Estrategias de la nueva extrema derecha para conquistar el poder

Ignacio Ramonet, periodista español y director de “Le Monde Diplomatique en español”, dicta la conferencia “Estrategias de la nueva extrema derecha para conquistar el poder”, el sábado veinticuatro de febrero de dos mil veinticuatro, en Casa de las Américas, La Habana, Cuba. Lo introduce al público, Abel Prieto, escritor cubano y presidente de “Casa de las Américas”.

Por: José Guillermo Mártir Hidalgo*

Ramonet inicia su disertación señalando que, las extremas derechas provocaron la Segunda Guerra Mundial y hoy la extrema derecha ha salido de la marginalidad. Ésta es la fuerza política más pujante en Europa. Partidos de extrema derecha están gobernando Italia, Los Países Bajos y Hungría. En otros países, la extrema derecha está en el poder con otros partidos de derecha. Y en aquellos países donde no está en el poder, es la primera fuerza como en Francia, con la señora Marine Le Pen.

El conferencista señala que, la extrema derecha avanza no solo en Europa. En América Latina está subiendo, lo vimos en Brasil con Jair Bolsonaro y lo acabamos de ver en Argentina con Javier Milei. Aparecen como modelos Donald Trump, Jair Bolsonaro y Nayib Bukele. La Conferencia de Acción Política Conservadora (CPAC) organizada por la Unión Conservadora Estadounidense (ACU), invito como oradores a Bukele y a Milei. En la India, Narendra Modi es de extrema derecha. En Filipinas, el nieto de Marcos, Ferdinand Marcos Jr. gobierna con la hija de Rodrigo Duterte, Sara Duterte. Israel está gobernado por la extrema derecha.

Ramonet sentencia que, la extrema derecha ha salido de la marginalidad con voluntad de llegar al poder por la vía democrática. Hoy estamos ante electores y electoras que se adhieren con orgullo a la extrema derecha. Donald Trump es el primer presidente estadounidense de extrema derecha, su desfachatez ha desinhibido a las demás extremas derechas del mundo. Donald Trump es un referente fundamental. El asalto al Capitolio, el seis de enero de dos mil veintiuno, fue una embestida emblemática de su concepción extremista del poder. Se trato de un golpe de Estado, éste es una línea que divide la historia democrática contemporánea.

En los años treinta del siglo veinte, la extrema derecha conquisto el poder con apoyo de las fuerzas armadas o paramilitares. Hoy no es así, el asalto al Capitolio lo realizan hordas organizadas de partidarios de Donald Trump. Igual al asalto a los Tres Poderes en Brasil. Ahora, la extrema derecha puede sacar a centenares de miles a las calles, ya no es un grupo marginal.

Estamos viendo que el modelo trumpista se está extendiendo. En el centro de todo, indica Ramonet, se encuentra un líder carismático. El modelo es Donald Trump, critica al establishment, se sitúa afuera del círculo de poder, se presenta como refundador de la patria y tiene eslóganes eficaces. Trump se beneficia de un culto, de una veneración pública. Su carácter cuasi religioso, casi sagrado, busca dividir a la sociedad en un ellos y un nosotros. Su discurso no es conciliador, es de enfrentamiento total y cree que el fin justifica los medios. Siembra odio, porque su discurso fundamental es de defensa, es paranoico. Trump es un líder político religioso. Es un elegido de Dios. Su liderazgo es de tipo religioso, es un evangelista político. Esto hace que miles de personas se entreguen a él. Los seguidores de Trump son una secta, lo miran como un patriarca, lo idolatran y ejercen un culto a su personalidad.

Las religiones tradicionales están bien desprestigiadas y esto ha dejado a la deriva a creyentes, aptos para ser reclutados por políticos mesiánicos. Los cambios económicos, sociales y tecnológicos que acaecen en el mundo, sorprenden a mucha gente que se encuentran lanzadas al futuro sin la debida orientación. Estas ovejas descarriadas buscan un salvador que las oriente a un mundo más seguro y menos incierto. Esta es una de las razones por las que están saliendo demagogos como Milei, Trump o Bolsonaro. Estos líderes, no son líderes democráticos, son aprendices de dictadores.

Hoy vivimos un sistema desinformativo. Cuesta saber realmente lo que está pasando, a pesar de millones informaciones que nos llegan. Esto se amplifica en las redes sociales, que no se sabe cómo afectan a la gobernabilidad política. Hay un culto a la mentira, la internet ofrece una visión deformada de la realidad. Está llena de fake news. Y hoy la extrema derecha tiene como principal denuncia, que los medios de comunicación nos engañan. Estamos ante una sociedad, donde en el actual momento neofascista, la extrema derecha está utilizando todo esto para subir al poder.

Algunos dicen que estamos volviendo a vivir lo que se vivió en los años treinta del siglo pasado, que terminará en una nueva guerra mundial. Pero, hay dos diferencias importantes. La primera, la extrema derecha de los años treinta era militarista y expansionista y construyó un instrumento militar poderoso. Hoy la extrema derecha tiene un componente contrario, no quiere salir de sus fronteras, quiere cerrar las fronteras, pues sus enemigos principales son los inmigrantes. En segundo lugar, el antisemitismo era el discurso de los años treinta. Hoy en la mayoría de sus variantes, la nueva extrema derecha no es antisemita, se declara proisraelí, admiran a Israel. La subida de la nueva extrema derecha no tiene los aspectos de la ascensión de la extrema derecha de los años treinta.

Finalmente, las razones socioeconómicas de la subida de la extrema derecha son, por el derrumbe de las clases medias. El desclasamiento de la clase media se debe a cuarenta años de neoliberalismo. El derrumbe hacía la pobreza de millones y millones en el mundo, hace que se agarren a la extrema derecha para evitar ese derrumbe. Las masas desclasadas, se adhieren al discurso simplificado de la extrema derecha.

*Psicólogo salvadoreño

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