Advertencia del Vaticano a los ‘haters’ católicos: “Las palabras violentas están en contradicción con el Evangelio”

El dicasterio de Comunicación ha lanzado un toque de atención al creciente grupúsculo de católicos, muchos de ellos sacerdotes españoles, que utilizan las redes para “publicar y compartir contenidos que puedan causar malentendidos, exacerbar la división, incitar al conflicto y ahondar los prejuicios”

Por: Jesús Bastante

“Las interacciones hostiles y las palabras violentas y degradantes están en contradicción con el Evangelio”. El Vaticano ha lanzado un serio toque de atención al creciente grupúsculo de ‘haters’ católicos, muchos de ellos sacerdotes españoles, que utilizan las redes para “publicar y compartir contenidos que puedan causar malentendidos, exacerbar la división, incitar al conflicto y ahondar los prejuicios”.

En un inédito documento, Hacia una plena presencia. Reflexión pastoral sobre la interacción en las Redes Sociales, el dicasterio (ministerio) vaticano para la Comunicación pone el punto de mira en sacerdotes y obispos influencers, así como en insultadores profesionales que se sirven del anonimato para fomentar discursos de odio ‘en nombre de Dios’ y de una visión del Evangelio y de la Iglesia tradicionalista en las “autopistas digitales”, como las denomina el texto. Con tres focos esenciales: el ataque al colectivo LGTBIQ+, la lucha contra el aborto y los derechos de la mujer y las arremetidas constantes contra el papa Francisco y sus propuestas de reformas en la Iglesia.

Así, el documento señala algunas “trampas” utilizados por estos sectores: “los discursos agresivos y negativos”, “la violencia, el abuso y la desinformación”, “los seudónimos”, “la tentación del individualismo y el autoengrandecimiento”, “reacciones rápidas, suposiciones engañosas y comentarios impulsivos”, “comportamientos extremos”, “indiferencia, polarización y extremismo”, etc.

Obispos y pastores que “legitiman la división”

“Es especialmente preocupante que estos riesgos procedan de los líderes de la Iglesia: obispos, pastores y destacados líderes laicos”, lamenta el escrito vaticano. “Estos no sólo causan división en la comunidad, sino que también autorizan y legitiman a otros a promover un tipo de comunicación similar”, denuncia la Santa Sede, que recuerda a obispos y sacerdotes que “nuestra responsabilidad aumenta con el incremento del número de seguidores”.

Y es que “cuanto mayor sea el número de seguidores, mayor debe ser nuestra conciencia de que no estamos actuando en nuestro propio nombre”, resalta el documento, que añade que “la responsabilidad de servir a la propia comunidad, especialmente en el caso de quienes desempeñan papeles de liderazgo público, no puede ser secundaria respecto a la promoción de las propias opiniones personales desde los púlpitos públicos de los medios digitales. Una clara alusión de Roma hacia curas y obispos influencers, que se dejan llevar por la ”comunicación polémica y superficial y, por tanto, divisiva“, de las redes sociales.

“Es especialmente preocupante que (…) procedan de los líderes de la Iglesia: obispos, pastores y destacados líderes laicos (…) No sólo causan división en la comunidad, sino que autorizan y legitiman a otros a promover un tipo de comunicación similar»

En contraposición, ‘Hacia una plena presencia’ recuerda que “el estilo cristiano debe ser reflexivo, no reactivo, también en las redes sociales”, y que “todos debemos tener cuidado para no caer en las trampas digitales que se esconden en contenidos diseñados expresamente para sembrar el conflicto entre los usuarios provocando indignación o reacciones emocionales”.

El odio ‘católico’ y el anonimato

“Debemos estar atentos a no publicar y compartir contenidos que puedan causar malentendidos, exacerbar la división, incitar al conflicto y ahondar los prejuicios”, advierte el texto, que incide cómo “todos podemos caer en la tentación de buscar la ‘paja en el ojo’ de nuestros hermanos y hermanas lanzando acusaciones públicas en las redes sociales, fomentando divisiones en la comunidad eclesial o discutiendo sobre quién es el más grande entre nosotros”. Muchas veces, además, recuerdan, desde el anonimato.

“Cuando grupos que se presentan a sí mismos como católicos usan su presencia en las redes sociales para fomentar la división, no se están comportando como debería hacerlo una comunidad cristiana”, denuncia el Vaticano, que llama a “convertir las actitudes hostiles en oportunidades de conversión, en ocasiones para testimoniar el encuentro, el diálogo y la reconciliación en torno a cuestiones aparentemente divisivas”.

“Todos deberíamos tomarnos en serio nuestra influencia. No sólo existen macroinfluentes con una gran audiencia, sino también microinfluentes. Cada cristiano es un microinfluente”, apunta el Dicasterio, que insiste en que “todo cristiano debería ser consciente de su influencia potencial, independientemente del número de seguidores que tenga. Al mismo tiempo, debe ser consciente de que el valor del mensaje transmitido por el influente cristiano no depende de las cualidades del mensajero”.

Aunque el documento subraya las potencialidades de las redes sociales, como se vio especialmente durante la pandemia, también plantea posibilidades de cambio. “La web social no está ”grabada en piedra“, podemos cambiarla. Podemos convertirnos en motores del cambio imaginando nuevos modelos basados en la confianza, la transparencia, la igualdad y la inclusión”.

“A lo largo de las ‘autopistas digitales’, muchas personas resultan heridas por el odio y la división. No podemos ignorarlo. No podemos ser tan solo pasantes silenciosos. Para humanizar los ambientes digitales, no debemos olvidar a quienes se quedan atrás”, finaliza el Vaticano.

Fuente: www.eldiario.es

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