Un planeta fracturado

En estas épocas de transición geopolítica, nos encontramos con un planeta fracturado por un lado Estados Unidos y la Organización del Tratado del  Atlántico Norte (OTAN), por el otro el grupo de países conformados por el BRICS (Rusia, China, India, Brasil y Sudáfrica) y quince países más dispuestos a unirse a la lista.

Por: Igor Iván Villalta Sorto*

El elemento fundamental y visible de la lucha que se libra por  el dominio del conglomerado global es la guerra en Ucrania, una nación fracturada en sí misma, con una porción de territorio en donde sus habitantes se identifican más con  occidente y la otra rusófila que se identifica más con Rusia y el  oriente planetario.

Es complicado hablar de una guerra en pleno desarrollo, debido que “la primera víctima de la guerra es la verdad”. Ambos bandos y sus medios de propaganda e información anuncian con bombo y platillo sus éxitos y minimizan sus fracasos, pero ya llevamos más de un año de guerra en esa parte del continente europeo y lo observamos en la lejanía con clara preocupación que el conflicto se puede extender y pasar del armamento convencional al armamento nuclear.

En todo conflicto “siempre se sabe a dónde inicia, pero no adonde  termina”, Lo que priva es la incertidumbre, debido a que en muchas ocasiones llevados por el fanatismo o triunfalismo subestimamos al enemigo y  consideramos que será “fácil” derrotarlo.

Muchos analistas consideran que esto le sucedió a Rusia, debido a que consideró que eliminando los medios aéreos ucranianos, su dominio sería rápido y contundente, pero el ejército ucraniano se había preparado para resistir. El ejército ruso no logró destruir la infraestructura que resguarda los medios aéreos ucranianos,  no permitiendo la destrucción de otros medios tácticos-estratégicos que posee Ucrania.

Pero ya llevamos bastante tiempo recorrido en el conflicto, lo que multiplica los costos de la guerra, la economía ucraniana se encuentra destruida y las necesidades de la guerra son apremiantes. En toda guerra el factor económico es fundamental para sostenerla por largo tiempo. Para el caso el ejército ucraniano destruyo 70 aviones rusos y únicamente perdió 60, esto fue anunciado como una gran victoria militar.

Pero las victorias y derrotas en la guerra son relativas. Al no contar con el panorama total de los hechos, podemos creer, que lo expuesto por un actor interesado es la verdad. Claro las noticias deben ser moralizadoras tanto para las tropas como la población, que se ve sometida al constante bombardeo y a la perdida de sus seres queridos, ya sea como combatiente o como producto de la muertes civiles que son las que llevan la peor parte en todo conflicto bélico.

Retomando el ejemplo anterior, del derribo de los aviones,  y si nos abrimos al análisis documentado de los hechos, nos podemos dar cuenta que esos 60 aviones representan el 42.85% de la fuerza aérea ucraniana, quedándole únicamente 80 aviones rusos, bastante desfasados. En cambio los 70 aviones rusos derribados solo representan el 14% de los aviones asignados por Rusia para este conflicto.

Debido a esto el presidente de Ucrania Volodimir Zelensky, solicita urgentemente a sus aliados de la OTAN que le proporcionen  aviones F-16 de cuarta generación, que poseen un mejor sistema de radar, más velocidad y capacidad de maniobra.

En un momento el presidente de Estados Unidos Joe Biden se mostró reticente en entregar este tipo de naves a Zelenski, debido a la posibilidad que este atacara objetivos en territorio ruso, pero a raíz de la lentitud con que se ha llevado la muy publicitada contraofensiva ucraniana, el presidente estadounidense tuvo que acceder a la solicitud, con el manifiesto compromiso, de no atacar objetivos en territorio ruso.

Debido a que la superioridad del control del espacio aéreo ucraniano lo tienen los rusos con 500 aviones. Ahora de donde van a tomar los aviones F-16 para entregárselos a Ucrania, los deben comprar en  Países Bajos, pagarlos la Unión Europea y luego entregárselos a Ucrania, pero este proceso no es tan fácil, debido a que los pilotos deberán ser entrenados para el manejo de los aparatos y esto lleva  tiempo, probablemente sean entregados hasta el año próximo.

Otro de los apremios que ha tenido que enfrentar Zelensky ha sido la necesidad del suministro de misiles tierra aire, debido a que contaba con misiles SAM-7, de fabricación rusa y se estaban quedando sin existencia. Lo que obligó al despliegue de misiles Patriot, en donde cada misil  cuesta un aproximado de 4 millones de dólares y el lanzador cuesta alrededor de diez millones de dólares.

El ejército ruso, por su parte está utilizando drones  de fabricación iraní con explosivos, que tienen un costo de $20,000 dólares americanos, pero el derribo de uno de esos aparatos tiene un costo de $500,000 dólares.

Si pensamos en las acciones y no en la publicidad, podemos observar el mayor involucra miento de las naciones en esta guerra y la escalada muy peligrosa que está tomando el conflicto.

Joe Biden accedió a enviar bombas de racimo, prohibida por más de cien países, debido a que se lanzan cantidades variables de pequeñas bombas que pueden llegar hasta 600, pero no todas explotan (un aproximado del 40%) y quedan en el terreno sembrando la muerte, principalmente entre los niños que al ver los artefactos, que pueden asemejarse a una bola de baseboll , las toman y terminan jugando con ellas.

*Biólogo investigador

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