Una mirada a la teología y su caminar por la historia

Por José Alberto Paniagua Mijangos, Universidad Meridional, San Cristobal de las Casas, Chiapas- México.

La etimología y la historia semántica del término teología (théo-logía, palabra sobre Dios), que significa una conexión práctica entre Dios y el lenguaje desde el pensamiento de  Fisichela. El lenguaje es  el medio,  con el cual  se hace teología, Dios indica el tema mientras que la conexión práctica significa las numerosas modalidades en que se puede hacer teología, en consecuencia, la verdadera teología supone una práctica adecuada, de ahí que se comprenda porque en la historia de la teología, se han podido dar diversos discursos científicos y diversos tipos de actos lingüísticos, enfatizados en su interpretación como su significación (https://repositorio.una.ac.cr/bitstream/handle/11056/2487/recurso_587.pdf;sequence=1).

Recordemos que la teología ha pasado por varias etapas, comenzando en el mundo griego con su inventor Platón, que lo acuñó como un discurso, por su parte Aristóteles en una visión metafísica, y los estoicos en lo mítico-poético. Con lo dicho, nos podemos dar cuenta que el término Teología, no es de origen bíblico ya que no se encuentra dicho término, en el Antiguo Testamento ni en el Nuevo Testamento, más adelante los padres de la iglesia preferirán hablar de filosofía o amor a la sabiduría de Dios. Ya en los siglos IV y V, los padres latinos no utilizan el término teología, desde una perspectiva religiosa sino más bien retoman desde la óptica griega, es decir, en un sentido mitológico. San Anselmo nos dice, que el concepto de teología es un equilibrio frente a la propuesta monástica que retomaban dicho término, desde la comprensión de una autosuficiencia de la fe, es decir darse cuenta de lo que en verdad se cree, por tanto propone San Anselmo el principio ‘fides querens intellectum’, esto es, la fe aplicada a la inteligencia, es decir, la fe tiene que ser reflexionada por la razón (https://www.libroesoterico.com/biblioteca/Teologia/Illanes%20Jose%20L%20Historia%20De%20La%20Teologia%20Afr%20Bac%20Sapientia%20Fidei%20009.pdf).

En este camino de la teología, por el paso de la edad media, necesitó del ingrediente de la historia, para visualizar en un primer momento el método de hacer teología desde el campo social, y en un segundo momento descubrir visus de su quehacer en el plano eclesial. En este proceso de renovación en el siglo XIX, que precede, no sin polémicas y tensiones, a través de tres líneas fundamentales: a la vuelta de las fuentes bíblicas y la patrística, la recuperación de la tradición escolástica tal y como se había manifestado en su momento de esplendor es decir, en los grandes maestros pleno-medievales y el diálogo con algunas corrientes del pensamiento moderno, particularmente en su versión idealista y romántica (https://www.redalyc.org/articulo.oa?id=32221381002 / https://www.redalyc.org/articulo.oa?id=32221381008).

A mi parecer, aquí se sitúa un parte-aguas de la misma Teología, ya que habiendo caído en un sin sentido de su propia investigación, ahora busca una integración de los diversos períodos en que se ha desarrollado la Teología; con mayor fuerza la necesidad: de volver a las fuentes bíblicas; que cabe tomar en cuenta la época escolástica que fue importante para la Teología como para algunos teólogos, es importante ver que hoy en día, se da realce a la investigación teológica de una manera ya más racional, donde se evolucionan ya más las reflexiones teológicas, una ejemplo es la summae, que es una de las producciones que caracterizan la producción teológica, de los siglos donde se recobra la importancia de abrirse en diálogo, con otras corrientes científicas (interdisciplinariedad) (https://www.redalyc.org/pdf/1910/191053340002.pdf).

Es por eso que la plenitud de tal renovación, cabe situarlo en torno al Concilio Vaticano II, es el punto decisivo de referencia, el cual  la ‘cultura’ dará la configuración, a un nuevo topos del pensar teológico desde la cultura, siendo mediada hermenéuticamente por la fe, en el cual el dato revelado siempre está mezclado con la cultura y transmitido desde ella, justificando la revelación de deidad en la historia. Ahora bien la cultura, no es para el pensamiento teológico algo extrínseco, sino más bien es tan esencial que el quehacer teológico se constituye a través de ella (https://repositorio.uca.edu.ar/bitstream/123456789/7301/1/elipse-dos-focos-gaudium-et-spes.pdf / https://www.redalyc.org/pdf/2911/291141013010.pdf).

Esta nueva mirada teológica hacia la cultura, vislumbra una nueva visión ecuménica, un reconocimiento de la pluralidad religiosa en el cristianismo propio y de su particularidad frente a la diversidad de religiones y culturas. La universalidad es sólo el horizonte que se aproxima, cuando acontece un encuentro real con el otro, reconociendo la diferencia del otro, que se expresa desde su idioma, en el propio seno cultural  como en su religión, lo cual significa caminos que recorrer con otros, esforzarse por conseguir una vida en conjunto con los demás en instituciones justas, también aceptar el posible fracaso, vivir la reconciliación, sobre todo esforzarse una y otra vez para que la humanidad pueda crecer junta, de modo que se pueda realizar en ella la figura del amor, que ofrece la fe cristiana, en toda la diversidad, en el diálogo con los muchos otros (http://documental.celam.org/medellin/index.php/medellin/article/view/61https://mdc.ulpgc.es/utils/getfile/collection/ralmo/id/168/filename/169.pdf).

Fuente: Actualidad socio política religiosa.

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