El efecto Lucifer: el porqué de la maldad

El Experimento de la Prisión de Stanford, dirigido por el psicólogo Philip Zimbardo, presenta una similitud con los malos tratos de la prisión iraquí de Abu Ghraib. Se distribuyeron roles de reclusos y carceleros en una prisión simulada que acabo siendo muy real.


Por: José Guillermo Mártir Hidalgo

Una de las principales conclusiones del estudio es, el poder penetrante de variables situacionales que pueden imponerse a la voluntad y una serie de procesos psicológicos, pueden inducir a obrar mal a una persona buena .

Maldad es obrar deliberadamente dañando, maltratando, humillando, deshumanizando y destruyendo personas inocentes, o bien, el uso de la autoridad o del poder sistémico para alentar o permitir que otros obren así en nuestro nombre. Los factores disposicionales nos hablan, que el mal es una entidad inherente a algunas personas y no a otras. Y los factores situacionales, que todos somos capaces de hacer el mal en acomodo a las circunstancias. Los sistemas de poder crean y conforman condiciones situacionales. Normalmente se cree que los autores de conductas aberrantes son “manzanas ´podridas”, pero, pasan por alto que el cesto de manzanas puede corromper a quienes se hallan en su interior. El sistema crea jerarquías de dominio, líneas de influencia y de comunicación que van hacia abajo. Si la propaganda transforma a los otros en “el enemigo”, se instruye una imagen deshumanizada y estereotipada del otro como un ser despreciable. Cuando se ha conseguido que la sospecha penetre la opinión pública, provoca que el sensato actúe de una manera irracional. La Teoría de la Desconexión Moral, del psicólogo Albert Bandura, explica, que se puede desconectar la moral mediante tácticas de deshumanización a una posible víctima.

Las prisiones y otros sistemas autoritarios de control, pueden cambiar a quienes caen en sus garras. El poder situacional acaba atrapando y pocos oponen resistencia a la tentación de dominio y poder que ofrece la situación. Los sistemas ponen en marcha situaciones que crean contextos conductuales, que influyen en la actuación de quienes se hallan bajo su control. En el experimento de Stanford, ni carceleros ni reclusos se podían calificar de “manzanas podridas” antes de que cayeran en el “cesto podrido” en el que los colocaron. Bruno Bettelheim, psicoanalista, empleo el término identificación con el agresor, para explicar la forma en que presos del nazismo interiorizaban el poder de sus opresores. Algunos prisioneros actuaban igual que guardias, maltrataban a otros prisioneros y llevaban puesto el uniforme de guardia. El Experimento de Prisión de Stanford, guarda paralelismo entre los doctores de las Escuadras de Defensa (SS) de Auschwitz y los carceleros del experimento. El Experimento de la Prisión de Stanford tiene como mensaje, que la mayoría de nosotros podernos sufrir transformaciones inimaginables cuando estamos atrapados en una red de fuerzas sociales.

Los roles van asociados a situaciones específicas. Las personas los representan cuando se hallan en esa situación. Los roles suelen pasar a un segundo plano, cuando la persona regresa a su vida normal. La gente puede hacer cosas horribles cuando representa su rol, más si estos tienen unos términos muy estrictos. La consecuencia de representar el papel, disiente entre nuestra conducta y nuestras creencias. La disonancia cognoscitiva crea estados de tensión, que pueden provocar cambios en la conducta o en sus creencias privadas. La disonancia es mayor, cuanto menor es la justificación para estas conductas. La peor cosa que podemos hacer a otro ser humano es privarlo de su humanidad. Las relaciones humanas se basan en el “Yo-Tú”, pero, las relaciones deshumanizadas en el “Yo-Eso”. La deshumanización facilita actos abusivos y destructivos contra las personas que se cosifican de este modo. El asentimiento suele ocultarse bajo el manto de una ideología creada por el sistema que está en el poder.

La hostilidad del propio grupo (endogrupo) se canaliza hacía un grupo distinto (exogrupo). El poder social se organiza en círculos concéntricos. El anillo central o interno, es el más poderoso. El “anillo interior” hace que la presión del grupo sea una fuerza social que impulsa a las personas a hacer cosas extrañas, ya que el miedo al rechazo puede paralizar la iniciativa y anular la autonomía personal. El anonimato fomenta la conducta agresiva, más cuando existe autorización para actuar de manera habitualmente prohibida. Las investigaciones del psicólogo Stanley Milgram con respecto a la “obediencia ciega a la autoridad” nos dicen, que todo el mundo puede ser totalmente obediente a las presiones de la autoridad. Del mismo modo todo el mundo puede resistirse, esta diferencia estriba en las variables situacionales. Las características de la situación crean un papel fundamental en la obediencia a la autoridad.

Cualquiera puede desconectarse moralmente de cualquier conducta destructiva o malvada si hay una deshumanización de la víctima, si se minimizan las consecuencias negativas de su conducta, si se disipa la responsabilidad personal, si se emplean eufemismo para dar una imagen aséptica a los actos crueles, si hay comparaciones favorables de rectitud de nuestra conducta contrastada con la “conducta malvada” de nuestros enemigos, si se crean justificaciones morales para nuestros actos y se redefine nuestra conducta dañina como honorable. La tortura y malos tratos de Abu Ghraib fue un ejercicio de poder para demostrar el control absoluto sobre los cautivos. El sistema, desde Bush hasta los niveles inferiores de la cadena de mando, estableció las bases para los malos tratos.

El heroísmo está ligado a la cultura y a la época, los actos de un héroe forman parte de una cultura. Las concepciones de heroísmo destacan un riesgo físico, una nobleza de propósito y actos no violentos de sacrificio personal. Los héroes corren riesgos físicos y sociales. El héroe debe encarnar una mezcla de nobleza deliberada y sacrificio en potencia. Un acto considerado heroico debe hacerse voluntariamente, debe suponer algún riesgo o sacrificio personal, se debe realizar al servicio de una o más personas o una comunidad y no se debe haber previsto ningún beneficio. Las clases de héroes son el militar, el civil y el social.

Zimbardo cree que las personas que realizan actos heroicos son personas totalmente normales y corrientes. La patología o la bondad, las dos condiciones surgen en unas situaciones y en momentos determinados. El heroísmo es la capacidad de resistir a fuerzas situacionales que atrapan a tanta gente con tanta facilidad. Miles de personas ordinarias, toman la decisión de actuar con heroísmo cuando se encuentran en circunstancias especiales. Todos tenemos la capacidad de ser héroes.

*Psicólogo salvadoreño

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