En los últimos días el tema del abuso sexual ha estado en boga, y es que la noticia de que los alumnos de sexto de primaria abusaran de un niño de primer grado, lo grabaran y lo subieran a la red social de Tiktok, evidenció la sociedad en la que vivimos y el difícil control de las autoridades ante el mundo virtual y su acceso a corta edad.
Por: Angélica Eliú Fischer Patiño*
Los casos de abuso sexual siguen incrementando, como lo documentó la Defensoría de los Derechos de la Infancia en su reporte Es un Secreto en el 2021, niñas y niños «muy pequeños, narran haber sufrido violencia inimaginable en preescolar, y en primarias públicas y privadas. Agredidos en grupos por múltiples adultos, sometidos a una combinación de violencia sexual, física y psicológica».
Ahora vemos que estas conductas no solo se ejercen de adultos a niños sino ahora de niños mayores a menores, y es que tenemos que pensar que todos los patrones de conducta se repiten, lo que nos lleva a la segunda noticia en la que el líder de la Iglesia La Luz del Mundo, Nassón Joaquín G., se declaró culpable por abusar sexualmente de tres menores de edad, por lo que fue condenado a 16 años y 8 meses de prisión, su abogado logró un acuerdo donde, a cambio de la declaración de culpabilidad por tres de los casos, Joaquín evadió los cargos de violación contra dos mayores de edad, posesión de pornografía infantil, tráfico de menores y extorsión.
Y es que esta es una muestra clara de repetición de patrones, lo que S. Freud denominó: “compulsiones de repetición” que refiere al impulso de los seres humanos a repetir actos, pensamientos, juegos, escenas o situaciones desagradables o dolorosas; en el caso de Nassón J, queda claro que fue el ejemplo que recibió de su abuelo Aaron Joaquín, quien en 1935 se exhibió que había violado a niña. Después, su padre Samuel Joaquín fue envuelto en diferentes acusaciones del mismo tipo, una de las más importantes fue el caso de Moisés Padilla, quien dijo fue abusado siendo menor por Samuel J. en un viaje, días después de su declaración fue secuestrado, apuñalado más de 60 veces y dado por muerto. En la cama del hospital culpó al ‘Apóstol’ del intento de homicidio, pero la iglesia dijo que él mismo se había causado las heridas.
De las muchas aristas del tema, quiero rescatar el de las compulsiones de repetición e invitarnos a ver con mucho cuidado las acciones de Adoraim Joaquín, hijo de Naasón y heredero del liderazgo de la ILM. La relación entre perversión sexual y religión cada vez se incrementa más y ningún sistema religioso sale inmune. Los casos de abuso sexual en la mayoría de los casos construyen una línea histórica de abusos y son parte de un proceso intergeneracional de violencia.
Y es que la necesidad del sexo junto con el individualismo ha desencadenado una serie de atroces eventos en la sociedad, al considerar más importante la necesidad propia de satisfacción sexual, no importando el costo, esto ha contaminado todas las instituciones sociales. Además, sumando el alcance del internet y su velocidad la perversidad sexual es un monstruo que parece no poderse controlar.
Por último, reflexionemos en estos datos: Cada segundo 28.258 usuarios ven pornografía en Internet, cada segundo se gastan 3.075,64 dólares en pornografía en Internet. Cada día se envían o reciben 2.500 millones de correos electrónicos que contienen pornografía y se generan 68 millones de consultas de búsqueda relacionadas con la pornografía.s
Si estos datos son del 2012 solamente en EUA, ¿qué podemos esperar diez años después alrededor del mundo? Los desórdenes sexuales construyen patrones de repetición destructivos para la sociedad.
*Universidad Autónoma Metropolitana – Iztapalapa (UAM-I)- México
