La mentira del dilema entre seguridad versus democracia

«A veces pensamos que sacrificando algo bueno lograremos curar lo malo, pero no siempre es así. «

Por: Miguel a. Saavedra

El miedo en política: arma de doble filo

En política el miedo es un arma de doble filo que puede llevar a la gente a tomar decisiones irracionales, guiadas por emociones en lugar de la razón . La falacia usada por el oficialismo dio sus frutos, se basa en presentar una falsa disyuntiva entre seguridad y democracia, sugiriendo que sin el oficialismo aumentaría la delincuencia y un caos de seguridad.

Al igual que en el cuento de la abuela donde intenta curar un pollo enfermo acabando con la vida de otro pollo sano, insinuar que un cambio en el gobierno derivaría forzosamente en un aumento de la inseguridad es una conclusión errónea. Instalar miedos en la mente del electorado busca movilizar el voto apelando al temor de una hipotética pérdida, en detrimento de despertar el anhelo de progreso y mejora.

Así como la abuela del cuento no logró sanar al pollo enfermo con su falaz e incorrecta intervención, pretender amedrentar a la ciudadanía mediante conjeturas catastrofistas no es el camino para solucionar problemas complejos. Sin embargo, en esta ocasión, las estrategias de marketing político y propaganda basadas en el miedo han sido altamente efectivas para el gobierno oficialista. Será importante estar atentos al momento en que estas tácticas de voto por miedo dejen de ser efectivas.

No caer en la falacia de seguridad vs democracia.

Sin embargo, más democracia y la defensa de los derechos de los ciudadanos no tiene por qué significar menos seguridad. Es importante que la ciudadanía no caiga en los «mantras» del oficialismo y cuide de no dejarse llevar por estrategias que apelan a emociones primarias antes que presentar soluciones concretas, reales y racionales a los problemas .

Manipular el miedo en las estrategias políticas.

Más allá de eventos electorales amañados y de fanatismos irracionales, que solo favorecen al manipulador del show lo que nos debe interesar sobremanera es preocupándonos por encontrar soluciones concretas, no por «ganadores» partidistas. al final ahí vivimos en la misma comunidad, barrio colonia o a la orilla de río, hayas votado o no. y tu realidad y la mía sigue como aquella vieja canción «La vida sigue igual».

Diálogo constructivo y propuestas concretas.

Un debate democrático real se basa en argumentos reales, no en cortinas de humo, visiones de catástrofes inventadas. o intimidando con supuestos desastres. La mejor manera de encontrar soluciones es dialogando sobre hechos concretos, no apelando a miedos infundados o planteando dilemas simplistas. Prioricemos el beneficio colectivo a largo plazo. Los problemas complejos requieren diálogo constructivo donde prime la razón sobre las emociones.

Evitemos que nos manipulen con discursos que más bien buscan a toda costa perpetuar poderes, más que mejorar vidas. Exijamos propuestas reales, no promesas de fantasía. Con unión cívica podremos construir el futuro que merecemos, lejos de engaños.

Más allá de las disputas partidistas y manipulaciones emocionales que generan polarización y abundan en épocas electorales , lo que realmente importa es enfocarnos en propuestas concretas que mejoren la vida de la ciudadanía .

Los llamados al miedo, el fanatismo ciego ,que te arrastran a odios y venganzas políticos infundados que solo sirven para distraer la atención de los verdaderos problemas del país y sus posibles soluciones. En vez de caer en show mediáticos o tratar de imponer una única visión, lo ideal es fomentar un debate democrático sustancial basado en hechos, en el que prime la razón sobre la reacción emocional y la prepotencia gubernamental de sus funcionarios. Esto es lo que verdaderamente importa para el progreso y bienestar a largo plazo de nuestra sociedad.

Superar la polarización y buscar el bienestar de todos.

La mayoría de la ciudadanía desea verdaderos cambios para mejorar su calidad de vida y la del país, y no se merece que jueguen con sus necesidades legítimas de esta forma . Es comprensible que ante tanta adversidad e incertidumbre, muchos quieran aferrarse a cualquier atisbo de solución a sus problemas . A veces pensamos que sacrificando algo bueno lograremos curar lo malo, pero no siempre es así.

El miedo en política es peligroso. No caigamos en la falacia de creer que seguridad y democracia con defensa de los derechos son incompatibles. No dejemos que nos manipulen con miedos infundados. Esforcémonos en propuestas concretas y racionales para solucionar problemas. Evitemos la polarización y busquemos el bienestar de todos. No nos dejemos distraer por discursos emocionales y cantos de sirena. Prioricemos el beneficio colectivo a largo plazo.

Exigir cambios reales y evitar promesas vacías.

Exijamos cambios reales y no nos dejemos engañar con promesas vacías. Organización y unidad son clave. No sacrifiquemos lo bueno por lo malo. Así podremos determinar de manera responsable cómo mejorar la calidad de vida para todas las personas.

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