Labor periodística

El periódico es una institución por derecho propio, cumpliendo un fundamental papel, pues además de transmitir noticias, también brinda información, enriqueciendo el acervo público al actualizarlo.

Por: Luis Arnoldo Colato Hernández*

Aparece en 59 AC, en el Foro Romano, con el “Acta Diurna”, que era una delación de las actividades realizadas por el senado dirigida a informar a la ciudadanía; más tarde en China, en el siglo VII, a través de afiches distribuidos entre la ciudadanía. También en los burgos de la Europa medieval, donde la información la brindan los pregoneros para que la población se mantuviese informada.

No debemos olvidar empero que los fenómenos que estudiamos deben sustraerse al momento en que estos ocurren, por lo que aspectos tales como la objetividad de la información publicada en aquellos días, es otro tema.

El periodismo moderno en el sentido propio, inicia su evolución apareciendo en Colonia, Alemania, en 1530, bajo el nombre de El Mercurio, para alcanzar su madurez en Amberes, Bélgica, en 1603, que fuera rápidamente emulado en todo el viejo mundo. También surge la primera querella de parte de un periódico contra el estado, quién procurará censurarlo impidiendo que el periódico cubra noticias del exterior, en Inglaterra, en 1641, ganando el periódico el derecho de dar cobertura y publicar noticias de toda índole, “…siempre y cuando estén debidamente sustentadas en hechos comprobables…”, que fuera la única condicionante de los tribunales, imponiéndose desde entonces la “referencia de nota”, o fuente que desde entonces ampara la información difundida.

Con el tiempo habrán de sumarse otros elementales condicionantes, pero, sobre todo, la de la defensa de la libre expresión, como eje sobre el cual se sustenta la prensa como tal.

¡Libre Expresión!

La libre difusión de ideas es sin duda la cualidad más relevante del periódico como tal, que transforma a este en la plataforma en la que las diversas corrientes idearías detentan un espacio, pulsándose con la debida altura y, sobre todo, sin matices que las corrompan mostrándolas en medias tintas, de modo interesado.

Lamentablemente muchas son las ocasiones en las que la prensa ha cedido a intereses particulares, castrándose a sí misma y prostituyéndose en favor de intereses privados; recordemos por ejemplo a la gran prensa salvadoreña y su infame cobertura del conflicto armado, en el que sencillamente desinformara a la población, encubriendo los delitos del estado salvadoreño, volviéndose entonces así su cómplice.

Era entonces medio de adoctrinamiento antes que de información.

Tales faltas no han pasado sin ser castigadas por la población, que ahora se decanta por los medios alternativos, caracterizados por responder a una linea objetiva y crítica mediática, lo que en definitiva le vuelve una opción fiable, que además sienta postura política que educa.

Es decir; es función del periódico no solo brindarnos la noticia, también el ser observatorio que devele la probidad o no del proceder estatal, evidenciando su actuar y gestando opinión, la cual no trastoca, pero sí debe contribuir a generar.

Así desde una posición objetiva y crítica el periódico ayuda a la construcción del Estado de derecho.

*Educador salvadoreño

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