Un niño entre coyotes

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Patricio es un niño de noveno grado que vive en una aldea al norte del municipio de Siguatepeque. Cuando estaba en octavo se salía de las clases de su curso, para ir a escuchar al profesor de la carrera de agricultura instruyendo a sus alumnos.

Por: Melvin Martínez*

Varias veces los profesores le llamaron la atención por abandonar sus clases, hasta que supieron la razón: a él lo que más le interesa es aprender de agricultura porque, en sus tiempos libres, se incorpora a las labores agrícolas en los sembradíos de hortalizas que tienen sus tíos en la aldea. Es un experto en esos asuntos.

Nos contaba que la habichuela, el repollo y tomate tuvieron excelentes precios en diciembre, pero que ahorita en enero están por el suelo. Tan bajos que tuvieron que dejar perder la cosecha de habichuelas porque el precio es muy malo; una parte fue tirada para que se la comieran los animales.

“viera profe que tristeza, me dijo, mis tíos dicen que mejor se dedicarán a otra cosa”.

Me contó que en la aldea los muchachos están emigrando para los Estados Unidos, que la gente se burla de los que estudian, los molestan y los motivan para que se vayan de mojados.

Los coyotes (traficantes de emigrantes ilegales) llegan al pueblito, hasta con guardaespaldas, y ofrecen llevar muchachos de fiado a los Estados Unidos, aceptan que les paguen cuando consigan trabajo.

“Coyotes se les dice también a los que compran la cosecha barata y la venden cara, tienen billete”, me dijo con impotencia.

¿Cuándo se compondrá esto? Se preguntó.

Yo reflexioné unos segundos y le dije: Patricio, así funciona el capitalismo. Hay que transformar el país, cambiar el sistema económico político y crear leyes que protejan a los agricultores y a los pobres.

*Educador hondureño

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