Fortalecimiento organizativo: una tarea sindical impostergable

Por: Róger Hernán Gutiérrez*

Formación en el mediano y largo plazo de una cultura organizativa: es de sumo importante mejorarla en tanto la desacreditación empresarial de ver al movimiento sindical, como un puñado de vagos, sin fin ni beneficio, hace impostergable la tarea de reivindicar la cultura sindical—rescatar la lógica de la apropiación de la ganancia por parte del dueño de los medios de producción y el rol de quienes venden su fuerza de trabajo—y que ahora con una globalización (lógica de mercado: oferta y demanda), que ha venido a debilitar los derechos humanos, imponiendo la ganancia, el negocio como fin de una sociedad.

Es por más apuntar en la construcción de liderazgo sindical: fortalecer valores y principios. Potenciar necesidades para un más completo desarrollo humano: a) entendimiento; b) participación; c) identidad y d) creatividad—entre otros como e) libertad—Mucho de la pandemia que nos ha involucrado a todos (as), ha determinado condiciones difíciles de existencia y en los lugares de trabajo predomina el abuso, la arbitrariedad para obtener los grados de ganancia que se han obtenido y en donde el rol del Estado es nulo, sin la fuerza efectiva para arbitrar en la relación laboral. Los valores de la solidaridad, la conciencia fortalecida con los principios que sostengan una acción sindical por mayor protección social y lucha en defensa del débil en la relación laboral, es básico para ejercer una mayor contribución al desarrollo humano.

La asertividad sindical: potenciación del diálogo social, la negociación y construcción de mejores relaciones e interlocuciones con el poder (propietarios de los medios de producción y tomadores de decisión). El impulso de la interlocución entre quienes tienen el poder, debe corresponder con una contraparte con capacidades asertivas que permitan bases de diálogo sin atentar contra el beneficio que pueda deducirse de planteamientos ecuánimes que no lleven a la sumisión, pero tampoco a ir más allá de una realidad económico-social.

El trabajo ha evolucionado, pero ello en mucho ha significado un claro deterioro de los derechos humanos:

a) Empleo decente, significa con todas las condiciones y derechos adquiridos, tal y como son planteados en el marco de una legalidad, en mucho los trabajos son degradantes, precarizados, atados a la sumisión y desvaloración.

b) Organización del trabajo, en mucho la representación sindical ha perdido fuerza para concretar la negociación con la patronal, y ello ha significado imposiciones en la manera de hacer el trabajo, que busca la plena ganancia en detrimento de quienes realizan las labores.

c) Relaciones obrero-patronales, cada vez más unilaterales, la relación con los niveles jerárquicos en la empresa, es un encadenamiento muy débil que sólo presenta un sentido de arriba hacia abajo, sin disponer de formas que concilien los intereses en el marco de la legalidad y el ejercicio pleno de los derechos laborales.

Innovación y mejor estructuración organizativa para enfrentar la realidad. En un ámbito laboral donde se ejerce el dominio de una parte—los empresarios—sobre la otra—trabajadores(as)—hace difícil entrar en etapas de concesiones, sin que se vean estas en contra de la libertad de empresa o de sus intereses. Necesario el conocimiento, la transparencia y un planteamiento ético de la realidad que enfrentan las empresas en economías sub desarrolladas, dependientes y con escasez de recursos para producir con sostenibilidad y sustentabilidad.

Mayores impulsos a potenciar roles y funciones a lo interno—descentralización en la toma de decisiones; proactividad y con alto nivel de iniciativa individual y grupal-El sindicalismo se está quedando como una “pieza de museo”, con una toma de decisiones verticalizada en extremo al estilo de la guerra, con poca iniciativa y nada proactiva (acostumbramiento obcecado a recibir la línea), hay un debate colectivo muy visceral que anula iniciativas, ideas y propuestas, que no van más allá o en contrario muy escaso debate sin propuesta, ni ideas para una discusión efectiva.

Comunicaciones sindicales—sociología de grupos sindicales—Estrategia de abajo hacia arriba/horizontal-potenciar las relaciones con la prensa autónoma, medios alternativos y/o virtuales. Que lleven a potenciar una efectiva transversalidad: de género; juventud y grupos prioritarios (lgtbi), que son discriminados y marginados por fuertes intereses dominantes. Incorporar la cultura democrática—no absoluto a la discriminación y violencia con énfasis en lo laboral—El marco de deterioro de la economía (micro y macro) redunda en violencia hacia quienes profesan opciones solidarias y que lleven a potenciar los derechos humanos.

Mejoramiento de lo cuantitativo-cualitativo de la organización sindical, con efectividad para la puesta en común, el debate con conocimiento, con la información y datos necesarios para llegar a propuestas sustentadas, que puedan fácilmente ser consensadas. Formación de capacidades para impulsar los procesos organizativos: debate; propuesta; planificación; evaluación y sistematización; coordinación y control. Conocimiento sistematizado con información y datos del que hacer sindical.

*Sindicalista salvadoreño

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