Absurdistán | El país de lo absurdo

Mientras un millón de salvadoreños padecen hambre y viven en pobreza, el gobierno salvadoreño contrata por $ 500 millones a la multinacional Google y ésta le regala una bicicleta.

¡Donde la corrupción es ley y el ciudadano es manipulado para votar cada 5 años!

Bienvenidos a El Salvador, mejor dicho a Absurdistán, donde la corrupción es ley y el ciudadano es manipulado para votar cada 5 años. En donde la opacidad del Estado es el show de cada día que oculta lo opaco. «Entre verdades y sombras es cuando la información se apaga tras bambalinas».

Por: Miguel A. Saavedra

En este mundo moderno, en el que la información es accesible a todos, ¿cómo es posible que el Estado pueda ser tan opaco? ¿Cómo es posible que las autoridades puedan ocultar información a la población? ¿Cómo es posible que los medios de comunicación puedan colaborar con el Estado en esta ocultación?

Veo con preocupación cómo se limita el acceso a información veraz y cómo se manipula a la población mediante excesiva propaganda oficial. Hay un doble discurso donde se oculta la verdad tras un manto de opacidad legal. Por un lado se anuncia supuesta transparencia a través de rimbombantes spots, pero por otro se cierran los canales de información genuinos mediante decretos.

Lo único que brilla es la opacidad muy bien escondida, por decreto. Decretos que cierran toda información pública de su gestión por 7 años. La respuesta a estas preguntas es simple: «Porque la población se lo permite.»

En un mundo en el que la gente está cada vez más distraída por las redes sociales, los reality shows y los influencers, es fácil que las autoridades puedan ocultar la verdad a la población. Y los medios de comunicación, en su afán de obtener beneficios económicos, están más que dispuestos a colaborar con el Estado en esta ocultación.

La opacidad del Estado es una amenaza para la democracia y la participación ciudadana. Sobre las contrataciones de obras y proyectos públicos. En el nuevo giro en política de contratación estatal me parece un absurdo más en tiempos en que se necesita credibilidad y transparencia.

En lugar de fortalecer los controles y evitar conflictos de interés, lo que hacen es legalizar prácticas cuestionables e inaugurar las puertas hacia la corrupción. Un país donde la Asamblea Legislativa se dedica a legalizar los negocios de ellos mismos y del grupo de amigos del ejecutivo.

Veamos este asunto con lupa:

– Permitir que funcionarios públicos compitan por obras del Estado anula cualquier apariencia de imparcialidad.

– Estos servidores ya de por sí tienen información privilegiada sobre licitaciones, pliegos, presupuestos. Es dar ventaja injusta.

Mi pobre país, en qué te has convertido! Donde debería reinar la transparencia solo abunda la opacidad más absoluta. A este paso, pronto veremos correr los camiones del Estado cargados de millones para alguna otra «gran obra» faraónica que enriquezca a los de siempre. Mientras tanto las verdaderas necesidades del pueblo seguirán ignoradas bajo este manto de secretismo.

En días recientes se quitan a los ministerios de: Salud, Educación, Agricultura y proyectos de la niñez, cientos de millones de dólares con el pretexto que no lo necesitan y que no lo han ejecutado del presupuesto nacional, para asignarlos para «Obras». Y encima nuestros «honorables» diputados, en vez de legislar para el bien común, solo se dedican a elaborar leyes a la medida de los amiguetes del poder. Así cualquier práctica fraudulenta queda «legalizada» y pueden seguir saqueando a sus anchas.

Pobres ingenuos los que aún creen que esto redundará en pro de la economía nacional. Solo en engordar las cuentas bancarias de los de siempre. Total la licitación ya viene con ganador previamente asignado por dedazo. Y como si no bastara con tanta falta de transparencia, ahora resulta que hasta los mismos burócratas, familias y amigos del ejecutivo podrán competir con la iniciativa privada.

En otras palabras, seguirse robando la plata a manos llenas gracias a su información y contactos privilegiados. Ver para creer que en nombre del «desarrollo» lo único que hacen es sepultar cualquier atisbo de ética para sus negociados bajo la mesa.

Bienvenidos a Absurdistán, donde la corrupción es ley y el ciudadano solo sirve para poner el voto cada 5 años.

El papel de los medios

Los medios de comunicación tienen un papel fundamental en la lucha contra la opacidad del Estado. Sin embargo, en los últimos años, los medios han contribuido a la opacidad del Estado. El periodismo valiente se queda acallado u obligado a replicar el mensaje oficial. Vivimos la «dictadura del me gusta». Donde el único flash de luz es la puesta en escena del poder, mientras éste actúa en las sombras aprovechando la avidez de protagonismo de algunos.

Limitarse a reproducir la propaganda oficial: Muchos medios de comunicación se han limitado a reproducir la propaganda oficial, sin cuestionarla ni contrastarla con otras fuentes. Colaborar con el Estado en la censura: Algunos medios de comunicación han colaborado con el Estado en la censura, silenciando las voces críticas.

Desplazar la agenda informativa: Los medios de comunicación han desplazado la agenda informativa hacia temas que no son relevantes para la transparencia y la rendición de cuentas.

La población

La población también tiene un papel fundamental en la lucha contra la opacidad del Estado. Sin embargo, la población está cada vez más complaciente. Una ciudadanía adormecida, distraída con noticias falsas mientras se dilapida el erario en estas pomposas pero huecas campañas. La gente está más preocupada por las redes sociales, los reality shows y los influencers que por la información que realmente importa.

Para superar este desafío, es necesario:

Educar a la ciudadanía: Es necesario educar a la ciudadanía sobre la importancia de la transparencia y la rendición de cuentas.

Apoyar al periodismo independiente: Es necesario apoyar al periodismo independiente, que desempeña un papel fundamental en la lucha contra la opacidad del Estado.

Exigir a las autoridades del Estado que sean transparentes: Es necesario exigir a las autoridades del Estado que sean transparentes y rindan cuentas. Es hora de promover un despertar ciudadano que haga valer el derecho a saber más allá de lo que muestra el libreto. Solo así podremos vislumbrar la realidad detrás de este telón de apariencias.

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