África del norte: David contra Goliat

El amigo


Parece exagerado el título de este artículo pero es verdad. Sería tanto como decir que el Pulgarcito de América en el Norte de África, con una piedra maciza en su hondilla, el de la determinación, pegó en la frente a Goliat, el gigante de los prejuicios, de la incredulidad, del negativismo, Etc. Y alzó la Copa triunfante de la Olimpiada Internacional de Libia. ¿Cómo ocurrió esto? Ha llegado el momento de relatarlo. Una mañana de mediados de Octubre salieron los ocho miembros de la Delegación de Ajedrez desde San Salvador. Llegaron a Miami, pasaron el Gran Charco -el Atlántico- arribando a España por el sur. Decepción momentánea causó la vista de tierras semi-desérticas de esa época en la zona. En Barajas, Madrid, más atareado estaba un policía leyendo de gratis las revistas y diarios en un Kiosco que en proporcionar seguridad a los pasajeros del Aeropuerto. Eran otros tiempos. Aire sagrado se respiró al entrar a los cielos de Roma, la Ciudad Eterna; con olor a incienso de Capilla Sixtina en el mismo Aeropuerto Internacional Fiumicino, hoy Leonardo da Vinci. “¡Volveremos!” Dijo Majano, Jede de la Delegación, a los jóvenes ajedrecistas recordando la sentencia que pronunció McArthur en El Pacífico.

Pues, ¿cómo no? Al regreso pasarían por Roma en plan de peregrinos y turistas. Llegaron al Aeropuerto de Trípolí, capital de Libia, país 83 veces más grande que El Salvador. Platón en su diálogo El Timeo o de la Naturaleza, echa mano a la comparación con la Atlántida continente misterioso desaparecido que él relata: “era mayor que la Libia y Asia reunidas.» Dijo. A este lugar llegó la Delegación poniendo pie en tierra.

Quedaron a cargo como guías de la Selección Salvadoreña los edecanes Alshebani-Mosbach y Abulgasem Alhade Rahoma. Excelentes personas. El tráfico de la ciudad era pesado, más duro que San Salvador hoy en día. Ellos activamente sacaban la cabeza por la van que servía de transporte para gritar a la gente y autos que se apartaran del camino. Era un mundo diferente. Con trajes árabes propios de su cultura la gente parecía sacada de las Mil y una Noches. “Teníamos la impresión de estar en el siglo V -d.C.” Han comentado miembros de la Delegación; todo era novedad. Un acto protocolario inaugural de primera en el Estadio de Fútbol “11 de Junio” de Trípoli, entonces el mayor de África, inició la Olimpiada ajedrecística. Típicos y vistosos eran los trajes con que desfilaron los jóvenes –varones y mujeres- representativos de las 36 delegaciones asistentes. De éstas, 34 procedentes de cuatro continentes compitieron hasta ver a Dios. Es decir, hasta que saliera un ganador. Se inició a partir del 25 Octubre bajo el sistema Suizo. ¿Qué más?

El Salvador desde las primeras jornadas impuso un ritmo de juego, ganó aparejándose de tú a tú con los favoritos. En la tercera ronda venció contundentemente a Turquía, uno de los principales dando en que pensar. En la cuarta perdió con Túnez que era el equipo predilecto y que alineaba dos Maestros Internacionales y un tercero a punto de serlo. El Salvador por su lado no tenía Maestros, solo amateurs olímpicos al cien por cien. Se esperaba triunfo rotundo de Túnez pero no fue así, estuvo en apuros. El resultado fue 2 ½ a 1 ½ casi empatado. Un pulso verdaderamente. En la quinta ronda empató con Afganistán, otro de los predilectos.

En puntos había tomado la delantera entre sus congéneres lo cual alertó a la prensa y público en general comenzando a tomar en serio al equipo salvadoreño. Difundiendo al mundo sobre éste amplias noticias. Tres fueron los puntos principales que la prensa informó: la disciplina de trabajo de la Delegación; su juventud, 22 años como promedio, era la representación más joven. Y que todos, incluyendo los de reserva, denotaban un nivel equilibrado de juego. En El Salvador en cambio las noticias no se publicaban. Fue hasta que Casa Presidencial rompió el capote que comenzaron a difundirse. César Temes columnista de El Diario de Hoy igualmente publicó y los demás medios informativos siguieron la onda. David peleaba contra Goliat en todos los terrenos.

Volviendo a Libia, seguían los triunfos. Los salvadoreños daban una batalla en el Norte de África, tierras donde, según dice Homero en la Odisea, anduvo Ulises en camino a Ítaca dejándose fascinar por la hechicera Circe. Lo veremos de nuevo. La población tripolitana y libia volcó cordialidad, gracia y predilección hacia los jugadores salvadoreños. Sedujeron. Y como además no eran tan feos, tenían porte, comenzaron también a despertar simpatías afectivas. Sin embargo, los jugadores tanto como los demás ni cuenta se dieron.

No tenían tiempo para nada, solo para trabajar. Lo hacían en conjunto. Terminando las partidas analizaban, preparaban la siguiente ronda acostándose casi siempre a la 1 de la mañana. Solo la juventud les daría fuerza suficiente para cumplir. Majano y E. Castro, Jefe de la Delegación y Capitán de Equipo más los jugadores de reserva, se encargaban de espiar a los siguientes contendientes. En consecuencia, siguieron viento en popa agenciándose más triunfos. Un gran hotel cerca de Trípoli era el alojamiento; ahí se jugaban las rondas, 13 en total.

Por supuesto que hubo descansos. A la ciudad fueron solo hasta haber pasado varios días. Parecía un lugar llena de monjas pero no. Era el atuendo blanco que usan las mujeres dándoles el aspecto de vírgenes. Cuerpo y cara cubiertos solo un ojo libre, el derecho para casadas, el izquierdo para solteras. En las clases secundaria de El Salvador decían siempre que el español era gran parte derivado del árabe entendiéndose numerosas palabras como “alcaldía”, Etc. Pero una cosa es decir y otra estar en el ruedo. Era como estar en la luna.

La escritura con líneas y ganchos más bien parecían jeroglíficos egipcios. Ni papa se comprendía nada. En las joyerías se vendía oro puro de 18 o 24 kilates; de 10 o 12 kilates se consideraban fantasía. Ahí de verdad todo lo que brillaba era oro. Majano, militar, salió un día a la ciudad -no podía ser de otra manera- y lo primero que hizo fue ir a ver un cuartel desde afuera. Sus paredes eran más gruesas que las de la Iglesia colonial de Santamaría, Dpto. Usulután. La capital es compuesta de tres ciudades, Oea, Sabratha y Leptis Magna por eso se llama Tri – Polis. Leptis Magna es singular, antigua ciudad del Imperio Romano. Todas las Delegaciones la visitaron transportándose en el tiempo frente al Arco Séptimo Severo, el típico Teatro romano, las vías empedradas. ¿Para qué máquina del tiempo?

En la competencia El Salvador seguía adelante. Daba esperanzas. La disciplina e intenso trabajo fueron determinantes. No fue así nomás. La prensa internacional y libia lo resaltaba. La moral de la Delegación era alta, la exigencia era fuerte pero respondían. Solo en una ocasión, siendo jóvenes un jugador bromeaba más de lo debido amenazando relajar el trabajo de equipo. Fue reprendido severamente por Majano que se dio cuenta sacándole tarjeta amarilla. “¡En la próxima sin tentar tablita te vas de regreso!” Le advirtió. ¡Problema resuelto! Nada ocurrió, volvió a la normalidad y siguieron siendo amigos. El ambiente fue cordial. No fue simple se repite y otras cosas más. Al amanecer, con el Sol todos los días, Adolfo Majano, Jefe Delegación pedía al Dios Supremo-Todopoderoso, ayuda. Como en sordo entendimiento ÉL contestaba: “¡AYÚDATE QUE TE AYUDARÉ!” Así pues fue un pacto por decirlo de algún modo que funcionó. Hubo esfuerzo no maná caído del cielo. No fue un asunto solo de condición técnica. Si no que la moral, espíritu y arrojo contaban agregando fe y confianza en la Divinidad. Se coordinaba. No siempre es así.

La Historia Militar es una de las debilidades del coronel “Choco” Majano. Se le ocurrió comentarle a uno de los Edecanes, que Libia había sido un Teatro de batallas de Rommel, el Zorro del Desierto en la II Guerra Mundial. ¡Para que quiso más! De inmediato fue con la noticia que llegó hasta el Ministerio del Interior. Y se dieron cuenta que era militar, Teniente Coronel como Kadafi. ¿Y qué pasó? En primera instancia lo alojaron en un cuarto grande de esquina en el Hotel, solo para él. El resto de la historia se los contaré en el siguiente artículo, según me lo relataron. Prometido. Porque hoy el tiempo se acabó.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada.

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.

A %d blogueros les gusta esto: