El Salvador: ¿Se prepara para una nueva guerra?

En otros tiempos este título podría parecer inverosímil, sólo propuesto por algún loco que no tiene cosas mejores que hacer, debido que el fin del conflicto bélico que sacudió al país está fresco en la mente de los salvadoreños.

Por: Igor Iván Villalta*

Si hacemos un recuento desde la invasión española, en esos momentos los pueblos originarios perdieron su libertad, fueron sometidos a una brutal represión por parte de los colonizadores, sus creencias fueron satanizadas, sus costumbres atacadas, su idioma prohibido, indudablemente estos hechos fueron producto de la imposición de una nueva cultura, la cultura europea.

La primera rebelión que registra la historia en El Salvador, fue la protagonizada por el indio Anastasio Aquino, a raíz de los tributos que pedía la nueva República Federal de Centroamérica (1824), el cual se reveló ante el gobierno de Prado en el año 1832, cumpliendo un acto abominable, para los conquistadores españoles, al quitarle la corona a la Virgen del Pilar y coronándose él como Rey de los nonualcos, este acto le valió el repudio de la Iglesia, finalmente fue capturado, decapitado y su cabeza exhibida como ejemplo de quienes se atrevieran a retar al poder oligárquico, que se consolidaba por esas épocas, además de las rebeliones que se dieron en la región de los nonualcos, en lo que ahora conocemos como el departamento de La Paz, se dieron otras revueltas en San Miguel y Chalatenango.

Cien años más tarde (1932) se da la rebelión campesina contra el gobierno del General Maximiliano Hernández Martines, la primera rebelión tipificada como comunista, en donde el gobierno ante la toma de poblaciones y fincas de los oligarcas en el occidente del país, reacciona con una feroz represión que lleva a la muerte a miles y miles de campesinos, terminando con los resabios culturales que habían sobrevivido a la colonización española, los pueblos originarios pierden su idioma casi totalmente, debido a que los guardias no comprendían el lenguaje, por tanto eran asesinados, sus apellidos fueron cambiados, también sus vestimentas para no ser identificados como comunistas.

A partir de este momento entramos a los gobiernos de seguridad nacional, patrocinados por Estados Unidos, y la consolidación de dictaduras militares en toda América Latina, en la cual cualquier atisbo de propuesta por las condiciones de vida en la que vivía la población más pobre era etiquetada como comunista, cualquier forma de organización, cualquier expresión de repudio a las practicas represivas del régimen militar, era el avance del comunismo internacional que atentaba contra nuestra democracia.

Ya en la década de los setenta, se inicia la formación de los grupos guerrilleros, Calletano Carpio se separa del Partido Comunista y conforma la primera organización guerrillera en El Salvador, las Fuerzas Populares de Liberación (FPL) en abril de 1970, luego se van conformando los otros grupos guerrilleros como: el Ejército Revolucionario del Pueblo (ERP), en marzo de 1972; las Fuerzas Armadas de la Resistencia Nacional (FARN-RN), en mayo de 1975, el Partido Revolucionario de los Trabajadores Centroamericanos, (PRTC), el 25 de enero de 1976, Y las Fuerzas Armadas de Liberación (FAL) en 1979.

Al observar los datos históricos, nos podemos dar cuenta que las reacciones en contra del poder formal y factico han tenido un comportamiento cíclico, y el crecimiento de la respuesta popular a las acciones que tienen que ver con ese poder en muchos de los casos ha sido espontánea y con grandes repercusiones económicas, políticas y sociales. A partir de la conformación del FMLN como fuerza política-militar, se desarrolla la primera ofensiva militar que haya conocido el país, esto en el año 1981. Para la cual el Ejército Salvadoreño no estaba preparado, ni en su planteamiento táctico estratégico, ni en la parte logística, debido a que la “ayuda” militar brindada por los Estados Unidos estaba bloqueada por las grandes violaciones a los derechos humanos que sufría la población salvadoreña por parte de la dictadura militar.

Esto obligó a los Estados Unidos a oxigenar a las Fuerzas Armadas salvadoreñas con asistencia técnica y abastecimiento logístico, y por supuesto todo el apoyo político que necesitaba el régimen para sobrevivir, antes de terminar la década de los ochenta se desarrolla la Ofensiva Final Hasta el Tope, en donde por vez primera en América Latina una guerrilla establece sitio militar a una capital.

Todo este proceso de lucha concluye con los Acuerdos de Paz en 1992, después de los cuales la población entera trabaja para construir una sociedad más democrática y sobre todo más humana, con respeto a la libre expresión de ideas, y la conformación de instituciones cuyo fin es hacer gobiernos más transparentes, y un ciudadano con mayores garantías políticas y sociales.

Claro, que este proceso no fue nada perfecto, pero iba avanzando, hasta la llegada del presidente Bukele que rompe con todo el proceso, elimina las instituciones controladoras del poder, desprecia la constitución y se encamina a conformar una dictadura. Para quienes no estaban claros que el camino trazado por el presidente obedece a ese fin, basta ver sus acciones. Desde el momento que ostenta el poder maniobra para destruir a sus adversarios políticos, lanza una campaña de odio contra los periodistas que no reproducen su discurso, inicia una persecución contra todas las instituciones de la sociedad civil que fiscalizan las acciones del gobierno.

Lamentablemente para el presidente no todo es color de rosa, recientemente se han revelado datos en donde la popularidad del presiden va en caída, los datos presentados por el Doctor Oscar Picardo Joao demuestran que el apoyo al presidente se ha reducido a un 50% siendo importante pero ya no aplastante como presumía de tener una aceptación del 97%, ya que si ese dato es válido ese 3% que no lo apoyaba ha crecido en un 47%.

Forma una Comisión en la Asamblea de Nuevas Ideas, para investigar a las oenegés que recibieron fondos del estado, y lleva al banquillo de los acusados a la compañera Lorena Peña, persona con una amplia trayectoria política, procedente de una familia en la cual su padre el Teniente José Belisario Peña fue perseguido por la dictadura de Martínez, a pesar de ser militar, hermana de Felipe Peña Mendoza, compañero fundador del Bloque Popular Revolucionario (BPR) y segundo al mando de las FPL, caído en desigual combate con las fuerzas militares en agosto de 1975. Ana Margarita Peña desaparecida en 1981, y Virginia Peña caída en combate en la Montañona, Chalatenango el 12 de julio de 1986.

En el interrogatorio digno de la Guardia Nacional, los flamantes diputados dejaron al descubierto toda su ignorancia, soberbia y prepotencia, queriendo que la compañera se inculpara, amenazándola por la presidenta de la comisión Alexia Rivas de desacato, por tanto los diputados dejan de ser diputados y pasan a ser jueces, el desconocimiento de sus funciones y sus atribuciones era escandalosa, en seis ocasiones se le apagó el micrófono, y la presidente le dijo que ella iba a “puchar” las veces que ella quisiera. Ante la repulsa popular de todas estas acciones, mostradas en las redes sociales, un diputado de la comisión dijo que ella se cortaba el micrófono porque tenía artritis, este diputado para mentir debería de informarse mejor, la artritis es inflamación en las articulaciones, el movimiento de las manos de forma involuntaria lo produce el mal de párkinson, que es otra patología.

Más sin embargo en la otra comisión que investiga los sobresueldos otorgados por los gobiernos anteriores a funcionarios, sacan de la cárcel al delincuente confeso y expresidente de la república Elías Antonio Saca, fundador de la Gran Alianza por la Unidad Nacional (GANA) partido aliado del presidente. Este es recibido por los diputados de la comisión como un héroe que ha sido víctima de los gobiernos corruptos. Luego el día 22 de julio sorprende a la ciudadanía la captura del gabinete del expresidente Mauricio Funes, con cargos de enriquecimiento ilícito, peculado y lavado de dinero.

En este maremágnum de acontecimientos el presidente anuncia la militarización de la sociedad salvadoreña, debido a que debe recuperar los territorios controlados por las maras, para la cual ofrece el plan control territorial en su cuarta fase, esto suena un poco contradictorio debido a que uno de sus grandes estandartes de éxito en su administración era haberle quitado los territorios a los mareros, quiere decir que las tres fases anteriores no sirvieron para nada, esta propuesta de duplicar los efectivos militares y otórgales funciones de seguridad pública, no sólo va en contra de los Acuerdos de Paz, que claramente define las funciones de las Fuerzas Armadas, sino también en contra de la Constitución de la República.

Por la historia de lucha que posee el pueblo salvadoreño, el presidente Bukele debería de meditar sus acciones, en primer lugar, no se puede subestimar a los pueblos, su presidencia está sufriendo un gran desgaste, la inflación comienza a golpear, nos acercamos a una gran crisis económica, política y social. Al irse erosionado el apoyo popular de lo cual ya existen síntomas evidentes, hacer crecer a las Fuerzas Armadas no para combatir a la delincuencia, sino para controlar militarmente a la población en la cual crece el descontento y la frustración.

Hasta el momento ha podido controlar los brotes de protesta infundiendo miedo, eso es lo que hicieron los nazis, de seguro quiere proclamarse como el Hitler 2.0, pero recuerde que Hitler se erigió en un gran imperio, que producía aviones, fusiles, municiones, tanques, cañones, y todo lo necesario para sostener una guerra, que de no ser por la derrota propiciada por los rusos hubiese podido construir una bomba nuclear, misiles de alto alcance puesto que tenía la tecnología desarrollada por Wernher von Braun, artífice de la misión Apolo que llevó un hombre a la Luna.

El presidente habla como si se preparara para una guerra, pero debe recordar que si no tiene los elementos que le permitan desarrollarla, como se observa en el párrafo anterior, debe contar con patrocinios, y no veo por ningún lado alguna potencia que quiera financiarle su guerra, y además de eso otorgarle todo el apoyo político, para que esas ideas; que de nuevas no tienen nada, puedan fructificar. Además, que debe tomar en cuenta que una estrategia que se la encomienda a sus súbditos, en lugar de potenciarlo puede tener el efecto contrario como en el caso de Lorena Peña, que la saca de su retiro político para meterla al ruedo, en donde les dio clase a los diputados, que muchos de ellos, apenas pueden leer.

Esto me recuerda el caso en la guerra de Vietnam, en la ofensiva del Tet, al capturar a un agente norvietnamita (Nguyễn Văn Lém) el jefe de la policía el General Nguyễn Ngọc Loan, le ordena a un subalterno que le diera un balazo al agente, el soldado se niega a ejecutar la orden, ante la negativa el General desenfunda su escuadra y la dirige a la cabeza del hombre asestándole un balazo en la cien, este se desploma sobre el pavimento manando sangre. En la ofensiva del Tet las fuerzas survietnamitas junto con las norteamericanas ocasionaron significativas bajas a las fuerzas norvietnamitas, pero no pudieron cantar victoria debido a que este lamentable hecho quedo en la retina del pueblo norteamericano. Me imagino que se habrán cuestionado, ¿Es esto lo que estamos apoyando?

Lo que deberíamos recordar los ciudadanos son las palabras de Mariano Azuela, en su libro Los de abajo, haciendo el símil de la violencia incontrolada: “como la roca que cae por la pendiente, una vez comenzó a rodar ya nada la puede detener” El presidente cada vez que las cosas no van saliendo como el desea, o quiere, responde tensionando a la población como en las recientes capturas, en cualquier momento esto se le puede salir de las manos, y una vez la roca se precipite en el desfiladero nadie la puede detener.

*Docente Investigador

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