SIGEBAN, SITRABIF (BCR), para limpiar la mesa y llevarse el botín—ahora se mantiene una costra rígida que impide jurídicamente y políticamente la existencia de organización sindical en ese sector económico.

    El tema de pensiones estuvo igualmente sensible en esos intereses obscuros, donde el sindicalismo acomodado al capital (ASAFONDOS) formó el Comité de Trabajadores en defensa de los fondos de pensión (CONTRADEFOP) liderado por el finado Soriano, que fue usado para llevar una supuesta lucha reivindicativa en clara defensa de los intereses privados que cooptaron los fondos de pensión. Este sujeto sindical, figuraba en tiempos anteriores bajo el sindicato FESINCONSTRANS, ligado a sectores de la construcción y el transporte, que hoy mantienen cuotas de poder difíciles de revertir. Históricamente las clases militares y partidos políticos que representaron intereses como clase gobernante (militares y partidos políticos) han ido absorbiendo la lucha sindical para dejar en plena acción desarrollados los intereses de estos grupos dominantes económicos y políticos.

    Cuando se dio una etapa desarrollista en el país, donde se pretendió implantar cierta industrialización por el Coronel Oscar Osorio (1950-1956), se constituyó la Cn.1950, que recogió bases de demanda social, se creó el Instituto Salvadoreño del Seguro Social y se consolida la existencia del Ministerio de Trabajo (1946). Demandas sociales que pretendieron mermar aspectos de lucha social a partir de mucha convulsión como fue la caída de Martínez (1944). Empezó a cotizarse para cobertura de salud y en 1969, se crea el régimen de pensiones e igualmente empieza a cotizarse para servicios de pensiones. Surge el Sindicato del ISSS (STISSS), que recoge la lucha reivindicativa y se promueve en defensa de la institución y contra los intereses mercantilistas de la directriz. En 2002, con la acción sindical y social, que se denominó contra la privatización de la salud—marchas blancas—fueron los últimos conatos de un movimiento sindical en unidad, con capacidades de hacer un trabajo autónomo, sin embargo sirvió para que paralelamente un grupo de profesionales de la medicina se constituía en el primer sindicato de esa calidad; comenzaron contradicciones estructurales, que trajo desavenencias con el Colegio Médico; y el propio STISSS. Se fueron dividiendo en más grupos sindicales a lo interno.

    Con el nuevo gobierno, la situación de realidad fue calculando ese debilitamiento—y su ligazón al fmln—y con esos pretextos se cooptó al Sindicato, bajo maniobras institucionales se removió a una directiva para elegir una nueva al servicio de los intereses bukelistas. La que ha estado movilizando a grupos de trabajadores, bajo consignas de apoyar temas políticos que son del interés de la figura del actual Presidente. Los cambios en la dirección del ISSS, y la pandemia, denotan una lucha intestina por dominar el ISSS, y para ello es necesario un sindicato ad-hoc, que no se oponga, sino que trabaje en pro de esos procesos nada transparentes, que favorecen intereses mercantilistas de grupos dominantes vinculados con la salud, la provisión de medicamentos, el manejo financiero de los fondos, la infraestructura hospitalaria y gestión administrativa institucional, entre otros.

    La figura del actual Ministro Castro, como Presidente nato del Consejo Directivo del ISSS, es vital para que en el período se vayan consolidando grupos empresariales emergentes que tienden a ocupar el puesto, para obtener prebendas con respecto a aquel botín, que ha sido parte de los intereses de la ANEP y sus grupos empresariales, quienes están hoy, rescatando espacios tripartitos donde en el anterior período (2009-2019) se pudieron haber debilitado.

    *Sindicalista salvadoreño

  • Bases para un nuevo sindicalismo (Parte I)

    Bases para un nuevo sindicalismo (Parte I)

    Por: Róger Hernán Gutiérrez*

    Cuando hablamos de un nuevo sindicalismo, se piensa que se trata de un acomodamiento sindical a la patronal, al patrono capitalista y explotador, por tanto cada vez menos autónomo e independiente para tomar sus propias decisiones a lo interno-externo del Sindicato. Es más claro, cuando hablamos de un sindicalismo nuevo, que es un sujeto capaz de entender su realidad y buscar una congruencia con ella, sin vender sus principios y valores que es la esencia que lo define como tal.

    En el socialismo la lucha de clases no existe en tanto no hay fuertemente visibilizada una contraparte explotadora; y el Estado se apodera de todo lo que rige a una sociedad, resultando en un estatismo y entonces el dominio se ejerce desde el Estado, no desde el grupo de empresarios capitalistas que disponen del poder para no ser regulados y obtener ganancia, lucrándose de las necesidades de la gente. En consecuencia el sindicato qué reivindica—si el Estado lo regula todo de acuerdo a las necesidades de cada quien—Lo lógico entonces sería una lucha para desvincularnos del dominio estatal, pero si tenemos aspectos vitales para una existencia en sociedad cubiertos como salud, educación, vivienda, alimentación, recreación – deporte y otros por el Estado, sólo quedaría el salario, sin embargo—en mucho el salario sirve para cubrir condiciones materiales de existencia a través del trabajo, por ende no tendría sentido hacer una lucha por obtener mejoras salariales que sirvan para cubrir necesidades que ya tenemos—base ideológica para el consumo–.

    En el sistema capitalista, el salario no alcanza para cubrir las necesidades, y el Estado no es garante de que la población disponga de la satisfacción de sus condiciones materiales de existencia, por consecuencia existe una fuerte clase capitalista que se apodera de todo; y rige nuestras vidas en una clara acción de explotación-y es la base de la lucha de clases—es decir el proceso de toma de conciencia de su situación de explotado por un claro explotador. No obstante, personas trabajadoras defienden la ganancia del explotador; y ocurre lo que denominamos la alienación y enajenación del trabajo. ¿Por qué le hacemos la plata al dominante capitalista, a costa de nuestra propia existencia?

    En un país como el nuestro donde la clase dominante es muy fuerte y, hay una clase trabajadora sometida a su poder; además de un Estado genuflexo a ese poder y sometido a las reglas del mercado—no queda mucho espacio para entender el problema y salir de él, por ello hablamos de un nuevo sindicalismo, capaz de entender la ecuación y buscar soluciones inmediatas y mediatas que alcancen la realización y desarrollo humano. Ante esta realidad se lucha por que exista una fuerza que equilibre de los abusos y discrecionalidades de un grupo dominante sobre el otro más desvalido. Y de allí que los procesos eleccionarios tienen la vigencia para supuestamente apoyar por la vía del voto al grupo que se compromete para cambiar esa situación y crear el bienestar común para todos (as).
    La lucha electoral trasciende la simple cuestión de alcanzar el poder, nunca se habla de para qué, y autores han dicho que para conocer a alguien lo que es, dale el poder y sabrás de quien se trata; y así ha sido nuestra historia, personas abusadoras al ejercer el poder, que anulan la libertad como una necesidad fundamental de los seres humanos, y terminan imponiendo el modelo que favorezca sus intereses más mezquinos y avaros.

    En la década del 60 del siglo pasado, surgió el gobierno militarista del PCN, donde se conjugó un claro sometimiento de los empleados públicos al poder castrense, denominada Asociación General de Empleados Públicos y Municipales-AGEPYM, que fue haciéndose de un poder con una clara cooptación de la membresía, que sometida al poder recibía las instrucciones para mover la base con la que se ganara las elecciones. Después se va creando el poder empresarial e igual se van creando grupos sindicales que les defienden sus intereses y se movilizan para votar en pro de los intereses del patrón—maquilas, sistema de la construcción, bancos, comercio, agro industria, exportación y demás. Surgiendo el sindicato de la construcción plegado a las patronales del cemento, la vivienda, carreteras e infraestructura en general y ligados a obras públicas.

    Y la salud que fue haciéndose muy poderosa en tanto mercancía y junto a laboratorios, farmacéuticas y profesionales en esos campos, que agrupados se concentraron en el Instituto Salvadoreño del Seguro Social. De ahí la necesidad de cooptar al sindicato de la salud.

    *Sindicalista salvadoreño

  • Fortalecimiento organizativo: una tarea sindical impostergable

    Fortalecimiento organizativo: una tarea sindical impostergable

    Por: Róger Hernán Gutiérrez*

    Formación en el mediano y largo plazo de una cultura organizativa: es de sumo importante mejorarla en tanto la desacreditación empresarial de ver al movimiento sindical, como un puñado de vagos, sin fin ni beneficio, hace impostergable la tarea de reivindicar la cultura sindical—rescatar la lógica de la apropiación de la ganancia por parte del dueño de los medios de producción y el rol de quienes venden su fuerza de trabajo—y que ahora con una globalización (lógica de mercado: oferta y demanda), que ha venido a debilitar los derechos humanos, imponiendo la ganancia, el negocio como fin de una sociedad.

    Es por más apuntar en la construcción de liderazgo sindical: fortalecer valores y principios. Potenciar necesidades para un más completo desarrollo humano: a) entendimiento; b) participación; c) identidad y d) creatividad—entre otros como e) libertad—Mucho de la pandemia que nos ha involucrado a todos (as), ha determinado condiciones difíciles de existencia y en los lugares de trabajo predomina el abuso, la arbitrariedad para obtener los grados de ganancia que se han obtenido y en donde el rol del Estado es nulo, sin la fuerza efectiva para arbitrar en la relación laboral. Los valores de la solidaridad, la conciencia fortalecida con los principios que sostengan una acción sindical por mayor protección social y lucha en defensa del débil en la relación laboral, es básico para ejercer una mayor contribución al desarrollo humano.

    La asertividad sindical: potenciación del diálogo social, la negociación y construcción de mejores relaciones e interlocuciones con el poder (propietarios de los medios de producción y tomadores de decisión). El impulso de la interlocución entre quienes tienen el poder, debe corresponder con una contraparte con capacidades asertivas que permitan bases de diálogo sin atentar contra el beneficio que pueda deducirse de planteamientos ecuánimes que no lleven a la sumisión, pero tampoco a ir más allá de una realidad económico-social.

    El trabajo ha evolucionado, pero ello en mucho ha significado un claro deterioro de los derechos humanos:

    a) Empleo decente, significa con todas las condiciones y derechos adquiridos, tal y como son planteados en el marco de una legalidad, en mucho los trabajos son degradantes, precarizados, atados a la sumisión y desvaloración.

    b) Organización del trabajo, en mucho la representación sindical ha perdido fuerza para concretar la negociación con la patronal, y ello ha significado imposiciones en la manera de hacer el trabajo, que busca la plena ganancia en detrimento de quienes realizan las labores.

    c) Relaciones obrero-patronales, cada vez más unilaterales, la relación con los niveles jerárquicos en la empresa, es un encadenamiento muy débil que sólo presenta un sentido de arriba hacia abajo, sin disponer de formas que concilien los intereses en el marco de la legalidad y el ejercicio pleno de los derechos laborales.

    Innovación y mejor estructuración organizativa para enfrentar la realidad. En un ámbito laboral donde se ejerce el dominio de una parte—los empresarios—sobre la otra—trabajadores(as)—hace difícil entrar en etapas de concesiones, sin que se vean estas en contra de la libertad de empresa o de sus intereses. Necesario el conocimiento, la transparencia y un planteamiento ético de la realidad que enfrentan las empresas en economías sub desarrolladas, dependientes y con escasez de recursos para producir con sostenibilidad y sustentabilidad.

    Mayores impulsos a potenciar roles y funciones a lo interno—descentralización en la toma de decisiones; proactividad y con alto nivel de iniciativa individual y grupal-El sindicalismo se está quedando como una “pieza de museo”, con una toma de decisiones verticalizada en extremo al estilo de la guerra, con poca iniciativa y nada proactiva (acostumbramiento obcecado a recibir la línea), hay un debate colectivo muy visceral que anula iniciativas, ideas y propuestas, que no van más allá o en contrario muy escaso debate sin propuesta, ni ideas para una discusión efectiva.

    Comunicaciones sindicales—sociología de grupos sindicales—Estrategia de abajo hacia arriba/horizontal-potenciar las relaciones con la prensa autónoma, medios alternativos y/o virtuales. Que lleven a potenciar una efectiva transversalidad: de género; juventud y grupos prioritarios (lgtbi), que son discriminados y marginados por fuertes intereses dominantes. Incorporar la cultura democrática—no absoluto a la discriminación y violencia con énfasis en lo laboral—El marco de deterioro de la economía (micro y macro) redunda en violencia hacia quienes profesan opciones solidarias y que lleven a potenciar los derechos humanos.

    Mejoramiento de lo cuantitativo-cualitativo de la organización sindical, con efectividad para la puesta en común, el debate con conocimiento, con la información y datos necesarios para llegar a propuestas sustentadas, que puedan fácilmente ser consensadas. Formación de capacidades para impulsar los procesos organizativos: debate; propuesta; planificación; evaluación y sistematización; coordinación y control. Conocimiento sistematizado con información y datos del que hacer sindical.

    *Sindicalista salvadoreño

  • ¿Son las actuales legislaciones: buenas, adecuadas, sirven, funcionan?

    ¿Son las actuales legislaciones: buenas, adecuadas, sirven, funcionan?

    Por: Róger Hernán Gutiérrez*

    Hoy a ocuparme de este tema, quizás con un pensamiento arcaico y hasta profano, pero como ciudadano de la polis tengo algunas apreciaciones al respecto, una persona común podría entender que la ley (dura lex, sed lex), que es un principio del derecho un tanto arcaico, por cuanto mucha gente, no entiende la ley, pues nunca se la explican, y se aprueban las legislaciones con el mínimo de consenso, la mayoría de aquéllas termina siendo impuesta, por ello no estaría de acuerdo, por cuanto siendo la ley, entonces es de acatamiento forzoso para todo ciudadano, y hay que aplicarla por dura que parezca a quien se le aplica, que bien sabemos que en muchos casos no es a quien las debe, sino a quien las pague.

    Son buenas las leyes, pareciera que si, en tanto rigen la armonía de la sociedad, esto fuera cabal, si no existieran diferencias entre ciudadanos, aunque se explica que la ley es igual para todos, no se cumple con la premisa, y al “chucho más flaco, se le pegan las pulgas”. La legislación siempre ha estado para favorecer a los grupos de personas con más poder y que tienen mucho que perder cuando hablamos de equidad e igualdad para todos en una convivencia quizás muy ideal.

    Es aquí donde se parte, en la materia de las relaciones sociales de producción, donde están quienes detentan los medios de producción y quienes venden su fuerza de trabajo, no podemos decir por más que se diga que la ley es buena que esa relación laboral es equitativa, y es igual el patrono que el trabajador(a), esa idea nos la impuso el neoliberalismo y el Ministerio de Trabajo, es experto en aplicarla en los distintos procesos de demanda administrativa.

    También está lo de adecuada, para quién dirían algunos, es siempre para el que dispone a su arbitrio y conveniencia del poder, la legislación es adecuada en tanto no se me aplique y sólo sea para los demás que tratan de llevar una lucha por la equidad y la igualdad. Acá hay referencias que mucha de la ley nos atosiga, y para unos eso significa que está funcionando, sin embargo las cárceles están llenas de gente que cometió un error, y se le ha castigado de una fuerte manera, y otros que no cometen errores, sino que actúan dolosamente y con toda la intención de favorecerse de manera ilícita, y para ellos (as) la legislación no existe.

    Bien hasta aquí, observamos que la ley es un tanto sui generis, sólo sirve para determinada situación, que casi nunca existe, y empieza a torcerse la ley, para adecuarla a lo que se pretende legislar, y favorecer al grupo de interés, en una cultura de intereses anti solidarios, muy egoístas, poco creíbles, en mucho obscuros y siniestros, la ley termina siendo algo de adorno, y si es buena, el aplicador se encargará de hacerla que no funcione, y darle largas a un asunto de justicia, que es el objetivo de toda legislación.

    Para ir resumiendo, la legislación surge con el objeto de alcanzar la justicia, en una sociedad donde las diferencias y patrones culturales son tan distintos, el jaloneo será una cuestión casi natural, pues muchos somos criados para el abuso, la arbitrariedad, la imposición y otros para la nobleza, la ética, la solidaridad—como siempre no hay puros y unos podemos tener más de esto que de aquello otro. Hay matices, los famosos grises.

    En fin ese alcanzar la justicia nos lleva al planteamiento de derechos, que son los que nos definen, en tanto algunos los gozan y otros ni siquiera saben que los tienen—es importante que la legislación entienda el conflicto social entre derechos humanos y otros aspectos como la ganancia, el bienestar, lo público sobre lo privado, la plusvalía, el hacer negocio en detrimento de aquéllos.

    Queremos justicia, que nos lleve a alcanzar derechos, para que nadie abuse e imponga sus intereses, eso se plasma en una legislación, que pretende ser buena, adecuada, que sirva y funcione a cabalidad, aun cuando hecha por los hombres y mujeres, el último elemento es que necesitamos que la hagan bien, que el proceso de formación de ley, tenga el consenso más fortalecido, con mucha participación democrática, y se canalicen los intereses de una manera democrática y no dominante. Esas dispersiones en las legislaciones, que no juntan, sino que dividen deben ser abolidas y formar otras que lleven a la unidad común; a buenos legisladores e instituciones que no se rindan ante la adversidad que podrían enfrentar.

    *Sindicalista salvadoreño

  • Acciones reformistas en el marco de una crisis generalizada

    Acciones reformistas en el marco de una crisis generalizada

    Por: Róger Hernán Gutiérrez*

    La que se vislumbra con más interés y encono colectivo es lo de la reforma constitucional, el debate por decirlo de algún modo se centra en las famosas cláusulas pétreas, que no es más que algo de ocurrencia de quienes hacen del poder su patrimonio—“sin cambios en la forma y sistema de gobierno, la alternabilidad en el ejercicio de la presidencia y “el territorio” que como decimos es lo más afectado por los conflictos de soberanía-la isla conejo, los bolsones, y lo más sutil el entreguismo de los valores y activos del pueblo a las corporaciones capitalistas foráneas, donde mucho de aquélla es apropiada en aras del negocio, los consorcios transnacionales siguen abusando del territorio nacional—compra de propiedades (islas), uso irrestricto de las 200 millas marítimas, e instalaciones como zonas francas y económicas especiales (China, como caso especial) y de otra índole comercial, de servicio; aeropuerto y puertos sin mayores restricciones, hay por tanto elementos claves de una estrategia hegemónica capitalista.

    Sabemos que mucho de este desarrollo hegemónico, implica reformas jurídicas (Cristiani, 1989-ARENA), control de los recursos naturales: gas—recuerdan el asunto con la empresa italiana—petróleo, biodiversidad, agua. profundización de opciones óptimas para hacer negocio—donde ya hay un cúmulo importante de leyes aprobadas por los regímenes anteriores (14), facilidades a lo que denominamos inversión extranjera directa; tratados de libre comercio (21 tratados) accionados desde la Organización Mundial del Comercio (OMC) desde 1995 (Calderón Sol-ARENA), hay la aceptación declarada del patrón de acumulación capitalista, y que una reforma constitucional debería contemplar para evitar ser sumidos en una vorágine de volvernos más mercancía y deshumanización.

    En esa lógica de dejar hacer, dejar pasar ha implicado trabajo de infraestructura—la ruta de supercarreteras, localización de las riquezas posibles (trazos), alianza de la seguridad y propiedad; megaproyectos de transmisión de energía; flujos trans-pacífico; el puente del corredor seco (La Unión-Puerto Cortez-371 kms); la militarización bases militares—; y así un sin fin de reformas que son aplicadas para fortalecer dicha estrategia hegemónica; el asocio público-privado; procesos de desgravación arancelaria; eliminación de aranceles—del trato nacional.

    Las acciones reformistas atacan el sistema democrático y de justicia social; que no garantizan un enfoque en derechos humanos, se trata de un sistema sumamente lucrativo y mercantil, y esas reformas para atraer capital—como el de las zonas económica especiales, que no mejoran el ámbito socio-económico, al no ser sostenible en el tiempo y que sólo busca la seguridad y certidumbre jurídica para el capital, y que va conduciendo a una sustitución del Estado por parte de las empresas.

    Los intereses liberales y conservadores tienden a buscar el control de todo, y aquellas reformas que van en ese fin, son las que se apoyan en el seno legislativo—la reforma constitucional pretende ser un debate—pero no es la realidad, en tanto imposiciones, abusos, arbitrariedades, componendas predominan el escenario, y así tenemos el problema del sistema de pensiones, donde las reformas (sept2017 y anteriores) siempre apuntaron al beneficio del capital, el derecho constitucional al agua ha quedado pospuesto en infinidad de ocasiones y sigue sin reconocerse como tal.

    Ahora se incluye el asunto del Instituto Salvadoreño del Seguro Social, se argumenta que es una cuestión entre el capital y los trabajadores, cuando es claro que son los grupos mafiosos del capital y laborales que sólo siguen el rastro—justificando la supuesta necesidad de proteger los intereses del ISSS (el capital acumulado). Recordando un poco la historia, la composición del directorio en el ISSS es claro en sus intereses, están los patronos, que se creen dueños del Instituto, el gobierno, cuanto más a la izquierda o mantiene posturas “independientes” de los empresarios, provoca el sisma que hoy padecemos; pero están los verdaderos intereses ocultos—los del sector farmacéutico, atención médico-hospitalaria (sector médico-empresarial) y el sector odontólogo. Este grupo se introdujo teniendo como dicen ventajas para favorecerse del negocio; y darse cuenta en el seno directivo de necesidades y posibles negocios—lo cual ha sucedido por larga data y donde muchos directores han favorecido, otros se fugan y contra lo cual los ha llevado a renunciar—comprometidos con la ética y la salud—

    En el fondo, el ISSS en su directorio es un espacio de grillos, donde se comercia con la salud y se ha convertido en una institución carente de objetividad y de visión para con las personas trabajadoras a las que se debe, reformas institucionales favorecen a los intereses de médicos y laboratorios; y los derechos a la salud, protección social, maternidad, medicina del trabajo, entre otros inherentes sigue siendo una causa a reivindicar.

    *Sindicalista salvadoreño

  • Relaciones laborales, una cultura empresarial de impunidad y anti sindicalismo

    Relaciones laborales, una cultura empresarial de impunidad y anti sindicalismo

    Por: Róger Hernán Gutiérrez*

    La pandemia del covid 19, ha significado mayores elementos de impunidad, cultura anti sindical y laboral, por parte de los empresarios que se rasgan las vestiduras, en una actitud de hipocresía tratando de verse como un sector consciente de la situación por la que estamos pasando; con raras excepciones, más parece la excepción y no la regla. Son orígenes que la pandemia nada más ha fortalecido, dado que históricamente se trata de una clase empresarial con una visión corto placista y centrada en la ganancia y no en la persona.

    Hoy más evidente por la manera en que la economía ha sido afectada, el asunto de los costes de producción se ha distorsionado, y en la cadena productiva son los salarios y prestaciones socio-económicas y laborales las que se mueven en rango de claro favorecimiento a los intereses empresariales. ¿Cómo integrar una nueva manera de construir relaciones laborales con equidad, igualdad y sobre todo justicia?, ese es el problema que esperamos tratar en esta oportunidad.

    La relación laboral inicia con el derecho a contrato individual de trabajo—que implica una serie de acuerdos, concesiones y requerimientos para ambas partes que actúan en la relación, el que necesita del trabajo para cubrir necesidades individuales y familiares y, vende su fuerza de trabajo por un salario (demanda); y quien requiere de un trabajo productivo que le hagan y por ley debe pagarlo a través de un salario (oferta). En este vaivén de intereses y beneficios es que se centra la relación laboral, y para que nadie abuse de su posición, se da en un marco jurídico de derechos, deberes y obligaciones, para las partes.

    A la cuestión de realizar un trabajo para determinado dueño de los medios de producción corresponde el de hacerlo con toda la diligencia, aptitud necesaria, conocimiento, habilidad y experiencia para cumplir con lo asignado, y en correspondencia se le otorgará un salario—el cual es pagado oportunamente, en tiempo, y en la cantidad acordada de antemano en el contrato, más los derechos a que se hace acreedor dentro de la relación laboral establecidos claramente en la legislación laboral como salario mínimo; jornada de 8 horas, con tiempos para pausas por necesidades fisiológicas y de descanso, entre otros.

    Además debe disponer de las herramientas necesarias para realizar el trabajo, el control y supervisión básica, clara subordinación en la línea de mando, entre otros aspectos que desarrollen a cabalidad el trabajo. Acá entra el nivel de entendimiento mutuo sobre lo que corresponde a cada una de las partes del proceso productivo. El punto acá es que el interés es diferente, para una parte es el cumplimiento irrestricto del trabajo—producto y/o servicio terminado—y a cambio se requiere de un ámbito laboral satisfactorio y dispuesto a cabalidad que derive en un ejercicio laboral para obtener la meta productiva.

    Esto es la premisa base que la pandemia ha implicado—que a un trabajo realizado corresponde el pago de un salario—como no se ha dado claramente un trabajo, con la excepción de actividades económicas específicas que no pararon de producir bienes y servicios. Lo que ha derivado en atrasos salariales, incumplimientos en los términos de la protección socio-laboral y económica—pago del programa de salud y pensiones—pago de vacaciones y otras prestaciones; desarrollo de medidas de salud y seguridad laboral, aún más complementadas y desarrolladas debido al problema del contagio.

    Se retrasaron los salarios, y otros sufrieron el no pago de los mismos, se suspendieron los contratos de trabajo, sin el debido proceso de manera arbitraria y discrecional en pro del patrón, lo que conllevó a la violación del contrato de trabajo, se despidió sin justificación y clara muestras de cumplir con la legislación, unos enfermaron y murieron resultado o como consecuencia del contagio a la enfermedad.

    La relación laboral se fue violentando hasta alcanzar niveles históricos de una total impunidad y acción anti laboral y anti sindical de parte de empresarios, dejando en la incertidumbre jurídica la relación, en detrimento de las personas trabajadoras cuya dependencia del salario es primordial para su existencia—derivándose en procesos de mayor empobrecimiento.

    Ahora el asunto es cómo rescatar una relación laboral—se tiene que garantizar un ejercicio productivo en condiciones de bio seguridad excelentes; pago de todos los salarios caídos y prestaciones con responsabilidad patronal; un ámbito laboral de compromiso sobre el respeto pleno a los derechos, cero abusos y arbitrariedades, satisfacción inmediata de todo aquello que sirva para un mejor desempeño laboral.

    *Sindicalista salvadoreño

  • Una clase sindical que debe avanzar, no retroceder y sin descanso por sus más caras ambiciones

    Una clase sindical que debe avanzar, no retroceder y sin descanso por sus más caras ambiciones

    Por: Róger Hernán Gutiérrez*|

    La exigencia por un movimiento sindical con capacidades, competencias, visiones, metas claras y objetivas, es una necesidad que debe ser valorada sin mayores dilaciones—la pandemia ha movido el piso a todos los estamentos sociales que aún se debaten entre una realidad de ganadores y perdedores—

    Es importante en tanto el trabajo, sigue siendo el concepto más primitivo y moderno para alcanzar lo que como sociedad requerimos y necesitamos—la sociedad que no produce, es por cuanto el trabajo ha alcanzado niveles de una desvaloración, y sólo producir lo que el mercado necesita y los capitales desarrollados imponen, nos conduce a mayores niveles de desempleo, hambre y miseria.

    Los pueblos deben sustentar sus niveles de producción y productividad a partir de lo que las mayorías necesitan, no lo que los gobiernos se comprometen con los países industrializados y financieras internacionales. Cristiani impuso entrar en la globalización entre muchas cosas, reprivatizando la banca y el sistema financiero, el comercio exterior, liberó de aranceles y disminuyó la renta de las ganancias para hacer negocio.

    Se liberó la economía, lo que hizo que desapareciera el Ministerio de Planificación y Desarrollo Económico, haciendo que las empresas dominantes concentraran la riqueza—se repartieron el negocio con transnacionales y todo ha ido en mejoramiento y acumulación de riqueza que ha hecho a sectores identificados en la oligarquía muy poderosos—el gobierno lo cooptaron a través del partido ARENA, creando el IVA—impuestos indirectos a la población se pagaran y luego se aumentara al 13%. Ese dominio del mercado por sobre las demás cosas ha mercantilizado todo y se anuló la constitucionalidad sobre que el trabajo no es mercancía.

    La pandemia debe permitirnos sentar nuevas bases de economía que logren alcanzar igualdad y equilibrar la distribución de la ganancia producida por todos, debe romperse con la lógica de concentración de la riqueza que logra acumular el producto interno bruto para unos pocos en detrimento de la mayoría. Y dar paso al debate transparente, con conocimiento sobre cambios y reformas constitucionales más convenientes que sienten bases para un mejor futuro generacional.

    El trabajo ayuda a disponer de condiciones materiales de existencia más adecuadas y cuando este es valorado a través de un pago justo, incorpora el concepto de ingresos que permiten adquirir y cubrir otras necesidades como seres humanos: educación, salud, vivienda, alimentación, recreación, seguridad—desarrollo social—lo que en términos sencillos es la capacidad de planificar un futuro personal, familiar y comunal—si lo que priva es la falta de ingresos permanentes en los hogares, hace que estos no se reproduzcan de manera sana, lo que hace más grave los niveles de pobreza—ese empobrecimiento acelerado, ha llevado a la sociedad a condiciones casi irreversibles o que difícilmente podrán ser cambiadas en el corto y mediano plazo.

    La pandemia ha afectado todo lo que es parte del desarrollo humano, educación, salud, vivencia diaria, realidad; lo que ha generado un atraso como sociedad, en tanto que un sistema educativo atrofiado y sin recursos suficientes, no logrará sustentar bases para condiciones que rescaten a las generaciones actuales y futuras; y puedan mejorar el futuro como personas trabajadoras y productoras de una riqueza sostenible.

    Los tiempos electorales nos van acosando de a poco, y todo se va volviendo una disputa sin visualizar un programa político claro que garantice condiciones materiales de existencia dignas y decentes—la creencia de que la concentración del poder por un solo partido puede llevarnos a planos de bienestar común para todos, en el pasado con el pcn, arena, no condujo a una situación social y económica de bienestar común para todos como constitucionalmente se sostiene, sino a mayor concentración del poder, la flexibilización de derechos y mayores niveles de des- regulación de la legislación en favor del mercado y los intereses dominantes. Se vendió al país a las transnacionales y gobiernos imperialistas—lo que trajo mayores niveles de empobrecimiento generalizado.

    Es necesario una acción sindical hacia mayores performances por condiciones de trabajo—salarios, seguridad laboral, protección social; libertades sindicales fortalecidas, legislación laboral en pro de las personas trabajadoras y su grupo familiar y, no por el capital explotador y anulador del desarrollo humano.

    El movimiento sindical debe ser visionario y aprovechar sus niveles de organización para combatir la falta de derechos y la lógica empresarial de los bajos salarios y de acciones que contraen la economía; dejando fuera a los sectores poblacionales menos calificados. Apoyarse entre una población laboral que la pandemia ha desenmascarado como los más perdidosos.

    *Sindicalista salvadoreño

  • Cambia, todo cambia y entonces la reforma constitucional

    Cambia, todo cambia y entonces la reforma constitucional

    [dropcap]C[/dropcap]omencemos diciendo que la Constitución que nos rige es de 1983, una constituyente creada para impedir o mediatizar la guerra civil, con la diferencia que no se podía por medio de un golpe de estado, en tanto los militares la pasaban ocupados, siendo la causa principal del conflicto: la represión política, jurídica, económica y militar; por ello los constituyentes se permitieron modificar sustancialmente a la clase gobernante que pasó de los militares a los partidos políticos, creando supuestos espacios democráticos en el ejercicio del poder, aquello que hoy mantiene una difusa hegemonía, ¿quiénes hoy en El Salvador disponen del poder a sus anchas?

    Algunos románticos del derecho, sostienen que se trata de una legislación de avanzada y con gran significado democrático, sin responder a que siempre existe un contexto que crea y vive por circunstancias determinadas que hombres y mujeres entre otros tratarán de modificar para adecuarla a su conveniencia e intereses, y otros muchos lucharán por cambiar esa realidad, a través de una conciencia revolucionaria.

    La Constitución no pudo detener el conflicto de una forma civilizada y se desencadenó la guerra por más de 12 años, hasta 1992; en consecuencia la Cn. no cumplió con su objetivo y fueron otras las causas que superaron el conflicto político militar—la represión siguió hasta alcanzar un pináculo que un contexto diferente forzó a cambiarlo; y la bendita Cn. solo fue parchada con reformas que permitieran incorporar a las fuerzas guerrilleras al ejercicio del poder, esta vez como partido político, desmontando así su ropaje revolucionario y aceptando las reglas del juego democrático impuesto por el poder.

    ¿Por qué entonces aferrarse a una Constitución que no superó una realidad, ni tampoco hizo más democrático al país y las relaciones de poder?.

    Se dieron comicios electorales en 1994, y alguna cuota de poder formal se distribuyó (diputaciones y alcaldías) y, en la magna concentración con los sectores populares y la fuerza política partidaria de oposición, que adoptó las siglas del FMLN; se juraron hacer que el país cambiaría a una realidad de bienestar social y económico para todos, en el anterior estadio de la Flor Blanca, sin embargo la división fue la respuesta y la fuerza partidaria se fraccionó en tendencias con algún peso específico que en unos ha prevalecido mientras en otros que se constituyeron sólo fueron llamarada de tusa. Finalmente las reformas constitucionales se han venido suscitando en el devenir histórico del país, y así adecuar los intereses más dominantes, para el caso preservar el régimen económico que diera paso a la imposición de la globalización económica y la prevalencia del mercado, con su doctrina neoliberal—que desplaza al Estado, de su lógica de protección y tutela, dando paso al poder del mercado y a la desvaloración de los derechos en una acción de flexibilización, desregulación, alcanzando niveles insostenibles de precarización y pauperización de la persona y del ámbito donde se desarrolla.

    Se impuso una lógica económica a partir del proyecto económico de FUSADES, adoptado por ARENA y la clase oligárquica, que había dependido de la fuerza militar para proteger sus intereses, tomó el poder político convirtiéndose en clase gobernante a través de dicho partido y comenzó procesos de privatización y apropiación de la propiedad pública y de las instituciones públicas rentables como comercialización de la energía eléctrica, telecomunicaciones, fondos de pensión; se reprivatizaron los bancos y sistema financiero, el comercio exterior; se dolarizó la economía; se han cometido desmanes y acciones deshumanizantes en pro del mercado, lo que desencadenó el cierre del IRA, atacando la comercialización y subsidio de abastecimientos (leche, granos básicos, azúcar, aceite y otros); del IVU, sector de vivienda popular y accesible y se apoderó el mercado del Fondo Social, despareció la economía centralizada y planificada, así como otras instancias que tutelaban muchos derechos civiles, laborales y demás. Se despidió a más de 40,000 empleados públicos y la economía dio un giro hacia favorecer el interés privado por sobre el interés público, la Sala de lo Constitucional, no hizo mayor cuestionamiento de lo que pasaba y declaró sin lugar muchos recursos de habeas corpus, inconstitucionalidad y amparo—y la Cn. volvió a ser estéril para resolver esos cambios impuestos por los gobernantes que lo requerían-

    Cambia, todo cambia, pero la reforma constitucional, solo se piensa para cambiar el régimen político, no obstante candidaturas independientes no partidarias, diputados suplentes, tránsfugas, endeudamiento público, asocios público privado, transparencia en el uso de fondos públicos, desarrollo de libertades sindicales: organización , contratación colectiva, derecho de huelga en el sector público-privado, la subcontratación, medio ambiente, cambio climático; interpelaciones, la actualización y adecuación de la Cn (1983) a la restante legislación nacional que da problemas de acción y de omisión—hay tantos asuntos que una reforma constitucional, reforzado por la pandemia que se sufre y ataca la salud general, hace imperiosa esa necesidad para una diferente “normalización” de las actividades humanas.

    Por: Róger Hernán Gutiérrez. Sindicalista salvadoreño

  • La misma mica con distinta cola

    La misma mica con distinta cola

    [dropcap]A[/dropcap]l parecer la creencia de los sectores populares más deprimidos por el asunto de la pandemia no pierden de vista todo el circo montado por quienes nos gobiernan, grupos poblacionales que en su claro y efectivo estoicismo, siguen su marcha tratando de disponer de una existencia sin muchos aspavientos y bemoles, saben cómo conducirse, bregando sin muchas pretensiones.

    Esta claros que lo que pasa tiene intereses obscuros y nada éticos, y se oponen a que esos intereses rijan sus vidas, y siguen a camino lento y pausado sin meterse a conocer de todo esto que afecta a quienes viven de esas situaciones; y que tienen sus vidas amarradas a ese vaivén que hace en todo el proceso evidenciar a ganadores y perdedores.

    Los sectores más humildes, quizás en mucho iletrados, pero con enorme confianza en lo que son, y que no pretenden ser lo que no son, van en sus vidas acongojados y con el peso de una carga difícil de sobrellevar, pero que sin embargo siempre consiguen conciliarla con la realidad que les apabulla todos los días.
    Cuál es el punto, que la realidad salvadoreña, a pesar de la tragedia que vivimos en materia de salud, seguimos con los mismos vicios, que determinan que continuamos con la misma mica pero con distinta cola, la interpelación del Ministro de la Defensa Merino Monroy, personaje intrascendente, se convierte en estrella del escenario montado en lo más burdo, con todo un elenco a favor y en contra, algunos evidencian no haber leído el libreto por clara pereza y sagacidad para hacerlo, y parecen más incompetentes de lo que realmente son.

    El grupo de funcionarios del gabinete, en barras móviles dando aliento al jugador, acosado por la batería de preguntas insulsas, poco atinadas y en mucho nada pertinentes, para quienes es ese show montado a ciencia y paciencia de los dineros públicos tan escasos y nada bien utilizados. Es claro que no es para el vulgo, la gente común que tiene cosas más trascendentales que estar pensando y no seguir la farsa en que nos pretenden meter.

    La elección de los magistrados de la Corte de Cuentas, tanto ruido para pocas nueces, de nuevo la misma farsa camina impune, sin vergüenza, las ong de derecha incansables de insistir que el proceso está viciado, pero como son las que sostienen el sistema en que todos vivimos, seguirán diciendo el asunto huele mal (fusades, alianza por la democracia, acción ciudadana y otras), que quieren que la Fiscalía intervenga, como si no supieran que esta institución es parte del problema y no de la solución.

    Donde el mismo sistema históricamente ha mantenido un reparto institucional en favoritismo hacia los partidos en el poder ARENA, PDC, PCN y ahora GANA.

    La elección como siempre con gran bombo y platillo y teniendo el mismo resultado, las cuotas partidarias, las listas que supuestamente han recogido un debate sesudo y concienzudo a lo interno y eso mismo ha sido práctica inveterada, y la pandemia no ha servido ni siquiera para minimizar esas venalidades que el pueblo está harto de conocer y que los medios burgueses agrandan y/o aminoran si se trata de mantener el estatus quo, que sólo estos grupos entienden si está en zozobra y deben hacer su labor para rescatarlo o sostenerlo sin más cambios.

    Bukele inmediatamente de la elección observó que no era una persona idónea, lo que le lleva desde su inicio a estar cuestionado para ejercer sus labores, aparentemente es una réplica de la constante en la vida institucional, ejecutivo versus legislativo. Y la Fiscalía que podía dirimir tanto cuestionamiento sustentado y no tanto, pero que son señalamientos que habría en un sano juicio y transparencia dar por aclarados, no es claro ni ético que pongamos al zorro a cuidar las gallinas, pero también cabe pensar, que si no es del parecer del Presidente de la República, podría estar vinculado a que si dio algún seguimiento a los gastos y a aquellos funcionarios que han tenido que ver en el aprovechamiento de los recursos públicos, y posiblemente haya enfrentado a la corrupción en su fuente. Sabemos que son sólo cosas en el imaginario de los de abajo, por hoy la misma lógica perversa ha prevalecido, estamos en esta semana de la apertura económica, donde la Sala confirmó que la cosa económica no se puede detener, si violenta derechos fundamentales; y que tanto diputados y bukelistas, han violentado dichos derechos, pero como dijimos arriba el problema es un fiscal inoperante o en el mejor de los casos, haciendo un rol perfecto al interés de los grupos fácticos y dominantes que siguen poniendo y quitando a su conveniencia.

    Por: Róger Hernán Gutiérrez, sindicalista salvadoreño

  • Polvos mágicos, malas intenciones,  manipulación y alienación de mentes

    Polvos mágicos, malas intenciones, manipulación y alienación de mentes

    [dropcap]E[/dropcap]l ambiente está de sobra contaminado, bastante tóxico y no parece que vaya a mejorar en algún tiempo, y en campo de la vida—algunos lo intentan siendo personas que aún creen en la ciguanaba y el cipitío, y creen que todo se debe a estos ancestros que han sido trasladados por la cultura del mito y lo fabuloso por muchas generaciones. Y creen todo lo que pasa a su alrededor, aun cuando tenga claramente bases de mentira y fraude, quizás entre más tenga de esto más creíble para estos grupos poblacionales.

    Están aquellos que la intelectualidad que poseen no los pone al nivel de las circunstancias y tratan de manipular la opinión pública que se lleva por creencias míticas o de conveniencia que hace que el producto de su conocimiento sea una resultante que no conduce más que a diferentes rivalidades, más confusión y la realidad se distorsiona para tratar de justificarla con argumentos técnicos, supuestamente con base científica, pero que del otro lado sólo se observa que se trata de una argucia que pretende disputar intereses y manipular hasta conseguir su finalidad—mucho de esto entra el análisis somero, las medias verdades, la base de autores que han dicho algo al respecto, y son retomados pedazos descontextualizando lo que se ha expresado.

    El discurso creíble se desmonta por el otro bando o bandos, y se deslegitima lo expresado ya sea por venir de un personaje poco o nada creíble o en el mejor de los casos se inventa algo negativo para desacreditar su aporte a lo que se pretende dilucidar. Quedando todo en lo más confuso y fuera de lugar, que no se recoge nada de positivo y va de tumbo en tumbo hasta quedar hecho cenizas, y no servir ni para lavar bien los trastos como lo hacían las abuelas. Algunos pensarán en los cuentos de que “polvos mágicos” mantienen las mentes enclaustradas y con poca coherencia para entender las formas objetivas y subjetivas de superar los valladares y darle la solución a lo que nos acosa como el problema fundamental.

    Los procesos alienantes que sufrimos hoy en día unos más atosigados que otros, abusados en mucho por el poder, la corrupción, ambos llenas de malas intenciones que cada día se hacen más grandes para ahogarnos, presos nuestros quehaceres de mayor alienación, en mucho manipulados por una existencia poderosa que reina en la tierra de la codicia, la hambruna, la injusticia, sin razón más que la de continuar siendo empobrecidos de mente y corazón, que hacen nuestras vidas más miserables y obtusas para buscar salidas y soluciones a los diferentes problemas, por hoy esos “polvos mágicos” y esas alienaciones nos mantienen en ese antro, drogados por pensamientos frustrantes y poco alentadores, seguimos abordados por las más embrutecedoras comunicaciones—contactos que no alumbran la verdad, sino que la esconden aflorando las mentiras en contraposición a lo bueno, ético y humano.

    Hasta dónde vamos a sentir que el juego, la broma y la chanza, la hemos perdido y desplazado por la burla, la injuria, la desidia y el acoso a quienes pueden con su lucidez, y buenos sentimientos sacarnos del marasmo en el que hemos caído, sin embargo hay personas que alienadas se ofuscan y arremeten contra la frescura del pensamiento y el conocimiento de quienes tienen ese don, como construir una comunicación que vaya a las mentes de quienes se mantienen en estados de conciencia tóxicos, donde anida la violencia de todo tipo, como apagar la llama de ese fuego que ataca visceralmente la solidaridad, que anula las buenas intenciones de hacer que todo tenga una “nueva y mejor” construcción de normalidad participativa y proactiva.

    La razón parece no ser tomada en cuenta, quizás el asunto sea que la queremos imponer, o hacerlo con la prepotencia y el ufanarnos, bajo la humillación del resto de la humanidad que poco o nada comprende lo que está sucediendo; mientras los intereses no sean los compartidos, los más valiosos de la comunidad, los más necesarios para salir del caos, pareciera que seguiremos atacados por los polvos mágicos que no vienen del sahara, la manipulación y alienación de las conciencias más frágiles, por la escasez de formas de pensamiento y acción constructivas; y esas malas intenciones con las que hoy hacemos el presente, sólo podrá llevarnos a las nuevas generaciones al más absurdo vivir fuera de la confraternidad, en sosiego, paz y bienaventuranza, que nos lleven a una mejor existencia humana.

    Por: Róger Hernán Gutiérrez, sindicalista salvadoreño

  • Legislaciones laborales cada vez más presas de obsolescencia, anacronismo y malas intenciones

    Legislaciones laborales cada vez más presas de obsolescencia, anacronismo y malas intenciones

    [dropcap]L[/dropcap]o que ha quedado en evidencia y bastante claro con lo de la pandemia, es que la legislación es todo un entuerto jurídico, sin capacidad y competencia para ser que la sociedad se rija hacia la consecución de la justicia plena. Los intereses de grupos fácticos, dominantes y muy poderosos han mediatizado la ley en favor de la injusticia; y hay una variedad de hechos históricos que avalan tal afirmación y la expresión más concreta son las actuaciones fiscales a lo largo de muchas décadas, que sólo han servido para la persecución de quienes se han atrevido a boicotear el estatus quo que impera en pro de los que tienen los medios de producción y el poder para usarlos.

    La legislación ha tenido períodos donde se ha construido para acallar los brotes de insurgencia de los sectores populares y de aquéllos que se han hartado de la injusticia abusiva que ha crecido en muchos órdenes de la vida, que no han prevalecido para reformar el orden establecido en una sociedad—ese orden que sabemos es para seguir esgrimiendo el favorecimiento de los intereses del poderoso, en detrimento del que no tiene la fuerza para revertirlo y sobre todo para demandarlo y exigirlo a plenitud—muchas constituciones se han modificado por alguna razón la del 50, la del 62 y la del 83, esa que cumple más de 37 años y que mandó a adecuar el resto de la legislación secundaria, y que en mucho no se ha hecho, y por ello un alto grado de inconstitucionalidad por omisión.

    Las relaciones laborales, nunca son y han sido equitativas y en mucho evidencian mucha injusticia; la voz y poder del que tiene los medios de producción ha sido una constante para oponerse, reprimir, abortar e impedir, toda acción, demanda y movimiento que tienda a revertir en los centros de producción ese nivel de inequidad y atropello a los derechos laborales—esta es en mucho la raíz del problema de sindicación existente en el país y muchas otras partes—hacer y constituir sindicatos fuertes y bien estructurados capaces de interlocutar con la contraparte empresarial, y no deja que los trabajadores subordinados tengan y demanden sus derechos, arguyendo siempre la acción del despido, como pieza intimidatoria vital para sostener el estatus quo en la relación laboral, y en donde la legislación ha brillado por su ausencia para conciliar el conflicto nato que surge.

    La legislación laboral en particular ha arrastrado mucho anacronismo, tenemos una legislación con reformas del 72, y las maquilas actividad económica que da paso a un mundo globalizado, desde 1990 donde la producción en serie se quiebra para dar paso a la producción fragmentada por partes, para supuestamente rebajar los costes de producción, la figura de la contratación, con la sub contratación son las primeras en flexibilizarse, contratos eventuales, sin prestaciones, por plazos variables según la necesidad productiva del patrón—es la más clara evidencia de como la ley se fue quedando rezagada y la dinámica de cambios en la organización del trabajo, abrumó de una lógica productiva, donde la legislación para mucho de estos creyentes de la globalización es una camisa de fuerza, que obstaculiza el grado de liberalidad y discrecionalidad que requieren los grupos corporativos nacionales y mundiales para seguir en su lógica de obtener plusvalía.

    La legislación salvadoreña, está obsoleta y desfasada, y la discusión después de la pírrica obtención de resultados en el Foro de Concertación Económico Social, lo demuestra, muchas actividades económicas se rigen sin un marco jurídico claro, y hay un aprovechamiento abusivo en la agricultura, la industria, el comercio y los servicios, según sea el nivel de globalización alcanzado para producir bienes y servicios.

    De lo que se trataba era de darle otra lógica al país y la Cn. y demás cuerpo de leyes no respondía a esa necesidad, la Cn. fue reformada en algunas partes, pero siempre guardando una protección de los intereses económicos dominantes; y haciendo que los derechos se flexibilizaran provocando los trabajos precarios, en una total desventaja para quienes hacen el trabajo, actualmente eso se tiene disfrazado con el fenómeno de la tecnología que avanza de manera irrefrenable. Ahora los derechos laborales y sindicales son un obstáculo a la manera cómo queremos organizar el trabajo; lo que debemos preguntarnos es cuánto de una respuesta hacia la industria 4.0 está evidenciada en El Salvador o la realidad es la existencia de elementos situacionales que apuntan a tener un empresariado anquilosado, que busca subsidiarse, crecer con base a prebendas estatales; y un sindicalismo

    Por: Róger Hernán Gutiérrez, sindicalista salvadoreño

  • Homeorresis u homeostasis en el camino  por una “nueva” normalidad socio-laboral

    Homeorresis u homeostasis en el camino por una “nueva” normalidad socio-laboral

    [dropcap]S[/dropcap]iempre es sano ubicarnos en la temática a la que queremos referirnos, en ese sentido, la palabra griega “hómoios” cuyo significado es “igual, similar” y stásis: estado, estabilidad; conforma homeostasis, en la parte social de la que somos parte, nos identificamos y socializamos unos a otros, la búsqueda de muchos de nosotros es buscar maneras de equilibrarnos y mantener un estado acorde a una realidad—los que no podemos alcanzar ese estado—sufrimos a diario por lo que nos pasa y está a nuestro derredor; muchas de las cosas que nos impone el capitalismo es creer que un trabajo por si mismo nos va sacar adelante, y cuando no lo logramos o es tan difícil, lo primero que pensamos es que nosotros somos incapaces de lograrlo; el sistema se encarga de achacárnoslo, con mecanismos como padres exigentes, castrantes, o maestros rígidos, dictatoriales, o un sistema educativo que no recoge esa realidad y pretende imponerla con la premisa de que todos somos iguales—incluso ante la ley—sabemos que se trata de un eufemismo (algo que deseamos que parezca menos duro al escucharlo); no obstante cuántos de nosotros(as) sufrimos cuando se nos tilda en casa o la escuela o en el trabajo que somos tontos/torpes (incapaces) o no muy inteligentes.

    En consecuencia con esto de la pandemia, todos queremos una homeostasis para nuestras vidas y lo que nos rodea (ámbitos políticos, sociales, económicos, culturales, medio ambientales equilibrados), cómo lograrla he allí el meollo de la cuestión, pues el más apto, tendrá mayores posibilidades de lograrlo, en el tema laboral que es lo que nos compete, la situación de una búsqueda de estabilidad para el proceso productivo es cada vez más difícil—todas las empresas están requiriendo de una homeostasis seria y responsable, que abarque las desigualdades en las que estamos inmersos, y oriente hacia una estabilidad que nos permita continuar siendo, pero está iniciando y accionando con todo aquello que le determine una pronta estabilidad; y claro los seres humanos es lo último a estabilizar siendo la vida de cualquier sistema productivo que tengamos.

    Nadie quiere aceptar cuánta desigualdad e inestabilidad se manifiesta en su quehacer como entidad productiva y mucho menos como país, sociedad, si no gano entonces no tengo homeostasis, el sistema económico imperante que es parte interna y externa en cómo organizamos el trabajo, no está estable y para unos pesimistas ha colapsado y, es ya difícil lograr de nuevo un estado de igualdad y estabilidad—el organismo humano no puede estar en un caos permanente y busca en todo momento, a como de lugar una estabilización de su proceso psico-fisiológico y social imperantes. En todo esto muchos se han reincorporado a la actividad productiva, otros muchos todavía no lo hacen; y su homeostasis está sin resolver—son en mucho “bombas de tiempo” que van en cualquier momento a ser accionadas por las circunstancia que le son adversas.

    La importancia de los que sí lo logran, y su grado de compromiso con la sociedad que la padece o carece de ella, en mucho de lo clínico la ayuda (terapia grupal y/o individual), farmacología dirigida, orientada o auto recetada y consumida, que va ir generando mayores niveles de desesperanza (una homeostasis sin alcanzar) o va sedarse o mejorarse, eso se derrama en diversas lógicas que ya muchos sabemos, violencia criminal y social; política, buscando eliminar el objeto de lo que me tiene atrapado en ese caos de existencia. Mayores necesidades de migración, de apropiación de lo ajeno, de iras que pueden afectar muy severamente la salud mental. La desigualdad es hoy un mayor caldo de cultivo para estar destruyendo sin pausa para alcanzar una homeostasis orgánica propia y para la sociedad, que no necesariamente es de bienestar para todos los demás.

    De acuerdo a esto, alcancemos nuestra homeostasis propia y colectiva, y tiene que ser algo que nos libere de ataduras, que nos permita existir sin culpa, vergüenza u odio. Debe ser una homeostasis que no solo nos estabilice, sino que también pueda equilibrarnos de nuevo, pero avanzando en todo lo que nos rige nuestras vidas—vamos a un despeñadero, la misma pandemia es parte de ese objetivo, pero dónde y cómo buscar una igualdad que nos permita estabilidad, sin atropellar o como se dice aprovecharme de la desgracia colectiva para lucrarme—los síntomas de la corrupción empresarial y gubernamental, del liderazgo tóxico imperante—están ahogándonos y no poder ir hacia una homeorresis—una igualdad con estabilidad pero hacia adelante, que busque avanzar con nuevas dinámicas; y sin volver a una homeostasis que equilibrada sólo sirve para quienes tienen los recursos, y para quienes ostentan el poder de dominio, que ha quedado por hoy talvez un tanto socavado.

    Por: Roger Hernán Gutiérrez, sindicalista salvadoreño

  • Liderazgo sindical una apuesta por el rescate del sindicalismo

    Liderazgo sindical una apuesta por el rescate del sindicalismo

    [dropcap]¿[/dropcap]Por qué es tan importante el surgimiento, la concreción y sostenibilidad de un liderazgo sindical ideológicamente confiable, capacitado-competente, preciso en su rol para defender la causa sindical y de las personas trabajadoras en todas sus variantes: (más…)

  • Contagio seguro e inseguro: ¡He ahí el dilema!

    Contagio seguro e inseguro: ¡He ahí el dilema!

    [dropcap]D[/dropcap]esde el punto de vista del planteamiento económico que priva en el país, estamos que la cuarentena no puede detener al virus, (más…)

  • ¿Y qué ha cambiado?

    ¿Y qué ha cambiado?

    [dropcap]L[/dropcap]uego de todo este asunto de la pandemia, que sigue llenando la noticia en los diferentes medios informativos y redes sociales, muy dinámicas por encontrarse en ámbitos muy permisibles a casi todo, (más…)

  • La empresa financiarizada

    La empresa financiarizada

    Por: Myriam vander Stichele

    [dropcap]C[/dropcap]ada vez más empresas se han convertido en emblemas de delitos y violaciones empresariales: Bayer por los agroquímicos tóxicos, Exxon por el obstruccionismo en cuestiones climáticas, Uber por las condiciones de trabajo de sus conductores. Por otra parte, hay una gran variedad de empresas que rara vez reciben atención pública y mucho menos se convierten en blanco de la ira colectiva, a pesar de que sin ellas las empresas conocidas por sus prácticas abusivas no podrían funcionar de la manera en que lo hacen. Estas empresas incluyen los bufetes de abogados que propugnan su impunidad, las empresas de marketing que promueven productos malsanos, las empresas de tecnología que ayudan a captar clientes de manera encubierta, las empresas de lobby que corrompen los espacios democráticos y manipulan la opinión pública, los auditores y los asesores fiscales especializados en la evasión de impuestos.

    Estos servidores corporativos no se responsabilizan de las prácticas abusivas de sus clientes en el ámbito social y ambiental ni reciben sanciones por hacerlo, creando así una cadena de impunidad.

    Pero, ¿qué haría Bayer sin la ayuda de Bank of America/Merrill Lynch y Credit Suisse para financiar su adquisición de Monsanto? ¿Cómo podría Uber torcer las leyes nacionales sin el apoyo de consultorías jurídicas como Covington & Burling? Al igual que las empresas a las que prestan servicios, muchas de ellas también son ahora conglomerados transnacionales globalizados que extraen enormes beneficios.

    El presente ensayo se centrará en un sector que ha hecho más que ningún otro para impulsar el comportamiento abusivo de las empresas y su impunidad: el sector financiero. Sus diversos actores no sólo han prestado servicios, sino que también han facilitado que las empresas ignoren la responsabilidad social y ambiental y han reestructurado la empresa, lo que ha dado lugar a la financiarización de toda la economía.

    Los préstamos que permiten el comportamiento abusivo

    El préstamo es el servicio más básico que el sector financiero proporciona a las empresas en general o para actividades empresariales concretas. Los bancos que conceden préstamos a grandes empresas tienden a especializarse en determinados sectores para optimizar sus servicios y evaluaciones de riesgos y así ofrecer tipos de interés atractivos a sus clientes.

    Un sistema de crédito renovable permite a las empresas obtener préstamos durante un período de tiempo sin necesidad de realizar nuevas evaluaciones bancarias. Las grandes empresas pueden obtener cientos o miles de millones de dólares mediante un préstamo sindicado por un consorcio ad hoc de grandes bancos (un consorcio), y cada uno de ellos presta una parte del préstamo después de que uno o más «organizadores principales» hayan hecho una evaluación de la empresa o el proyecto.

    En el caso del oleoducto de Dakota Access, Citibank dirigió un consorcio de 17 bancos internacionales para proporcionar un préstamo sindicado de 2.500 millones de dólares. Este es uno de los muchos ejemplos de cómo las evaluaciones de riesgo de los bancos no tienen debidamente en cuenta el clima, el medio ambiente y los derechos humanos.

    El grupo de investigación y campaña BankTrack ha investigado y expuesto a los bancos que otorgan préstamos a grandes empresas o proyectos contaminantes y con alto contenido de carbono. Por ejemplo, desde el Acuerdo de París sobre el Cambio Climático de 2015, los préstamos de los bancos mundiales a la industria de los combustibles fósiles han aumentado cada año, inyectando 1,9 billones de dólares de dinero nuevo en el desarrollo de combustibles fósiles, incluso para la extracción de la energía más sucia.

    De manera similar, tras años de campaña para detener los préstamos perjudiciales a las empresas de aceite de palma iniciados hace diez años, Amigos de la Tierra (AT) en los Países Bajos presionó a los bancos holandeses para que desarrollaran una política de préstamos sobre el aceite de palma, pero no logró detener los préstamos. Los bancos incluso han vendido los préstamos de riesgo reempaquetándolos y transfiriéndolos a los inversores, para permitir continuar el préstamo con un riesgo bajo para el banco, pero más elevado para el sistema financiero («titulización», una causa de la crisis financiera de 2008).

    • Los bancos han respondido mediante la elaboración de políticas y directrices, pero sin hacer ningún cambio significativo en la práctica.

    Los bancos comenzaron a globalizarse para poder prestar servicios a sus clientes empresariales que se expandieron en el extranjero. Ahora asesoran sobre cómo encontrar socios comerciales en terceros países o cómo exportar o importar. Proporcionan crédito comercial a los importadores y garantías de pago a los exportadores correspondientes, sin lo cual el comercio internacional se detendría, como quedó claro cuando los bancos dejaron de financiar el comercio al estallar la crisis financiera en 2008.

    Los bancos desarrollan una compleja combinación de instrumentos financieros para ayudar a financiar grandes acuerdos comerciales, entre otras cosas, utilizando los productos comercializados como garantía.

    No sólo sirven a las empresas, sino que además aumentan su poder

    Los grandes bancos no sólo sirven a sus clientes corporativos, sino que también buscan oportunidades para que una empresa se fusione y adquiera otra, ya que cuanto más grande sea la empresa, más préstamos y servicios financieros requerirá. No es ningún secreto que los bancos favorecen los préstamos a supermercados en lugar de a pequeños comercios porque las oportunidades de negocio son mucho mayores.

    Por lo tanto, los bancos de inversión son actores cruciales en la creación de grandes corporaciones y en la concentración de empresas en la mayoría de los sectores de la economía. Elaboran planes de fusión y adquisiciones financieras (F&A) que implican préstamos y acciones, beneficios para la alta dirección y recortes de costos y, lo que es más importante, enormes comisiones para el banco de inversiones.

    El recorte de gastos previsto suele dar lugar a despidos de personal en actividades que se superponen y a propuestas sobre cómo utilizar, o abusar, de un mayor poder adquisitivo para hacer bajar los precios de los proveedores, generando una espiral descendente de ingresos a lo largo de la cadena de suministro. Sin embargo, los banqueros de inversión siguen cobrando elevadas bonificaciones y están orgullosos de sus acuerdos de fusiones y adquisiciones, incluso cuando éstos finalmente fracasan.

    • Grandes negocios para una industria farmacéutica cada vez más grande

       

      Aunque muchas personas en todo el mundo no pueden acceder a medicamentos costosos o a un seguro médico, las grandes empresas farmacéuticas no tienen problemas de financiación, incluso para operaciones costosas de fusiones y adquisiciones.

       

      Por ejemplo, Celgene obtuvo 74.000 millones de dólares de los EE.UU. para adquirir Bristol-Myers Squibb. Los cinco bancos de inversión que prestaron asesoramiento (incluidos Morgan Stanley, JP Morgan Chase y Citigroup) recibieron 304 millones de dólares de los EE.UU. en tasas. Los bancos que proporcionaron un préstamo de 33.500 millones de dólares de los EE.UU. recibieron 547 millones de dólares de los EE.UU. en concepto de pago de intereses.

       

      Estos costos se reembolsarán mediante el aumento del precio de los medicamentos, independientemente del impacto en la salud de las personas.

       

      Estos acuerdos permitieron a los cinco bancos más grandes de los Estados Unidos obtener beneficios de 111.000 millones de dólares en 2018, un 24% más que en 2017.

       

      El aumento de los precios de los medicamentos va en contra del compromiso mundial del Objetivo de Desarrollo Sostenible de las Naciones Unidas 3, meta 8, de lograr «el acceso a medicamentos y vacunas seguros, eficaces, asequibles y de calidad para todos». Sin embargo, los bancos que socavan esta meta nunca son responsabilizados.

    La financiación de grandes fusiones y adquisiciones conduce a un círculo vicioso de grandes bancos y grandes corporaciones. La protesta pública contra los bancos «demasiado grandes para quebrar» que necesitaban ser rescatados con el dinero de los contribuyentes no ha resultado en la división de los bancos, ya que se abandonó una propuesta de ley de la Unión Europea. Esto no fue sólo el resultado de la presión de los bancos. Las grandes multinacionales también presionaron en contra de la reestructuración de los principales bancos, argumentando que los necesitaban para financiar sus complejos acuerdos.

    • Menos gigantes corporativos significan más beneficios para los inversores ricos, quienes a su vez exigen cada vez más beneficios.

    Cuanto menos gigantes corporativas existan, tanto más ganancias habrá para los inversores ricos que a su vez demandan ganancias aún mayores. La concentración empresarial en un contexto de leyes de competencia debilitadas –gracias al cabildeo– conduce a un menor poder de negociación para los trabajadores y proveedores, y a precios más altos para los consumidores.

    Incluso el Fondo Monetario Internacional (FMI) advierte que «con un mayor poder del mercado, el porcentaje de ingresos de las empresas destinado a los trabajadores disminuye, mientras que el porcentaje destinado a los beneficios aumenta».

    Crear la bonanza de los accionistas y reconfigurar la inversión corporativa

    Más allá de los préstamos, quizás el papel financiero más importante que desempeñan los bancos es la creación de estructuras de financiamiento paralelas.

    Los bancos de inversión prestan diversos servicios gracias a los cuales las grandes empresas pueden financiarse mediante la emisión de acciones o bonos corporativos, lo que se denomina suscripción.

    En primer lugar, asesoran a la corporación sobre la forma de hacerla más rentable y atractiva para los accionistas y los titulares de bonos, por ejemplo, aconsejando estrategias de evasión de impuestos canalizadas a través de las filiales u oficinas subsidiarias extraterritoriales del banco.

    Posteriormente, los bancos analizan las perspectivas y los riesgos para la rentabilidad de las empresas o, en el caso de las empresas de nuevas tecnologías, el grado de interés que podrían tener los inversores en comprar y comerciar sus acciones, aunque no haya beneficios durante años, como ocurrió en el caso de Amazon y Uber. Consiguen que las agencias de calificación crediticia (véase a continuación) den calificaciones de inversión.

    Los bancos cotejan su análisis en un informe y no tienen la obligación legal de evaluar los impactos sociales o ambientales de la empresa, a menos que éstos puedan amenazar su rentabilidad.

    Por ejemplo, en el informe sobre Uber se mencionaban los riesgos de que sus conductores independientes pudieran tener derecho a recibir una remuneración como empleados, pero no se mencionaba la forma en que podría aumentar la contaminación en las ciudades mediante la sustitución del transporte público.

    En segundo lugar, los bancos aseguran la cotización de las acciones y bonos en una bolsa de valores o fuera de ella.

    En tercer lugar, una vez que los bancos han valorado las nuevas acciones, las compran y se arriesgan a no venderlas mientras organizan » exposiciones itinerantes » para promover las acciones entre los inversores. Esta suscripción de riesgos suele ser compartida por varios grandes bancos.

    En la emisión y suscripción inicial de acciones de Uber, por ejemplo, participaron 29 bancos, 11 de los cuales también participaron en la anterior emisión de acciones de Lyft, el competidor de Uber. Algunos de los principales bancos fueron Morgan Stanley y Goldman Sachs, otros incluyeron Barclays Capital, Bank of America Merrill Lynch, Citigroup Global Markets Corporations y Deutsche Bank Securities.

    La emisión de acciones permite a las empresas diversificar la financiación a partir de préstamos o bonos que deben ser reembolsados. Los bancos aseguradores reciben enormes comisiones por la emisión de nuevas acciones y no tienen que destinar costosas reservas de capital para préstamos. Los aseguradores de la emisión de acciones de Uber recibieron honorarios de 106,2 millones de dólares.

    Los activistas están empezando a poner de relieve a los bancos que participan en la emisión de acciones. La noticia en 2019 de que la compañía petrolera de Arabia Saudita, Saudi Aramco, estaba avanzando en la oferta de acciones llevó a una coalición de grupos ecologistas a advertir a los inversores de los peligros de facilitar capital a la mayor empresa emisora de CO2 del mundo, así como de apoyar a un régimen con un historial atroz en materia de derechos humanos. Como los inversores occidentales se mostraron poco entusiastas, los bancos de inversión decidieron centrarse en la venta de las acciones a los inversores de la región del Golfo, que a su vez son productores de petróleo, en lugar de retirarse por completo de la emisión. Saudi Aramco pudo cobrar un récord de 29.400 millones de dólares a mediados de enero de 2020, afirmando que se diversificará para evitar el petróleo.

    Los bancos de inversión sirven a los inversores accionistas analizando la rentabilidad de las empresas que cotizan en bolsa. Estos analistas financieros son muy útiles para ejercer una presión alta y constante sobre los gerentes de las empresas para aumentar la rentabilidad, entre otras cosas comparándolas con empresas del mismo sector. Los bancos de inversión también facilitan el comercio de acciones en el mercado bursátil, pero puede haber un conflicto de intereses si participan en la suscripción de esas acciones. Ayudan a evitar la caída de los precios de las acciones en caso de grandes ventas, dividiendo las ventas de grandes trozos de acciones en sus plataformas comerciales no públicas, conocidas como «dark pools».

    Se estima que el comercio en los dark pools representó aproximadamente el 40% de todas las transacciones bursátiles de los Estados Unidos a principios de 2017, en comparación con un 16% estimado en 2010. Las acciones de alto valor ofrecen a las empresas un acceso continuo a la financiación y a las oportunidades de llevar a cabo operaciones de fusiones y adquisiciones, reforzadas por la práctica cada vez más frecuente de las empresas de recomprar sus acciones.

    De hecho, la remuneración de los altos directivos con opciones sobre acciones es un incentivo más para dar prioridad al alto valor de las acciones y a la recompra de acciones frente a la inversión innovadora o el empleo. La incesante presión por obtener altos rendimientos para los accionistas –los inversores institucionales, los extremadamente ricos y los altos directivos– ha sido una gran parte de la creciente brecha salarial.

     

    Fuente: Oxfam Internacional (2019) Los pecados mortales del G7: Cómo el G7 está alimentando la crisis de la desigualdad

    En los Estados Unidos, los accionistas recibieron casi 7 billones de dólares en forma de pago de dividendos y recompra de acciones, mientras que los ingresos de los trabajadores apenas aumentaron, lo que alimentó la desigualdad y también disminuyó el poder adquisitivo de los trabajadores.

    Esta prevalencia del interés de los accionistas tuvo un impacto significativo en la estrategia empresarial. A principios de los años 80, el 50% de los beneficios se reinvirtieron en la empresa, pero en 2018 se habían reducido al 7%.

    Concentración de poder en el sector financiero

    El crecimiento de la posesión de acciones y bonos corporativos emitidos por corporaciones cada vez más grandes se ha visto facilitado por la concentración financiera en manos de la industria de fondos de inversión de billones de dólares.

    Han surgido nuevos gigantes financieros, dominados por BlackRock (la mayor empresa mundial de gestión de inversiones con 7 billones de dólares de los EE.UU. en activos gestionados), Pimco (especializada en la gestión de inversiones en bonos con 1,9 billones de dólares de los EE.UU. gestionados), Vanguard (el segundo mayor gestor de fondos de inversión mundiales con 5,6 billones de dólares de los EE.UU. en activos gestionados) y Amundi (un importante gestor de activos europeo con 1,56 billones de euros en activos gestionados). Actualmente poseen acciones y/o bonos en casi todas las empresas del mundo.

    Un estudio de las empresas estadounidenses mostró que los tres principales gestores de fondos de inversión, BlackRock, Vanguard y State Street, son el mayor accionista individual en casi el 90% de las 500 empresas más importantes del mundo que figuran en el índice S&P, entre ellas Apple, Coca-Cola, ExxonMobil, General Electric y Microsoft.

     

    Imagen: Red de la propiedad de las Tres Grandes en las empresas estadounidenses que cotizan en bolsa. Fuente: Fichtner, Heemskerk y García-Bernardo (2017)

    Dado que la mayoría de los demás inversores distribuyen los riesgos al poseer menos del 1% de las acciones de una empresa, los tres administradores dominantes de los fondos de inversión –cada uno de ellos con hasta un 3% a un 8% y juntos hasta un 17,6% de las acciones de estas empresas– tienen ahora el poder de voto más influyente en las asambleas anuales de las empresas o en su compromiso directo con la alta gerencia. Desde hace mucho tiempo su influencia no se ha traducido en una presión para que la práctica empresarial adopte objetivos distintos de la maximización de los beneficios.

    La consolidación del poder por parte de los principales fondos de inversión socava la competencia entre las empresas del mismo sector, porque los fondos son accionistas dominantes de conglomerados competidores, lo que les incita a apoyar estrategias empresariales similares. Además, los fondos siguen cada vez más un índice, valorado según el precio de la bolsa de valores basado en la compra y venta de acciones y la rentabilidad, con poca evaluación del comportamiento de las empresas sobre el terreno.

    • La enorme expansión del sector de los fondos de inversión en el último decenio, su interconexión con las empresas y las cantidades cada vez mayores de malos préstamos corporativos podrían desembocar fácilmente en una nueva crisis financiera más amplia.

    El enorme crecimiento de la industria de los fondos de inversión, que está exigiendo más bonos corporativos para crear fondos, está detrás de una nueva burbuja de bonos corporativos que es probable que estalle, habiendo alcanzado los 10,17 billones de dólares en 2018.

    Hay demasiado dinero de inversores (institucionales) con el que se procura obtener altos rendimientos y las empresas están dispuestas a sacar provecho, incluso las que tienen poca o ninguna rentabilidad («bonos basura»). Cuanto más arriesgado es el negocio, más altos son los tipos de interés que atraen a los inversores. Una vez que la economía se desacelera y estas llamadas «corporaciones zombies» empiezan a incumplir sus préstamos o bonos, los inversores pueden vender masivamente. La interconexión y el efecto dominó, incluidos los crecientes préstamos incobrables, podrían terminar fácilmente en una nueva y más amplia crisis financiera.

    Al margen de la sociedad y el medio ambiente

    La industria de la inversión concentrada ha creado una distancia aún mayor entre el financiador final, es decir, el inversor que está poniendo dinero en los fondos de inversión, y el impacto de las operaciones corporativas en la sociedad y el medio ambiente.

    Los gestores de fondos de inversión compran acciones y/o bonos de cientos de empresas para formar parte de un «fondo» y siguen este proceso para crear cientos de esos fondos, que luego se ofrecen a los inversores.

    Según los administradores de fondos, el número total de empresas incluidas en un fondo hace demasiado costoso examinar el impacto sobre el terreno de cada una de las empresas en las que se invierte. Los fondos sólo publicitan a algunas empresas incluidas en un fondo, lo que dificulta que los financiadores finales las examinen a todas.

    Más aún, los grandes administradores de fondos de inversión subcontratan sus derechos de voto a corporaciones subsidiarias, como ISS y Glass Lewis, que dan prioridad al voto en apoyo de estrategias de gestión y de obtención de beneficios que se traducen en el máximo rendimiento para los accionistas y en contra de las resoluciones para un comportamiento más responsable. Como resultado, han permitido a las corporaciones ignorar los intereses de los trabajadores y las comunidades y las preocupaciones sobre el cambio climático.

    Puede que el director general de BlackRock haya escrito una carta abierta en 2018 diciendo a las empresas que tenían que hacer «una contribución positiva a la sociedad», pero no fue hasta enero de 2020 que escribió una carta, ampliamente difundida, a los directores generales en la que anuncia iniciativas sobre todo para (permitir) un examen más exhaustivo de los riesgos climáticos y de sostenibilidad de las empresas en las que BlackRock decide invertir. Sin embargo, a puerta cerrada, BlackRock ha discutido y presionado contra las leyes de la UE que proporcionan definiciones claras de las inversiones verdes y obligan a la divulgación de los riesgos sociales y ambientales o los impactos de sus fondos.

    Un banco holandés, ING, que vende estos fondos de inversión a clientes individuales, incluso anuncia que pueden dormir mientras el banco administra su dinero. La información se centra sólo en la cantidad de ganancias que sus fondos de inversión están generando. Sin embargo, los estudios muestran que en el caso de los bancos holandeses, los fondos de inversión que ofrecían a sus clientes financiaban compañías abusivas de aceite de palma.

    Fuente: Sitio web del ING, https://www.ing.nl/particulier/beleggen/beginnen-met-beleggen/index.html – Traducción del título de la página web»: Empezar con la inversión – Consejos para un buen comienzo)

    Recientemente, los defensores del medio ambiente han empezado a denunciar la responsabilidad de los fondos de inversión en la financiación de prácticas destructivas. Amigos de la Tierra Estados Unidos, por ejemplo, ha atacado a BlackRock, por invertir miles de millones de dólares en empresas que contribuyen al cambio climático, la destrucción del medio ambiente y las violaciones de los derechos humanos, como las empresas de petróleo y gas, las empresas mineras y las empresas de aceite de palma.

     

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      Fuente: SOMO/¿Cuáles son las amenazas que acechan en el sector financiero?

       

      • La toma de decisiones y el costo de la financiación de las empresas depende fundamentalmente de las agencias de calificación crediticia, que evalúan la rentabilidad de las empresas. La empresa que analizan les paga, lo que supone un conflicto de intereses. Además, actualmente no están legalmente obligadas a evaluar los impactos sociales y ambientales.
      • Las bolsas de valores admiten el comercio de acciones de una empresa y ellas mismas son empresas con fines de lucro.
      • Los crecientes fondos de pensiones privatizados han sido parte del empuje hacia un valor elevado para los accionistas, ya que invierten en acciones de empresas y esperan un rendimiento de hasta el 7%, sin responsabilizarse por las consecuencias.
      • Las compañías de seguros no sólo protegen a las empresas contra los daños y los robos, sino que también ofrecen un seguro a los presidentes de las empresas contra cualquier irregularidad y posibles costos legales. Con el fin de mantener reducido el precio de las primas de seguros, las compañías de seguros invierten billones de dólares en instrumentos financieros a largo plazo.
      • Tal vez los actores más depredadores del sector financiero sean los fondos de inversión de alto riesgo y los fondos de capital de riesgo (PE), que a menudo tienen su sede en jurisdicciones y paraísos fiscales sometidos a un régimen secreto y apenas están sujetos a la reglamentación de la UE o de los Estados Unidos.
      • Los fondos de inversión de alto riesgo son gestionados por administradores de activos privados que ganan altas comisiones por proporcionar altos rendimientos a corto plazo en inversiones muy especulativas con dinero procedente de inversores muy ricos, incluidos los fondos de pensiones privados.

    La financiarización de todo

    La financiarización de la energía y los alimentos

    La industria financiera también ha alentado a las empresas a adoptar instrumentos financieros cada vez más complejos como forma de salvaguardar su rentabilidad, lo que ha repercutido en la economía y la sociedad en general. Así, por ejemplo, a fin de ayudar a las grandes empresas a evitar los riesgos de pérdidas financieras o variaciones de precios («cobertura»), los bancos de inversión desarrollaron los derivados (también conocidos como swaps, futuros/contratos a plazo, opciones), que son contratos que determinan los precios basados en apuestas de precios en el futuro. Los contratos de derivados todavía se negocian en su mayor parte en bolsas de valores (extrabursátil), lejos de la mirada del público, y su valor se ha duplicado desde la crisis financiera, con hasta 640 billones de dólares de montos hipotéticos pendientes de pago. Estos pueden ir peligrosamente mal como lo demostraron las crisis financieras y, por consiguiente, se los ha llamado «armas financieras de destrucción masiva».

    El derivado más comercializado está relacionado con los tipos de interés, que se vende como un seguro contra el aumento de los tipos de interés. Se ha acusado a los bancos de no explicar que estos «swaps» también pueden llevar a las empresas, a los municipios e incluso a los agricultores a verse obligados a pagar a los bancos cuando el tipo de interés no sube sino que baja, lo que sucedió de forma drástica tras la crisis financiera. En los Países Bajos, los bancos incluso impusieron estos swaps a las pequeñas y medianas empresas (PYME) que se endeudaron: sin swap, no hay préstamo, a pesar de que las PYME sabían poco sobre los riesgos potenciales y terminaron pagando un precio muy alto. En otras palabras, los servicios bancarios pueden terminar sirviendo al banco más que a sus clientes corporativos, que tienen la obligación de pagar.

    En el caso de los derivados de materias primas, su comercio en las bolsas de productos y fuera de ellas determina de manera significativa los precios de productos básicos fundamentales como el petróleo, el gas, los minerales, el trigo y también de productos como el café y el cacao. Estos mercados cuentan con muchos actores financieros, que establecen la infraestructura para el comercio, diseñan los contratos de derivados, proporcionan análisis y facilitan el funcionamiento de las operaciones de inversión de alto riesgo y especulación.

    En teoría, los derivados de materias primas garantizan un precio y una fecha de entrega determinados para la venta por parte de los productores y la compra por parte de los procesadores de productos energéticos o alimentarios. Sin embargo, la oferta y la demanda de los contratos en las bolsas de materias primas determinan el precio en parte sobre la base de las apuestas sobre la producción futura y en parte sobre el papel de los especuladores, que no guarda relación con los costos de producción. Los que comercian con derivados tampoco tienen la obligación o la responsabilidad de tener en cuenta la forma en que se producen o consumen esos productos básicos. Por lo tanto, no es de extrañar que el aumento de las emisiones de carbono no haya detenido el comercio de derivados de energía de combustibles fósiles ni garantizado una remuneración adecuada a los agricultores. En julio de 2019, 16 ONG escribieron a la Bolsa de Metales de Londres para denunciar su funesta política de «aprovisionamiento responsable».

    Una campaña posterior a 2008 en la UE puso en tela de juicio la especulación con los precios de las materias primas, después de que los enormes aumentos de los precios provocaran disturbios por hambre entre 2006 y 2008. La campaña obtuvo victorias legislativas parciales en 2014, pero a finales de 2019, la legislación de la UE corría riesgo de ser revocada. Las grandes empresas productoras y comercializadoras de petróleo y gas, como Shell, se han involucrado cada vez más en el comercio especulativo. La cuestión es si esto les permite manipular los precios de los combustibles fósiles para que las energías renovables sean menos atractivas desde el punto de vista financiero.

    Financiarización de las empresas

    La presión por una alta rentabilidad no sólo ha ignorado las cuestiones ambientales y sociales, sino que también ha cambiado considerablemente la naturaleza misma de los modelos de negocio. Ha hecho que las empresas inviertan sus beneficios, o incluso el dinero de la emisión de acciones y bonos o de préstamos, en los mercados financieros y en paraísos fiscales, en lugar de hacerlo en su futuro a largo plazo, por ejemplo, en la investigación de innovaciones para una transición justa, o en el pago de impuestos y el aumento de los salarios del personal con menor remuneración, lo que podría ayudar a limitar la creciente desigualdad.

    Las grandes empresas tecnológicas, por ejemplo, han invertido aproximadamente un billón de dólares en el exterior, la mitad en bonos corporativos, mientras que han obtenido préstamos por cerca de 110.000 millones de dólares a tipos de interés más bajos.

    Algunas empresas incluso han pasado a prestar sus propios servicios financieros y de inversión. Supermercados como Tesco y Carrefour, por ejemplo, ofrecen servicios bancarios y de seguros, comerciantes de productos básicos como Cargill ofrecen servicios de crédito y derivados a agricultores, y las filiales financieras de los fabricantes de automóviles ofrecen servicios de crédito, seguros y servicios de arrendamiento financiero.

    Evidentemente, esos servicios financieros facilitan la compra de los nuevos productos o servicios, a veces con costos inesperados para los consumidores. Algunas empresas obtienen cada vez más beneficios de las actividades financieras.

    Los gigantes de la tecnología también han iniciado servicios financieros e invertido en tecnofinanzas. Amazon ha invertido, entre otros, en Greenlight Financial, que permite a los niños tener tarjetas de débito, mientras los padres controlan sus gastos a través de una aplicación en línea.

    La última iniciativa de financiarización empresarial es la propuesta de Facebook de emitir una moneda digital, la Libra, gestionada por un órgano empresarial independiente mediante la utilización de tecnología de cadena de bloques. El objetivo de estas empresas de tecnología de la información puede que no sean los servicios financieros como tales, sino los datos que pueden obtener sobre las compras y transacciones de sus clientes.

    El escenario fatídico

    Las empresas que pueden obtener financiación fácilmente –empresas que dependen y se apoyan en préstamos, cuyas acciones en las bolsas se han desvalorizado, que poseen calificaciones crediticias favorables y están protegidas por compañías de seguros y de derivados– tienen pocos incentivos para emprender una transición rápida y poner fin a las prácticas sociales y ambientales abusivas, incluso si las campañas sociales las denuncian. Más bien, el aumento de la tenencia de acciones y bonos intensifica la presión sobre las empresas para que obtengan ingresos a corto plazo de la explotación de sus cadenas de valor.

    La presión fundamental puede observarse en el caso de Unilever, cuyo director general, Paul Polman, puso en marcha algunas iniciativas de producción más sostenible e incluso suprimió los informes financieros trimestrales a corto plazo. Sin embargo, una vez que Kraft Heinz hizo una oferta pública de adquisición hostil, Unilever volvió rápidamente a priorizar el valor para los accionistas, incluso obteniendo préstamos para recomprar acciones y emprendiendo un nuevo programa de reducción de costos.

    Los peligros de la falta de responsabilidad de la industria financiera en la evaluación de los impactos sociales y ambientales y su presión sobre el cortoplacismo empresarial, están ahora claramente expuestos por la crisis climática.

    Desde 2015, un grupo de banqueros centrales de la Red para un Sistema Financiero más Ecológico («Network of Greening the Financial System») ha advertido que la fijación incorrecta de los precios del carbono y el cambio climático podrían dar lugar a una inestabilidad o crisis financiera. El desastre climático causará, por ejemplo, sequías que reducirán la producción agrícola y tormentas que destruirán los bienes inmuebles comerciales y las viviendas; al mismo tiempo, la necesidad de una rápida reducción del uso de combustibles fósiles y de las reglamentaciones conexas afectará a la producción de muchos sectores.

    Esto dará lugar al impago de préstamos, a la caída de los precios de las acciones y los bonos, a la retirada masiva de los fondos de inversión con participaciones en industrias basadas en combustibles fósiles y a la extrema volatilidad de los precios de los derivados con precios erróneos. Esto afectará a todo el mundo, incluso a los pequeños ahorradores o fondos de pensiones.

    Algunos supervisores incluyen este tipo de escenario desastroso en las «pruebas de resistencia del carbono». Sin embargo, el grupo de presión de la industria financiera ha frenado los cambios necesarios e incluso se ha opuesto a las leyes de la UE, para informar si están evaluando o no los impactos negativos sobre el clima, el medio ambiente y la sociedad de las empresas en las que están invirtiendo.

    La industria prefiere adherirse a iniciativas voluntarias como los Principios de Banca Responsable del Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA) o el Grupo de Trabajo sobre Divulgación Financiera Relacionada con el Clima (TCFD) pero, como ha señalado BankTrack, los bancos que firmaron los Principios del Ecuador de 2003 siguen negándose a divulgar los proyectos perjudiciales que están financiando, argumentando que es para proteger la confidencialidad de sus clientes.

    Lentamente, algunos inversores accionistas perciben la futura devaluación de los activos de combustibles fósiles y presionan a las empresas para que tomen medidas contra el cambio climático, y las nuevas leyes de la UE les incentiven a hacerlo.

    Nuevas alternativas para la movilización

    La industria financiera ha utilizado con éxito estructuras complejas y grupos de presión bien dotados de recursos para no tener que rendir cuentas de su impacto en las personas y el planeta. Las reformas realizadas tras la crisis financiera no han detenido a la industria financiera de prestar servicios a las empresas con prácticas abusivas y de financiar aún más la economía y la sociedad.

    Las organizaciones de la sociedad civil han tenido cierto éxito en las campañas contra los servicios de la industria financiera a esas empresas y sus proyectos abusivos.

    Sin embargo, la constante y amplia gama de instrumentos de financiación de la industria ha permitido a las empresas hacer caso omiso de las movilizaciones y socavar innumerables iniciativas sociales. Esto da cuenta de la necesidad de impulsar medidas de sanción legalmente vinculantes, además de la prohibición de muchos de los agentes e instrumentos financieros en la cadena de valor de financiación y de los accionistas.

    La indignación pública contra la creciente desigualdad y el cambio climático podría impulsar a los legisladores y a los reguladores a tomar medidas más audaces o a elegir políticos más radicales que puedan aplicar sistemas de financiación alternativos.

    Una prioridad fundamental que se debe reformar es abordar los problemas estructurales como los bancos demasiado grandes para quebrar y la rápida, pero poco regulada expansión de la industria de la inversión. ¿Por qué debería permitirse que sean tan grandes y obtengan beneficios colectivos de cientos de miles de millones sin ninguna obligación de financiar una transición justa? Las regulaciones insuficientes de la política de competencia, así como los acuerdos neoliberales de comercio e inversión, permiten a estos gigantes financieros expandirse y ayudan a las empresas a crecer aún más y estar más concentradas, sin que asuman ninguna responsabilidad social y ambiental.

    Es necesario revisar en profundidad el sector financiero para que sirva a la sociedad a través de bancos más pequeños y servicios financieros que sean democráticamente responsables.

    Hay al menos seis reformas urgentes:

    1. Cambiar las leyes para que el sector bancario se reduzca y diversifique, los fondos de inversión se regulen y reduzcan estrictamente y se supriman los fondos de inversión de alto riesgo.
    2. Crear una agencia de calificación pública o exigir a las agencias de calificación privadas que investiguen las prácticas abusivas y los impactos perjudiciales en la sostenibilidad ambiental y social de las corporaciones que califican.
    3. Imponer sanciones a los bancos de inversión que emitan acciones o bonos corporativos de empresas abusivas y destructivas.
    4. Regular las bolsas de valores para exigir que en los folletos o informes se divulguen los impactos sociales y ambientales de las empresas que cotizan en bolsa, y que se prohíba la cotización de las empresas con un historial de malas prácticas.
    5. Impedir que los precios insostenibles de la energía y de los alimentos sean fijados mediante el comercio de derivados y la especulación y, basarlos, en cambio, en costos de producción sostenibles.
    6. Prohibir las actividades «socialmente inútiles» como el comercio de alta frecuencia y el comercio basado en algoritmos, el préstamo/recompra de acciones con fines especulativos, la desvalorización de activos de las empresas por parte de los fondos de capital privado y los préstamos a los fondos de inversión de alto riesgo que practiquen operaciones especulativas con instrumentos financieros extractivos.

    La experiencia ha demostrado que la consecución de leyes vinculantes significativas depende de una lucha prolongada e importante en los pasillos del poder contra un grupo de presión financiero enormemente poderoso. Incluso después de lograr una victoria legislativa, las movilizaciones y la sensibilización deben impedir que los grupos de presión financieros manipulen las normas técnicas del regulador y, por tanto, deformen de facto las leyes.

     

    • Atacar el bastión financiero será un paso clave para detener a las corporaciones que llevan a cabo operaciones abusivas y destructivas.

     

    Es importante que en las campañas se exija que los supervisores y los reguladores tengan un mandato legal y recursos para hacer cumplir reglamentos financieros estrictos, apoyar alternativas y rendir cuentas al público.

    No se producirá un cambio en la reglamentación a menos que se frenen los esfuerzos del sector financiero por debilitar o impedir la legislación y las regulaciones. La campaña #ChangeFinance consiguió que 576 candidatos al Parlamento Europeo se comprometieran a distanciarse de los grupos de presión del sector financiero. Ha habido acciones de seguimiento, pero es necesario hacer más hincapié en difundir los efectos negativos de que la industria financiera se salga con la suya. Esto debería dar más espacio a las voces de los ciudadanos y poner de relieve muchas de las alternativas o propuestas existentes.

    Las reformas reglamentarias que se proponen incluyen el desarrollo de un sector financiero diverso para financiar una transición justa. Las cooperativas responsables, los bancos éticos y los bancos públicos gobernados democráticamente deberían convertirse en alternativas atractivas tanto para los ciudadanos como para las empresas.

    La industria financiera se ha convertido más en un amo que en un sirviente, extrayendo valor de las corporaciones a cualquier precio. Atacar el bastión financiero será un paso clave para detener a las corporaciones que llevan a cabo operaciones abusivas y destructivas, y debería contribuir a desenmarañar la cadena de industrias de servicios irresponsables para acelerar la transición hacia sociedades sostenibles y equitativas.

    (Traducción por Cuca Hernández de ATTAC España)

    – Myriam Vander Stichele es asociada del TNI. Ha investigado y publicado informes sobre el sector financiero privado para el Centro de Investigación sobre Empresas Multinacionales (SOMO) desde la perspectiva de la sostenibilidad y el interés público, empezando por la investigación de la crisis financiera asiática.

    El presente artículo forma parte del informe Estado del poder 2020, cuya versión en español es editada en formato electrónico por Transnational Institute (TNI), Attac España y FUHEM Ecosocial. La versión íntegra del informe en inglés se puede encontrar en www.tni.org.

    https://www.alainet.org/es/articulo/207361

     

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