La nueva educación presencial postpandemia

La generalización de la comunicación virtual y sincrónica bajo el formato ZOOM con la pandemia cambió radicalmente la enseñanza terciaria con una ruptura frente a la dinámica presencial tradicional.

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Por eso el regreso a la presencialidad postpandemia no se constituye en una mera vuelta al pasado de una educación presencial durante todo el tiempo pedagógico, sino el inicio de una nueva presencialidad en un contexto híbrido. Hace tiempo que se sostiene el agotamiento del modelo educativo y la necesidad que la enseñanza supere la mera transferencia de contenidos, y se focalice en una educación activa y diferenciada. Se promueve un enfoque centrado en la creación de competencias, que supere el aprendizaje pasivo y memorístico, e impulse el aprender centrado en una mayor participación estudiantil y en la creación de capacidades de razonar, de discutir, de trabajar autónomamente y de creación de un pensamiento crítico e innovadora través de un mayor intercambio, trabajo colaborativo y realización de actividades prácticas.

La vieja educación presencial

La educación presencial es una modalidad de enseñanza centrada en la interacción directa en el mismo tiempo y lugar entre docentes y aprendices. El contacto físico y directo es la base de diversas técnicas de enseñanza como el discurso argumentado y razonado que funciona como transferencia de información, para luego su evaluación. Es un aprendizaje dirigido por un profesor y una enseñanza de tiza, lengua y pizarrón (TLP)que lleva a una educación pasiva y memorística de los apuntes en las clases. Ella coexiste dominando junto a actividades prácticas y de experimentación para reforzar y crear habilidades y destrezas, y debate e intercambio de roles o lluvia de ideas. Ambas son parte de una comunicación sincrónica presencial donde el cuerpo humano del docente como tecnología es el eje de la enseñanza, con todas sus potencialidades y enormes limitaciones. También impuso formas de organización de las actividades educativas en aulas e instituciones. Con los cambios tecnológicos y pluralidad de medios digitales (multimedia, software e internet), alcanzamos un estadio superior de posibilidades técnicas de enseñar que superan el uso limitado del cuerpo humano de un docente para instrumentar una enseñanza presencial para acumular y transferir toda la información.

La pandemia aceleró la incorporación de esas nuevas técnicas de enseñanza, por lo que el regreso a las aulas post-pandemia, debe ser a una nueva arquitectura más eficiente de enseñanza y aprendizaje con redistribución de actividades y tareas docentes y estudiantiles entre actividades presenciales y no presenciales en red. El nuevo trabajo educativo presencial debe centrarse en realización de prácticas, trabajo activo, interacción, laboratorios, debates colaborativos y discusión entre los participantes. Debe ser una presencialidad más activa, no catedrática, de trabajo en grupos, tutorial, y que apoya las actividades en red. Es parte de una enseñanza diferente que separa las pedagogías presenciales de las no presenciales, tanto sincrónicas y asincrónicas, y que implican diferenciadas tareas entrelazadas para alcanzar mejores aprendizajes y eficiencia.

Cambiar el calendario escolar

Ello implica la transformación del calendario escolar con separación de días de actividades presenciales y virtuales, separación de lugares y ambientes de aprendizaje y uso diferenciado de pedagogías y de actividades. Implica una organización educativa más compleja y flexible, con diferenciación de actividades y con una más detallada organización curricular y de las tareas educativas de docente, estudiantes y de los apoyos institucionales. Esta nueva realidad expresa un aumento de la división técnica del trabajo educativo derivada del cambio tecnológico y de paradigmas emergentes educativos, que imponen diferenciadas tareas docentes y estudiantiles y momentos diferentes para aprender. Se separan y articulan pedagógicamente las actividades de acceso a la información, de las de asistencia docente tipo tutorial y de coach, de evacuación de dudas, de profundización de contenidos y de discusión e intercambio guiado. Así, por el otro lado, se estructuran tiempos educativos centrados en actividades virtuales sincrónicas con docentes y asincrónicas con recursos de aprendizaje, centradas en la transferencia de contenidos e información. Otros tiempos de estudio y análisis de libros de texto, ensayos, artículos académicos o multimedia o en red, en plataformas específicas o en bibliotecas o repositorios virtuales, y los de realización de trabajos y tareas. Y finalmente otro tiempo presencial con los docentes para discutir, profundizar, evacuar dudas, socializar conocimientos, y realizar actividades prácticas en laboratorios que se asume como actividades tutoriales y a la vez de trabajo en equipos.

Se ha borrado el sentido educativo de ir diariamente a las aulas a ver power point y escuchar a un docente comentarlas. Estamos frente a una nueva presencialidad de interacción y trabajo colaborativo o práctico en nuevos ambientes dinámicos de aprendizaje, de trabajar con mentores y tutores en forma directa, promoviendo capacidades de interacción y creando competencias blandas y habilidades prácticas. Se revaloriza más el trabajo autónomo y en red para el acceso a la información y el análisis y reflexión de los contenidos. Es un cambio de la división técnica del trabajo docente entre modalidades y momentos físicos y de propia complejización de los procesos de enseñanza y aprendizaje. En este contexto, las instituciones educativas y los docentes tienen el desafío de desarrollar aprendizajes activos con apoyo en modelos híbridos y diferenciación de roles, actividades y tareas, de profundizar en el uso de nuevos accesos y aprendizajes virtuales y en red, así como de re conceptualizarla nueva educación presencial con usos más específicos y especializados para aprender con el apoyo de las actividades sincrónicas (Zoom) y asincrónicas (libros o recursos de aprendizaje).

La nueva realidad, tanto en los aspectos virtuales como en los presenciales requiere clases mejor programadas, más activas y estructuradas, apoyadas en plataformas, con diversidad de recursos de aprendizaje y centradas en el ejercicio autónomo de los estudiantes en lecturas, interacción colaborativa, trabajos y prácticas, y en diferenciados ambientes de trabajo. Estamos ante una nueva presencialidad que no existe sin virtualidad, red, accesibilidad, recursos de aprendizaje virtuales y nuevos currículos y competencias docentes. Se abren enormes caminos y oportunidades para las personas y corresponde a docentes y autoridades comprender le dimensión de estos procesos imparables. No se puede volver a un pasado ya sin sentido frente a las posibilidades y necesidades de los estudiantes.

Tomada de www.grupormultimedio.com

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